Qué hay que saber de las negociaciones sobre Sudán
Lideradas por Estados Unidos y coorganizadas por Suiza, las conversaciones sobre Sudán, que pretenden lograr un alto el fuego tras 16 meses de conflicto, han comenzado esta semana en la región de Ginebra. Incluso horas previas al inicio de las conversaciones (este 14 de agosto) existía la duda de si asistirían representantes de los dos bandos enfrentados.
Un anuncio seguido de un silencio sepulcral. Desde que a finales de julio Washington hiciera oficial que las conversaciones de paz sobre Sudán se iban a celebrar en Suiza, se han filtrado muy pocos detalles sobre el lugar de la reunión, sus posibilidades de éxito y, sobre todo, si van a asistir las partes enfrentadas. En los últimos 16 meses, el conflicto ha provocado el desplazamiento interno de casi 11 millones de personas.
A través de cinco preguntas y sus correspondientes respuestas, a continuación detallamos los puntos clave de las negociaciones coorganizadas por Suiza y Arabia Saudí.
¿Qué ocurre en Sudán?
En abril de 2023, el país se sumió en una violenta guerra civil entre el Ejército sudanés, dirigido por el general Abdel Fattah al-Burhan, y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), dirigidas por el general Mohamed Hamdane Daglo, antigua mano derecha de su rival.
Cabe recordar que los militares orquestaron un golpe de Estado en 2019, poniendo fin a 30 años de gobierno autocrático. Tras ello se instauró un gobierno de transición, pero en 2021 el país volvió a manos de un consejo militar. Los dos generales (Fattah al-Burhan y Hamdane Daglo) formaban parte de este consejo y acabaron enfrentados.
Ahora ambos buscan el poder y esperan hacerse con las riquezas del país, que incluyen oro y petróleo.
En los últimos 16 meses decenas de miles de personas han muerto en Sudán y casi 11 millones se han visto desplazadas; algunas de ellas más de una vez. Más de dos millones han huido del país, según Naciones Unidas.
La ayuda humanitaria llega a cuenta gotas, pues su acceso está gravemente obstaculizado y faltan fuentes de financiación. El país se encuentra en medio de una de las peores crisis humanitarias del mundo. Para las agencias humanitarias de la ONU, que critican a la comunidad internacional por su inacción, también es una de las crisis más desatendidas: unos 25 millones de personas —más de la mitad de la población del país— necesitan ayuda.
El martes varios representantes de la ONU, en el Palacio de las Naciones y ante representantes de distintos medios de comunicación, describieron los horrores a los que a diario se enfrenta la población de Sudán. También los menores que no pueden escapar de las bombas, el hambre y la violencia sexual.
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¿En qué consisten las negociaciones?
Las conversaciones —que han comenzado el 14 de agosto en un lugar secreto no lejos de Ginebra— se centran en un posible alto el fuego y en la mejora del acceso humanitario.
Se trata de un nuevo formato, liderado por Estados Unidos con el apoyo de Suiza y Arabia Saudí. Washington aduce razones humanitarias para su compromiso, que se produce tras infructuosas rondas de negociaciones celebradas en Yeda (Arabia Saudí).
Las conversaciones de Ginebra podrían durar hasta diez días, a los que seguiría una segunda ronda.
¿Por qué se llevan a cabo en Suiza?
Suiza tiene gran experiencia en albergar negociaciones de paz, debido a su neutralidad, entre otras razones. Tal y como ha subrayado el enviado de Estados Unidos para Sudán, Tom Perriello, en una rueda de prensa celebrada el lunes en Ginebra, Suiza podría aportar además su contribución en cuestiones humanitarias.
Otro factor importante, sin duda, es la presencia en el país de la sede europea de las Naciones Unidas, donde se coordina la ayuda humanitaria. En julio representantes de las Fuerzas de Apoyo Rápido y del Ejército sudanés invitados por el enviado de la ONU para Sudán, Ramtane Lamamra, visitaron Ginebra.
Durante estas conversaciones indirectas sobre la ayuda humanitaria y la protección de los civiles las dos partes enfrentadas, sin embargo, no se reunieron.
¿Quién participa?
Esta es la gran pregunta que sigue sin respuesta. Aún no está claro si ambas partes acudirán a Suiza para mantener conversaciones.
A finales de la semana pasada el Ejército sudanés indicó que no quería participar en esta ronda de negociaciones, condicionando su asistencia a la retirada de las Fuerzas de Apoyo Rápido de las ciudades bajo su control. También cuestionó que los Emiratos Árabes Unidos participe en la conferencia como observador y que se cree un formato distinto al que Arabia Saudí ha liderado hasta ahora.
Tom Perriello —indicando que las conversaciones de Ginebra serán “una extensión” de las conversaciones saudíes— reconoció que “no hemos perdido la esperanza de que [el Ejército sudanés] asista a las conversaciones”.
Las Fuerzas de Apoyo Rápido, por su parte, sí se han comprometido a participar en las conversaciones de Ginebra. Aunque, según apuntó el enviado estadounidense, el lunes por la tarde sus representantes aún no habían llegado a Suiza.
Las conversaciones deberían celebrarse incluso en ausencia de una de las partes, aunque Tom Perriello admitió que entonces serían unas conversaciones técnicas y no una mediación formal, lo que dificultaría avances concretos hacia un alto el fuego.
Está previsto que la ONU y la Unión Africana participen como observadores, así como Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.
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¿Qué resultados pueden esperarse?
Los objetivos fijados son obtener un plan de alto el fuego y mejorar el acceso de la ayuda humanitaria.
Sin embargo, Tom Perriello recordó que “es poco probable que resolvamos todos los problemas esta semana”.
Marc Lavergne, director emérito de investigación del CNRS, entrevistado la semana pasada por RTSEnlace externo, subrayó que “es una señal positiva ver, por fin, que Estados Unidos pone su peso en la balanza”, aunque se preguntó si eso sería suficiente. “La situación es extremadamente compleja y ninguna de las iniciativas para sentar a los protagonistas en torno a la misma mesa ha tenido éxito hasta ahora”, dijo.
Este conflicto, en su opinión, es especialmente difícil de resolver, porque se trata de “una guerra de intereses” en la que ambas partes buscan acaparar la riqueza de Sudán. “Creo que ante este tipo de problemas los diplomáticos están un tanto indefensos”, añadió.
No se trata de resolver el conflicto político. Un ámbito —en palabras de Tom Perriello— en el que la Unión Africana está comprometida y que cuenta con el apoyo de Washington. Según él, resolver este aspecto corresponde al pueblo, y no a los generales.
Texto adaptado del francés por Lupe Calvo / Carla Wolff
Texto revisado por Virginie Mangin
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