Canonizan a una suiza por su labor en Colombia
María Bernarda Bütler, fundadora de las Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora en Cartagena, será santificada este domingo en Roma, junto a la ecuatoriana Narcisa de Jesús Martillo, por el Papa Benedicto XVI.
Hace más de 60 años que ningún helvético recibe esta consideración religiosa. El último fue Niklaus von Flüe en 1947.
María Bernarda Bütler dirigió su congregación de la ciudad colombiana durante 32 años y falleció el 19 de mayo de 1924, a los 76 años de edad, tras 56 de vida religiosa franciscana y 36 de misionera en América Latina.
El 29 de octubre de 1995, Juan Pablo II la beatificó. Hasta ese momento no era demasiado conocida en Suiza.
«Una canonización representa la ejemplaridad de una persona y la dignidad de un pueblo. Si hablamos de Suiza, ésta es la primera vez que se hace santa a una mujer de nuestro país», relata el jesuita y antiguo redactor jefe de la revista Echo Magazine, quien confirma la importancia del evento.
El acto será transmitido por la televisión y contará con la presencia de los prelados suizos Kurt Koch y Markus Büchel, además de Corina Casanova, canciller de la Confederación. Centenares de compatriotas asistirán al acto en Roma.
Santos Suizos
En el país el último canonizado fue Niklaus von Flüe en 1947. En toda la historia hay apenas una cincuentena de personas con esta distinción.
Walter Müller, portavoz de la Conferencia Episcopal Suiza, trata de explicar esta poca presencia de santos nacionales. «Quizá se deba a un elemento puramente demográfico ya que Suiza es un país pequeño. Además, la Reforma y los conflictos religiosos que se produjeron limitaron las canonizaciones».
Monasterio de Altstätten
En 1867, a los 19 años de edad, ingresó en el monasterio franciscano de María Auxiliadora, en Altstätten (cantón San Gall). En 1868 vistió el hábito franciscano, adoptando el nombre religioso de María Bernarda del Sagrado Corazón de María.
Poco después se marchó a Ecuador para desarrollar su vocación misionera, y luego pasó a Colombia.
En Ecuador inició la fundación de una filial misionera del monasterio suizo. Fue, de hecho, el comienzo de un proceso que convirtió a María Bernarda en precursora de un nuevo instituto, la congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora.
En 1895 la madre María Bernarda huyó de Ecuador a causa de una violenta persecución contra la Iglesia y se estableció en Colombia. El número de las hermanas creció y la congregación fundó casas en Colombia, Austria y Brasil. Murió en Cartagena en 1924 sin haber regresado más a su patria.
«Ella es muy conocida en América Latina», reconoce Müller. «En Cartagena su retrato está colgado en los autobuses, los taxis, las oficinas, en todas partes. En los países latinos pasa un poco como al principio de la Iglesia, por la veneración popular que se profesa hacia los santos».
Dos milagros probados
Dos milagros han sido reconocidos expresamente por la Iglesia Católica, atribuidos a la intercesión de la Madre María Bernarda Bütler, que sirvieron, primero, para la beatificación y, luego, la canonización. La Iglesia pide en estos casos el testimonio oficial de un tribunal médico, el cual corrobora que no hay explicación científica para las curaciones.
El milagro tomado para la beatificación ocurrió en 1969: la pequeña Liliana Sánchez, que por aquel entonces contaba con sólo 15 días de vida, presentaba ausencia de los huesos de la bóveda craneana e iba a morir en el corto plazo.
Una religiosa de la congregación entregó a la madre de la niña una reliquia de la Madre Bernarda y una novena. De la noche a la mañana, se produjo una reconstrucción ósea completa, verificada por los médicos.
Por otra parte, en el año 2002, Mirna Jazime Correa, de 29 años de edad, presentaba neumonía atípica con más complicaciones. A pesar de los tratamientos no mejoraba y el 5 de julio se encontraba completamente desahuciada, conectada a las máquinas, mientras sus signos vitales iban decayendo.
La madre de la enferma colocó sobre la cabeza de su hija una reliquia de la beata María Bernarda y pidió durante todo el día la curación.
La sorpresa llegó el día después, cuando se observó en la enferma una mejoría general, que se acentuó con el correr de las jornadas, sin que quedara ninguna secuela en los pulmones, tras un cuadro de extrema gravedad.
El 6 de julio del 2007, el Papa Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre este milagro, que ha sido el último paso en el proceso que ahora terminará con la canonización de la beata Madre María Bernarda Bütler.
swissinfo, Isabelle Eichenberger e Iván Turmo
María Bernarda (de nombre de pila: Verena) nació y fue bautizada en Auw (cantón de Argovia) el 28 de mayo de 1848.
Era la cuarta hija de Heinrich y Katharina Bütler, campesinos y católicos practicantes.
Al concluir la enseñanza escolar básica, se dedicó a los quehaceres domésticos y al trabajo en el campo. En plena juventud ingresó en una casa de religiosas.
Destacaba por su profunda virtud y sus cualidades humanas; por ello, no tardó en ser nombrada maestra de novicias y, más tarde, superiora, servicio que prestó hasta su partida para las misiones.
Cuando llegó a Ecuador, puso como base de su actividad misionera la oración, la pobreza, la fidelidad a la Iglesia y el ejercicio de las obras de misericordia.
Se encargó de la educación de los niños y jóvenes, anunciándoles el Evangelio, animaba la liturgia, visitaba y asistía a los enfermos y a los pobres.
El Papa Benedicto XVI celebrará en total cuatro canonizaciones este domingo, 12 de octubre.
Además de las citadas María Bernarda Bütler y Narcisa de Jesús Martillo, figuran la del beato italiano Gaetano Errico y de la india Alfonsa de la Inmaculada Concepción.
Se trata de una de las pocas ceremonias de canonización que preside el Pontífice, ya que ha limitado el ritmo de las canonizaciones y beatificaciones.
Éstas habían alcanzado una cifra récord con Juan Pablo II con 482 santos y 1.338 beatos.
Las canonizaciones se llevarán a cabo paralelamente al Sínodo de Obispos que se celebra en el Vaticano y que reúne a eclesiásticos de todo el mundo.
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