Viraje en el mundo laboral europeo
En Alemania, la empresa Siemens y el sindicato Metal acordaron extender la semana laboral de 35 a 40 horas sin compensación salarial alguna para salvar 2.000 puestos de trabajo.
El tema también se discute en Suiza donde algunas voces se inclinan por el ejemplo germano.
Más años de vida laboral y jornadas de trabajo más largas: En la mayoría de los países europeos se discute un incremento en la edad del retiro para garantizar la financiación de la seguridad social en tanto que la semana laboral de 35 horas pierde fuerza.
Hace algunos días, Siemens y el sindicato IG Metall anunciaron haber alcanzado un acuerdo para salvar 2.000 puestos de trabajo en dos de las compañías telefónicas del consorcio tecnológico.
Ante el amenazador traslado de su producción a Hungría -donde el salario es cinco veces menor que en Alemania-, el sindicato IG Metall se vio obligado a aceptar el acuerdo que incrementó la semana laboral de 35 a 40 horas, sin compensación salarial alguna para los trabajadores.
Siemens, que obtiene así un ahorro de 30% en sus costos de personal, se compromete, por su parte, en mantener por dos años la producción en las dos fábricas concernidas y en invertir 30 millones de euros en procesos de innovación.
Reacciones en Suiza
“Actualmente nos enfrentamos a un alto nivel de desempleo, mucha mano de obra calificada busca empleo. En una situación como ésta no es sensato incrementar el tiempo laboral”, opina a swissinfo Paul Rechsteiner, Presidente de la Unión Sindical Suiza (USS).
“Del caso Siemens en Alemania no se pueden sacar conclusiones generalizadas”, aclara Peter Hasler, Director de la Unión Patronal Suiza. “En Siemens se trata de un problema de la compañía que tuvo que resolverlo de esa forma específica”.
Sin embargo, el ejemplo de este consorcio alemán tiene un gran significado simbólico y sienta un precedente: El modelo germano (y francés) de las 35 horas laborales por semana se ha puesto en entredicho.
Se ha abierto una zanja: En Alemania ya se han pronunciado varios negocios en seguir el ejemplo de Siemens.
La situación en Suiza
También en Suiza –uno de los países con el mayor tiempo semanal de trabajo en Europa- se han dado señales de seguir en esa dirección.
Johann Schneider Ammann, Presidente de Swissmem, la asociación de la industria de la maquinaria, la electrónica y el metal, se ha pronunciado hace poco por “negociaciones sobre un aumento controlado del tiempo laboral”.
El objetivo: La reimposición de la semana de 42 horas laborales en ese sector a fin de incrementar la competitividad internacional.
Aún cuando el debate en Suiza no ha alcanzado los niveles de Alemania -país en donde en la última década se han reducido significativamente los tiempos laborales-, otros grandes sectores helvéticos como Ferrocarriles, Correos y los bancos se inclinan por el incremento del tiempo laboral.
Flexibilidad o mejores condiciones laborales
“Nosotros no caímos en el error de los franceses y alemanes”, explica el líder empresarial Peter Hasler, al referirse a la reducción de la semana laboral de 40 a 35 horas.
“Aquí el problema no es tan significativo. Un incremento en el tiempo laboral para mantener la competitividad es sensato sólo para aquellos que redujeron hace tiempo la semana laboral, como por ejemplo es el caso de Ferrocarriles Federales Suizos (FFS), que implantó la semana de 39 horas.”
Hasler admite que en casos extraordinarios, como lo son las dificultades económicas se deben poder encontrar soluciones transitorias. “Esa es la solución: una mayor flexibilidad en el mercado laboral”.
Una opinión que no comparte en lo absoluto el presidente de la Unión Sindical Suiza, Paul Rechsteiner. “Desde el punto de vista económico es totalmente absurdo: La productividad en Suiza todavía es alta gracias al empleado altamente calificado y a su motivación. Condiciones laborales precarias no incrementan la productividad”.
Reflejo de la globalización
Con la cada vez mayor apertura de los mercados se ha endurecido la defensa de los puestos de trabajo.
En esta lucha por resultar más competitivos, los altos estándares sociales se vuelven una “carga” ante las condiciones que presentan los países emergentes (en Europa del Este o Asia) que sólo se interesan por responder a las exigencias empresariales.
La pregunta es si el mercado globalizado reducirá las normas sociales de las diversas economías nacionales a un mínimo común denominador.
No, responden Peter Hasler y Paul Rechsteiner desde sus posiciones antagónicas.
De acuerdo al representante patronal, “nadie quiere regresar al Medioevo, cuando se trabajaba 60 horas por semana. Habrá siempre países en donde se trabaje más. Nosotros apoyamos una gestión del horario de trabajo más flexible”.
Para el dirigente sindical “el mantenimiento de normas sociales adecuadas depende de la relación de fuerza entre los trabajadores y los propietarios. Pero no hay que perder de vista que un alto nivel de productividad laboral en todas partes se sostiene por condiciones de trabajo buenas y no al contrario”.
swissinfo, Marzio Pescia
(Traducido por P. Islas)
En Suiza, el promedio de la semana laboral es de 41.7 horas y 1897 horas anuales.
La desocupación en Suiza es del 3,8%.
En Alemania es del 10%.
Según la OCSE, los germanos trabajan unas 200 horas anuales menos que los suizos.
En marzo del 2002, la ciudadanía suiza votó en contra de la reducción del horario laboral a 36 horas.
En Alemania se introdujeron las 35 horas semanales de trabajo hace casi una década.
Los sectores concernidos principalmente fueron los de la metalurgia, automóviles y electrónica.
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