Un pedacito de México en pleno corazón de Berna

María Dolores recibe a sus clientes con una sonrisa abierta y cordial. swissinfo.ch

Cada sábado, María Dolores Landolt vende especialidades culinarias mexicanas en el mercado de la Bärenplatz de Berna.

Las salsas, basadas en recetas propias, son el producto estrella. Se fabrican en Suiza, pero con ingredientes importados de México.

Berna amanece bajo una atmósfera otoñal. Reina un clima fresco y húmedo. Es sábado y el casco antiguo de la capital suiza, incluido en la lista del patrimonio cultural de la humanidad de la UNESCO, vive una metamorfosis.

Y es que uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad medieval son los tradicionales mercados que dan vida, todos los martes y sábados, a sus calles y plazas históricas.

Flores, frutas, verduras y también algunos productos exóticos para estas latitudes adornan la céntrica plaza Bärenplatz, situada frente al Palacio Federal, sede del Gobierno y Parlamento helvéticos.

Un pedacito de México

Al lado de la fuente Bärenplatzbrunnen, de estilo gótico, hay un puesto que llama la atención por su colorido y decoración. Bajo sombreros de charro y entre jorongos descubrimos un sinfín de productos mexicanos.

Paquetes de tortillas, totopos y tostadas; frascos de salsas roja, verde, chipotle y mole poblano; harinas azul y blanca; latas de frijoles, tamales, chiles jalapeños… “Todo lo que se necesita para llevar a cabo una gran fiesta mexicana”.

Estamos en el stand de María Dolores, que ella describe como “un pedacito de México” en pleno corazón de Berna. Desde las ocho de la mañana y como cada sábado, excepto en invierno, cuando las temperaturas descienden tanto que es imposible soportar una jornada de sol a sol al aire libre, todo está listo para recibir a los clientes.

Esta mexicana, de 50 años, vive en una localidad del cantón de Zúrich. Se ha levantado a las cuatro de la madrugada y ha recorrido un centenar de kilómetros en coche, antes de montar su puesto en el mercado de la Bärenplatz.

Sabor mexicano

El gran orgullo de María Dolores y el producto estrella de las ventas son las salsas, que ella califica de “auténticas mexicanas”. “Son mis propias recetas y están hechas con productos mexicanos y sin conservantes. Eso es lo especial. Y hechas con mucho cariño”, agrega con una sonrisa de oreja a oreja.

La verde es la que más éxito tiene, “porque es una salsa con tomatillo (tomate verde) – que, claro, se puede plantar aquí en Suiza, pero el sabor no es el mismo – y también el mole poblano, porque es muy difícil de hacer y es muy difícil encontrar todos los chiles e ingredientes que se necesitan”.

Tanto las salsas como las tortillas de la marca ‘María Dolores’ se fabrican en Suiza, pero los principales ingredientes – como los chiles, tomatillos y la harina “vienen de México”. Y hasta la maquinaria utilizada en la producción es mexicana.

“Por eso el precio de los productos que yo vendo es elevado, pero tienen la autenticidad y están hechos aquí”, subraya.

María Dolores es una mujer alegre, abierta y comunicativa. Enseguida entabla una conversación con las personas que se acercan a su stand, sin duda atraídas por el colorido y la originalidad exótica que lo caracterizan, y las invita a probar una de sus salsas, muy populares en la colonia mexicana y latinoamericana de Berna y alrededores.

Del sueño a la realidad

La historia de las salsas María Dolores se remonta una década atrás. Cuenta que cuando llegó a Suiza, hace 17 años, le encantaba cocinar para la gente. “Mi cocina siempre se basaba en cuatro salsas“: la roja y la verde (recetas propias); la chipotle (una receta de su madre) y el mole poblano (una receta de su abuela).

Esa pasión por la cocina la llevó a organizar fiestas mexicanas – con decoración, música y comida incluidas – y a dar clases de cocina en hoteles, entre ellos uno muy renombrado en la célebre estación alpina de Davos.

“Me di cuenta de que había tenido éxito y eso me animó a barajar la posibilidad de lanzar mis propias salsas”, recuerda. Un día vio una degustación de salsas mexicanas importadas en un conocido centro comercial y le dijo a su marido: ”¿Y por qué no salsas María Dolores?“

La idea, aunque repentina y espontánea, no era tan descabellada. María Dolores ya conocía a un fabricante de salsas y, además, disponía de “cuatro recetas de salsas muy buenas“. Y no lo dudó. Retomó el contacto y presentó su proyecto. Con éxito. Así nació la marca ‘María Dolores’.

A partir de ese momento, comenzó a vender sus salsas en centros comerciales que organizaban semanas de degustación de productos mexicanos y, posteriormente, también en tiendas de ‘delicatessen’.

Cariño a la gente

Pero con el tiempo María Dolores se percató de que tenía que aumentar el volumen de producción para que su negocio fuera rentable. Asimismo necesitaba un punto de venta permanente para no perder clientela. Y entonces se le ocurrió vender en los mercados.

Desde 1999, María Dolores tiene un stand en uno de los puntos más concurridos de la ciudad de Zúrich: la estación de ferrocarril de la metrópoli financiera suiza, donde está cada miércoles (11.00 – 20.00 horas); y desde el 2000, en el mercado de la Bärenplatz de Berna, “un mercado muy bonito, que me encantó la primera vez que lo visité“.

En el mercado María Dolores se siente como pez en el agua. “Lo que me resulta es el contacto directo con la gente“, al que, según ella, se debe en gran parte el éxito de su negocio.

Para vender se necesita “tener cariño a la gente“, dice, y saber acogerla con una sonrisa abierta y cordial. Y es que no cabe duda que la mejor publicidad es un cliente satisfecho.

swissinfo, Belén Couceiro

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Contexto

La empresa de María Dolores se llama Fiesta Mexicana:

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Cada miércoles, María Dolores monta su puesto en el mercado de la estación de ferrocarril de Zúrich: 11.00 a 20.00 horas.

Los sábados (excepto en invierno) vende en la plaza Bärenplatz de Berna: 08.00 a 16.00 horas.

Fiesta Mexicana ofrece estos servicios: organiza fiesta mexicanas, semanas gastronómicas en restaurantes, clases de cocina y cultura mexicana, entre otros.