Funcionario polaco acusado de espiar para Rusia trabajó en servicio secreto
Cracovia (Polonia), 8 dic (EFE).- Un alto funcionario polaco que está encarcelado por ejercer de espía para Rusia participó en la reorganización de la Inteligencia militar de Polonia.
Según revela un reportaje emitido la noche del miércoles por la cadena de televisión polaca TVN, Tomasz L. trabajaba en la oficina del registro de Varsovia, hasta que en marzo fue arrestado bajo la acusación de espiar para Rusia.
Gracias a su puesto en la administración, que alcanzó por la confianza personal de autoridades políticas que actualmente forman parte del gobierno, Tomasz L. tenía acceso a nombres, direcciones, datos fiscales y laborales de todos los residentes de Varsovia.
Además, trabajó como hombre de confianza de Antoni Macierewicz, director de la comisión estatal que reorganizó los servicios de Inteligencia militar desde 2006.
Como parte de esa comisión, compuesta por un pequeño grupo de personas que contaba de máxima confianza, Tomasz L. tuvo acceso a información sobre la identidad de los agentes de la Inteligencia polaca, sus colaboradores e informantes, los proyectos de ese organismo e incluso las empresas creadas como pantalla para sus actividades.
En 2006, el Gobierno polaco decidió desmantelar los servicios secretos, que operaban casi sin cambios desde la era comunista, y cuyos integrantes, según un informe encargado por el actual líder del partido gubernamental, Jaroslaw Kaczynski, mantenían vínculos con Moscú y llevaban a cabo actividades de tráfico de armas.
Tomasz L. formó parte de la comisión encargada de reorganizar la Inteligencia militar, compuesta por 15 militares y 9 civiles, algunos de cuyos nombres aún se mantienen en secreto.
Según los testimonios del documental, los 24 miembros de la comisión tenían acceso a la información de todos sus compañeros y compartían un único ordenador, sin conexión a internet, donde se almacenaban todos los datos y sobre el que no se ejercía ningún control de acceso.
Tras la detención de Tomasz L. en marzo, justo al día siguiente de que entregase sus ordenadores a un servicio técnico para que formateasen los discos duros, la Policía registró exhaustivamente su apartamento e incluso drenó las tuberías del edificio donde residía en busca de pistas.
Se sospecha que la colaboración de este alto funcionario con Rusia pudo haberse establecido hace más de cinco años, durante los cuales acumuló una gran cantidad de información «con la que cualquier servicio extranjero solo podría soñar», según declara en el documental uno de los participantes.
Pocos días después de la detención de Tomasz L., Polonia expulsó a 40 empleados de la embajada rusa en Varsovia. EFE
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