Golpeada, drogada y violada: la historia de una esclava sexual en India
Vendida por su familia cuando era adolescente, Zarin fue golpeada, drogada y violada en grupo repetidamente.
Como Zarin, miles de jovencitas son víctimas del tráfico de mujeres en India, particularmente en el estado de Bengala Occidental, fronterizo con Bangladés, Bután y Nepal.
En Bengala Occidental han desaparecido más de 50.000 mujeres jóvenes, da las cuales un 25% son menores, la cifra más alta en India, según los últimos datos nacionales de criminalidad.
Zarin, cuyo nombre se modificó por respeto a su privacidad, fue vendida a traficantes por su propia familia después de que ella rechazara un matrimonio concertado cuando tenía 16 años.
«Les dije que no, que era demasiado joven», cuenta Zarin, ahora con 20 años, a la AFP.
En un viaje que ella pensaba que era una visita a su hermana en el territorio himalayo de Cachemira, a unos 1.900 kilómetros de su hogar, fue entregada a un hombre.
Sus raptores la drogaban frecuentemente con la comida para dejarla inconsciente. Un día escondió la comida y se dio cuenta de que estaban abusando sexualmente de ella.
«Me tumbé ahí, simulando que estaba inconsciente (…) Entonces vi tres o cuatro hombres que entraban a la habitación», explica.
«Entonces entendí lo que me estaba ocurriendo», agrega.
Esa vez se resistió, pero en los siguientes días volvió a ser violada en grupo.
El Ministerio de Interior de India contabiliza 2.250 casos de tráfico de personas en 2022, los datos más recientes disponibles. La cifra real se considera mucho más elevada.
Muchas de las jóvenes víctimas de estas redes acaban en Calcuta, la capital del estado de Bengala Occidental y una de las mayores ciudades de India. Algunas se ven arrastradas a trabajos forzados, otras a la prostitución.
En el caso de Zarin, sus raptores la terminaron vendiendo por, según cree ella, menos de 3.500 dólares.
De nuevo, «me golpeaban, abusaban sexualmente de mí», relata con una voz quebrada. «Hablar de esto es doloroso».
Finalmente pudo escapar y ahora intenta reconstruir su vida.
– «Los traficantes explotan a millones» –
En la nación más poblada del mundo, la magnitud del problema es enorme.
Un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos de 2023 apuntó que India lleva a cabo «notables esfuerzos», pero todavía no cumple con los mínimos para eliminar el tráfico humano.
«Los traficantes explotan a millones de personas en el comercio sexual en India», afirmó este informe.
Algunos grupos organizan «matrimonios falsos en India y los países del Golfo» antes de explotar sexualmente a las mujeres, indicó.
Para atraer a sus víctimas, estas organizaciones usan las redes sociales o las aplicaciones móviles de citas, agregó.
Muchas se ven atrapadas por la práctica ilegal de la servidumbre por deuda, también conocida como esclavitud por deudas, en la que las víctimas son obligadas a trabajar para reembolsar los préstamos recibidos.
El informe estadounidense también indicó que «importantes números» de jovencitas y mujeres de Nepal y Bangladés son captadas por las redes de tráfico sexual en India bajo la falsa promesa de ofrecerles un trabajo.
Pallabi Ghosh, fundadora de la Fundación Impacto y Diálogo, que trabaja para recuperar a las víctimas de estas prácticas, afirma que las cifras registradas quedan muy lejos de la realidad debido al «estigma».
Las familias a menudo no quieren continuar con la denuncia una vez la mujer desaparecida ha sido rescatada.
«Los casos de tráfico son difíciles de denunciar», afirma. «Esta es la razón por la que los traficantes andan sueltos».
El problema es grave, ahonda Pinaki Sinha, de la organización antitráfico Sanlaap de Calcuta.
La pobreza es un factor clave, porque muchos padres quieren casar a sus hijas con «una familia mejor económicamente».
Pero luego, las chicas son abusadas. «Hay una falta de conciencia y una falta de apoyo adecuado», asegura.
– «Arrancó mi ropa» –
Ayesha, de 18 años, dejó atrás su trabajo en una fábrica textil en Bangladés y dedicó todos sus ahorros y los de su madre, 285 dólares, a un intermediador que prometió ingresarla clandestinamente a India y un empleo mejor remunerado.
Pero al llegar a India, le dijeron que el trabajo prometido en una fábrica ya no estaba disponible y le ofrecieron a cambio bailar en un bar, lo que ella rechazó.
Sin ingresos ni refugio, finalmente se quedó con un hombre que le ofreció una habitación, pero solo para abusar de ella.
«Le suplicaba y lloraba», explica Ayesha, que tampoco usa su nombre real. «Abusó de mí y me golpeó, arrancó mi ropa y me agredió».
Empezó una pesadilla de repetidos abusos sexuales de parte de dos hombres. «Me violaron más de ocho o nueve veces en 18 días», declara.
La joven consiguió escapar después de contactar con un vecino.
«Dije a la policía que quería que los dos hombres fueran castigados por violarme», cuenta. Pero los agentes respondieron que fue su «error» por entrar ilegalmente en India y archivaron el caso.
Ayesha no ha perdido la esperanza y planifica volver a casa y convertirse en esteticista.
«Quiero ser autosuficiente», afirma. «Quiero olvidar todo esto».
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