Hallan por primera vez en Ecuador manglar asiático y advierten que es «amenaza potencial»
Quito, 30 ene (EFE).- Un grupo de investigadores encontró por primera vez en Ecuador una especie de manglar exótico procedente de Asia que resulta una «potencial amenaza» para las especies nativas, según ha advertido este jueves el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), que forma parte de la investigación.
La especie exótica detectada es ‘heritiera fomes’, también conocido como sundari, sundri o jekenazo en el Golfo de Bengala, su área original de distribución, que abarca los ríos Ganges y Brahmaputra en la India y Bangladesh, respectivamente.
También es habitual encontrarlo en el mar de Andamán, donde está presente en la desembocadura de los ríos Irrawaddy y Great Tenasserrim en Myanmar y, más al sur, en la península de Tailandia.
Sin embargo, en 2022 esta especie fue encontrada en la isla Santay, ubicada en el golfo de Guayaquil, donde según el Inabio «parece estar naturalizada, y produce flores y frutos al menos dos veces al año».
En total, se han registrado 81 ejemplares de mangle, de los cuales 51 son plántulas de ‘heritiera fomes’ en la parte norte de la isla, que está directamente influenciada por el agua dulce de los ríos Babahoyo y Daule, donde crece junto a especies nativas de manglar y bosque seco.
La isla Santay, catalogada internacionalmente por la Unesco como un sitio Ramsar (humedal de importancia), recibe un caudal de aproximadamente 1.600 metros cúbicos de agua dulce de los ríos Babahoyo y Daule, y la baja salinidad del agua ha favorecido el crecimiento de especies exóticas y bosque seco nativo.
Los investigadores no han logrado determinar la manera en que el mangle ‘heritiera fomes’ llegó hasta la isla Santay, pero sostienen que «la explicación más probable para su introducción es que su fruta fue transportada inadvertidamente desde Asia a Ecuador en un barco de carga».
«Existe un comercio marítimo activo entre estas dos áreas y una introducción incidental es una posibilidad ya que el fruto tiene la capacidad de flotar», señalan.
El Inabio recuerda que las especies introducidas son un problema global debido a sus impactos en la conservación de la biodiversidad, y algunos estudios sugieren que son la segunda causa principal de pérdida de biodiversidad después de la fragmentación del hábitat.
En ese sentido, considera que «es urgente realizar acciones de investigación y monitoreo para establecer esfuerzos de prevención, control, mitigación y erradicación, tal como lo establece el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica».
Además de los investigadores del Inabio, en este estudio también han participado científicos de la Universidad Espíritu Santo (UEES) de Guayaquil y del Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsonian (Estados Unidos), así como del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica. EFE
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