Hace 30 años Cosa Nostra asesinó a los jueces Falcone y Borsellino
Era el año 1992, los jueces italianos Falcone y Borsellino fueron asesinados con atentados en Sicilia por sicarios de Cosa Nostra. Fue un cruento golpe para el Estado que combatía el crimen organizado, pero también para la mafia siciliana al salir devastada por la ola de rechazo generada.
Eran las 17H58 del 23 de mayo de 1992 cuando una potente explosión arrancó un tramo de la carretera que conduce al aeropuerto de Palermo.
La explosión fue tan poderosa que la registró el Instituto Nacional de Geofísica, que suele tomar el pulso al volcán Etna.
Murieron el juez antimafia Giovanni Falcone junto con la esposa y tres miembros de su escolta. Una carga de 500 kilos de TNT y nitrato de amonio fue colocada en una tubería de agua que discurre bajo la carretera que une el aeropuerto con el centro de la capital siciliana.
En el kilómetro 4, cerca al desvío que conduce a la localidad de Capaci, quedó un cráter de un metro de profundidad y un montón de láminas, asfalto, piedras y cuerpos despedazados.
La bomba pulverizó el coche que iba adelante y lo lanzó a varios cientos de metros. Los tres policías a bordo murieron.
En el otro automóvil, un Fiat Croma blanco blindado, el juez Falcone, que conducía, y su esposa Francesca Morvillo, quedaron heridos de muerte. El conductor, Giuseppe Costanza, que iba sentado en la parte trasera, sobrevivió, al igual que los tres agentes que viajaban en el coche de atrás.
En el lugar donde murieron crece ahora el «Jardín de la memoria», con olivos que producen aceite para ser usado en las iglesias sicilianas para las unciones de los bautizos y confirmaciones.
– El asesinato de Borsellino –
El juez Falcone era el símbolo de la lucha del Estado italiano contra la llamada Cosa Nostra, célebre en el mundo por la saga de «El Padrino» de Francis Ford Coppola y por sus ramificaciones en las altas esferas del poder italiano.
Había sido el mismo Falcone quien, gracias a las confesiones del informante arrepentido Tommaso Buscetta, preparó el primer «maxi-Proceso» a la mafia, que condujo en 1987 a la condena de cientos de mafiosos.
En el momento del atentado estaba trabajando en Roma, donde dirigía el departamento de asuntos penales del Ministerio de Justicia, después de haberse retirado de la fiscalía de Palermo en 1991.
Falcone estaba elaborando un paquete de normas antimafia y Cosa Nostra sabía que era más peligroso en la capital que en la isla.
«Una masacre mafiosa», tituló al día siguiente de atentado el diario La Repubblica con una foto del famoso magistrado, mientras miles de sicilianos salían a la calle para manifestar su indignación, una movilización de rechazo al crimen organizado sin precedentes en la isla italiana.
Todas las miradas se volvieron entonces hacia Paolo Borsellino, considerado su «hermano siamés», porque eran dos nombres que iban siempre de la mano, por haber sido los fiscales del mayor juicio celebrado hasta entonces contra la mafia.
Pero el 19 de julio, 57 días después de la muerte de su amigo Giovanni, Paolo Borsellino murió en un atentado con bomba junto con cinco miembros de su escolta. Solo su conductor sobrevivió.
– Mal negocio para la mafia –
Sus muertes generaron un cambio radical. El Estado desplegó a sus mejores carabineros y policías para dar caza al «capo» supremo de la Cosa Nostra, Salvatore Riina, apodado «La Belva» («La Bestia»), responsable de haber sembrado el terror durante más de veinte años, ordenando cientos de asesinatos, secuestros, desapariciones. Fue detenido el 15 de enero de 1993 mientras esperaba a una persona en su automóvil en una calle de Palermo y murió en 2017 en una cárcel a los 87 años.
Los asesinatos de Falcone y Borsellino inicialmente «frenaron las investigaciones antimafia» pero «a largo plazo resultaron ser un muy mal negocio para la Cosa Nostra, ya que su grupo dirigente fue decapitado gracias a las detenciones y a las confesiones de los arrepentidos», explicó Vincenzo Ceruso, autor de varios libros sobre la mafia.
La justicia italiana ha dictado decenas de condenas por esos dos crímenes. Interrogado por AFP, Roberto di Bella, juez antimafia del tribunal de menores de Catania, en Sicilia, considera que «la mayoría de los autores materiales han sido juzgados y condenados».
Los sobrevivientes y familiares de las víctimas están convencidos de que aún faltan piezas del rompecabezas. «No se ha llegado a la verdad, a los verdaderos patrocinadores del asesinato de Giovanni Falcone, porque no creo que un tipo tan ignorante como ‘Toto’ Riina haya podido organizar un ataque tan sofisticado como el de Capaci», estima Angelo Corbo, uno de los policías que sobrevivió al atentado de Capaci, en un documental realizado por la página Fanpage.it.
«Los hombres de cuello blanco, traje completo y corbata» no han sido tocados, ni se han tenido que preocupar, denuncian.
En 2013, la justicia italiana archivó la investigación sobre los «patrocinadores ocultos» del atentado de Capaci.
«No hay constancia de la existencia de patrocinadores externos», explica Vincenzo Ceruso.
A pesar de los duros golpes asestados a la mafia siciliana, «el Estado nunca debe bajar la guardia», advirtió este miércoles en el diario La Repubblica el mafioso arrepentido, Santino Di Matteo.
«Contra la mafia hay sólo un método: no parar. Mucho se ha hecho, pero falta mucho por hacer», resume.