A lo largo del siglo XX, Ginebra estuvo en el centro de las negociaciones de paz, bajo la égida de la Sociedad de Naciones y luego de las Naciones Unidas. Un papel materializado por el augusto Palacio de las Naciones.
Este contenido fue publicado en
Thomas Kern nació en Suiza en 1965. Formado como fotógrafo en Zúrich, comenzó a trabajar como fotoperiodista en 1989. En 1990 fundó la agencia suiza de fotografía Lookat Photos. Thomas Kern ha ganado dos veces un World Press Award y ha recibido varias becas de fotografía. Sus trabajos han sido objeto de múltiples exposiciones y están representadas en diversas colecciones.
Apasionado por las sociedades humanas y el arte de informar sobre ellas -una curiosidad alimentada por viajes, amigos y lecturas-, cubro principalmente los grandes temas que abordan las organizaciones internacionales con sede en Ginebra. Abreviatura: fb
Cuántos esfuerzos, éxitos y rotundos fracasos para ir Hacia la paz perpetua, el ensayo fundador del filósofo alemán Emmanuel Kant, publicado en 1795. La paz ya no se ve como una pausa entre las guerras, sino como un programa para establecer y pacificar las relaciones internacionales.
Fue durante las dos guerras mundiales que asolaron la primera mitad del siglo XX que se sentaron las bases del derecho internacional. La Sociedad de Naciones colocó las primeras piedras, antes de que la Organización de las Naciones Unidas reanudara el trabajo con las golpeadas potencias europeas salidas de guerras parcialmente interrumpidas entre 1918 y 1939.
En su último libro, Le monde d’hier, souvenir d’un Européen, (El mundo de ayer, recuerdo de un europeo), de 1942, el escritor austriaco Stefan Zweig capta con emoción el clima que acompañó el nacimiento de la SDN: “El que vivió en aquellos días recuerda que las calles de todas las ciudades se llenaron de gritos de alegría para dar la bienvenida a Wilson [el presidente de Estados Unidos] como el salvador del mundo, que los soldados enemigos se abrazaron y besaron; nunca antes hubo tanta fe en Europa como en aquellos primeros días de paz”.
Pero unas páginas más tarde, el vienés manifiesta su desencanto: “Todo el mundo sabe hoy – y solamente unos pocos lo sabíamos entonces – que esta paz era una de las mayores, si no la mayor posibilidad moral de la historia (…) Pero los viejos generales, los viejos estadistas, los viejos intereses habían desgarrado este gran concepto, lo redujeron a unos inútiles pedazos de papel. La sagrada promesa, hecha a millones de hombres, de que esta guerra sería la última… fue cínicamente sacrificada a los intereses de los fabricantes de municiones y al furor de los políticos que salvaron triunfalmente… su fatal táctica de convenciones y deliberaciones a puerta cerrada».
Un recinto frágil, pero indispensable
La SDN ayer y la ONU hoy solamente pueden actuar en el espacio que les dejan los Estados miembros, especialmente los más poderosos. Pero los avances están lejos de ser insignificantes: Ya sea el reconocimiento de la condición de refugiados y de un organismo que los ayuda (ACNUR), los convenios internacionales que fomentan un mayor respeto de los derechos humanos, las normas técnicas establecidas en materia de telecomunicaciones o los derechos sobre la propiedad intelectual. La ONU ha permitido a los Estados llegar a un consenso.
Sin embargo, nada está definitivamente ganado, como lo demuestra la renovada tensión entre las grandes potencias en un mundo que ahora es multipolar. Pero con todos los países como miembros y un mayor espacio para la sociedad civil, la ONU sigue siendo una institución importante en el intento de equilibrar las relaciones de fuerza entre sus Estados miembros.
Este contenido fue publicado en
Como segunda sede principal de las Naciones Unidas, después de la de Nueva York, el Palacio de las Naciones suele recibir a los 1 500 funcionarios y a unos 200 000 delegados que vienen de todo el mundo para participar en unas 2 500 conferencias y reuniones internacionales que se celebran cada año en Ginebra.…
La Sociedad de las Naciones y el «descubrimiento» de Ginebra
Este contenido fue publicado en
Cuando el mundo exploraba un nuevo orden internacional al final de la Primera Guerra Mundial, el ginebrino Gustave AdorEnlace externo, presidente de la Confederación Suiza y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), impulsaba junto con otros la candidatura de Ginebra como sede de la primera organización internacional para el mantenimiento de la paz,…
Suiza, la Sociedad de las Naciones y la hipoteca bolchevique
Este contenido fue publicado en
La fundación de las Sociedad de las Naciones en 1919 fue una respuesta a la explosión bélica que devastó Europa durante cuatro años. También, una respuesta a la agitación social, incluso revolucionaria, que sacudió al continente a partir de la toma del poder por parte de los bolcheviques en Rusia. Un argumento esgrimido por Berna…
Tras las huellas de los fantasmas del Palacio de las Naciones
Este contenido fue publicado en
Titulada ‘La huella diplomática’, la serie fotográfica excluye a las personas. Una elección que abre la puerta para viajar en el tiempo y la imaginación, como anota François VermotEnlace externo: “En muchos rincones del Palacio de las Naciones el visitante es transportado al pasado, a algún lugar en los años 1930 o 1970, los períodos…
Únase a la conversación