Francia juzga al asesino del Museo Judío de Bruselas como carcelero yihadista en Siria
París, 17 feb (EFE).- El Tribunal de lo Criminal de París juzga a Mehdi Nemmouche, condenado a cadena perpetua en Bélgica por el atentado del Museo Judío de Bruselas en 2014, por ser presuntamente carcelero del Estado Islámico en Siria de cuatro periodistas franceses, entre otros, que estuvieron cautivos cerca de un año.
La cuestión central de este proceso, que comenzó este lunes y está previsto que se prolongue hasta el 21 de marzo, va a ser la demostración o no de que Nemmouche era efectivamente el carcelero identificado por los periodistas y trabajadores humanitarios occidentales que compartieron prisión en Siria, algo que él ha negado durante la instrucción.
Este sumario se abrió tras la detención de Nemmouche en Marsella el 30 de mayo de 2014, seis días después de haber cometido el atentado antisemita del Museo Judío de Bruselas, en el que irrumpió y en menos de dos minutos asesinó a sangre fría a cuatro personas.
Al publicarse su fotografía en la prensa, los cuatro periodistas franceses que estuvieron en manos del Estado Islámico durante casi un año en Siria no tuvieron ninguna duda de que ese era el hombre que conocían por el alias ‘Abou Omar’, uno de los verdugos que habían tenido durante su cautividad.
Los cuatro -Didier François, Édouard Elias, Nicolas Hénin y Pierre Torres- fueron secuestrados en junio de 2013. Estuvieron encerrados en una cárcel en la que coincidieron, entre otros, con otro periodista, el español Marc Marginedas, y con dos trabajadores humanitarios, el italiano Federico Motka y el británico David Haines.
Todos ellos fueron liberados en la primera mitad de 2014 salvo Haines, ejecutado el 13 de septiembre de ese año.
Tras nueve años de instrucción, la Justicia francesa decidió sentar en el banquillo a Nemmouche pero también a otros cuatro hombres, entre los que están el francés Abdelmalek Tanem y el sirio Kais al Abdallah, arrestado en Alemania donde había obtenido asilo junto a la familia.
Tanem, que ya fue condenado en 2016 a nueve años de cárcel por haber ido a Siria a integrarse en el movimiento yihadista que controlaba una parte del territorio de ese país, está acusado de haber formado parte del equipo de carceleros.
A Al Abdallah se le acusa de haber intervenido en el secuestro y en la detención de Nicolas Hénin y de Pierre Torres. Los dos niegan cualquier implicación.
Igualmente van a ser juzgados en ausencia dos supuestos responsables del grupo yihadista que tuvo en sus manos durante meses a los cuatro franceses, y que probablemente murieron en Siria o Irak: el belga Oussama Atar, cerebro de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París, y el francés Salim Benghalem, vinculado a los autores del ataque contra Charlie Hebdo en 2015.
Nemmouche, que cumplirá 40 años en abril, es originario de la ciudad francesa de Roubaix, cerca de la frontera belga, se crió en centros de acogida y tiene ya un largo historial judicial que empezó cuando era todavía menor.
Desde muy joven pasó repetidamente por la cárcel por hechos de delincuencia común y aparentemente fue allí donde se produjo su radicalización religiosa.
Los occidentales detenidos en Siria que dicen haber pasado por sus manos han subrayado durante la instrucción que tenía un papel preponderante y un comportamiento que oscilaba entre la violencia extrema, la perversión, la exhuberancia y la megalomanía.
En su primera intervención en el juicio este lunes, Nemmouche afirmó que no había sido el carcelero de nadie en Siria, sino «un soldado en el frente» contra el régimen de Bachar el Asad. EFE
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