Desde Berna, el Papa convoca a la unidad
Un llamado la unidad a través del testimonio de la fe, lanzó Juan Pablo II ante 70.000 fieles. Subrayó asimismo la imperiosa preocupación ecuménica a partir del misterio de la Trinidad.
El Papa concelebró una misa al aire libre en medio de estrictas medidas de seguridad.
«Gracias Suiza» fue la frase del Papa Juan Pablo II en el cierre de la solemne misa celebrada en la pradera de Allmend desde las 10:30 hasta las 12:45 de este domingo.
Decenas de miles de adultos, niños y jóvenes católicos de Suiza se congregaron tras sortear las estrictas medidas de seguridad impuestas en las 17 entradas y en las arterias próximas.
El presidente de Suiza, Joseph Deiss, y la ministra de Relaciones Exteriores, Micheline Calmy-Rey asistieron al acto.
Más de un centenar de sacerdotes concelebraron e impartieron la comunión a los millares de fieles.
Testimonio de fe y ecumenismo
Juan Pablo II exhortó en su homilía a las generaciones jóvenes a dar testimonio de su fe “no sólo con la palabra, sino con sus actos”, al tiempo de subrayar que les acompaña en la proclamación del Evangelio.
Tal como lo hizo el sábado, el Sumo Pontífice insistió en la necesidad de poner en práctica el lema del primer Encuentro de los jóvenes católicos suizos: «Levántate» para superar los retos y contribuir a la creación de «un mundo mejor».
«Ha llegado el momento de preparar a las jóvenes generaciones de apóstoles», sentenció.
En aparente respuesta a las críticas que precedieron a su visita, Juan Pablo II destacó también la “preocupación ecuménica”. “La celebración de la Santísima Trinidad constituye cada año para los cristianos un llamado constante a la unidad”, dijo y añadió que la Iglesia Católica avanza en la vía de la comunión con los creyentes.
La Federación de las Iglesias Protestantes no aceptó la invitación de participar en la ceremonia religiosa por considerar que quienes no son católicos quedarían privados de la comunión.
Conviene recordar que los protestantes en Suiza representan 40% de la población (la Confederación Helvética tiene más de siete millones de habitantes, 20% de los cuales son extranjeros).
Colorido y multiculuralidad
Los jóvenes expresaron en francés, alemán, español, italiano, portugués, albanés e italiano sus deseos de justicia, equidad, proscripción de la violencia, de la tortura, el hambre y de la guerra.
Oraron además por que quienes tienen la responsabilidad de dirigir el mundo tengan la iluminación sufieciente para guiar al mundo por la senda de la paz y el progreso común.
El colorido de camisetas y pancartas en comunión con el entusiasmo juvenil dieron un toque especial a la ceremonia.
El Papa bendijo el agua traida por los jóvenes de los cuatro ríos suizos: el Ródano, el Rin, el Tesino y el Inn; agua con la cual después se roció a quienes asistieron a la misa.
En otro de los pasajes salientes, el Papa Juan Pablo II pronunció: “Que la Virgen ayuda a vuestra nación a seguir conservando la armonía y la unidad entre los diferentes grupos lingüísticos y étnicos que la componen”.
Seguridad
El recorrido del Papa Juan Pablo II desde la residencia de ancianos Viktoriaheim, donde se aloja en su visita de dos días a Berna, fue minuciosamente vigilado por más de 1.000 policías de la ciudad, el cantón y la federación.
A ese contingente se sumaron también muchos ex miembros de la Guardia papal, integrada desde hace casi 500 años sólo por soldados suizos.
El tránsito fue cerrado en los barrios próximos a la pradera de Allmend, sitio accesible sólo en autobús o tranvía.
Opiniones divergentes
La visita del Papa a Berna, invitado por la juventud católica suiza, desató en la opinión pública helvética un debate sobre temas centrales como son el celibato y la ordenación de la mujer.
Cabe recordar que un grupo de teólogos y de miembros del clero católico publicaron a mediados de mayo una carta abierta exigiendo la dimisión del Papa porque- a su juicio -, su quebrantada salud y su avanzada edad impedirían el cumplimiento pleno de su función.
Según una encuesta, cuatro de cinco suizos comparten esa opinión. De ahí que la asistencia a la misa de este domingo podría ser un indicador de cuánto han calado las opiniones divergentes en torno a la vista del jefe de la Iglesia Católica.
Fiesta juvenil
El recibimiento apoteósico de 12.000 jóvenes al Papa, este sábado en el coliseo BernArena, permitió a Juan Pablo II compartir inquietudes, aspiraciones y retos.
La reiteración del lema del primer Encuentro nacional de la juventud suiza ‘Levántate’ en la alocución del Papa fue vitoreada con entusiasmo. El mensaje de no temer al compromiso en la búsqueda de un mundo con paz, sin injusticia social ni dominio del poder del dinero, parece haber llegado al destinatario.
La fiesta juvenil se prolongó con música, danza, teatro y talleres.
Horas antes, en el aeródromo de Payerne, Juan Pablo II había sido recibido por el presidente y ministro de Economía, Joseph Deiss, y los ministros de Relaciones Exteriores, Micheline Calmy-Rey y de Defensa, Samuel Schmid.
En la ocasión resaltaron la coincidencia de la Confederación y el Vaticano en la defensa de los valores fundamentales y la promoción de la paz en el plano internacional.
El presidente Deiss anunció la reanudación oficial de relaciones diplomáticas de Suiza con la Santa Sede y acto seguido presentó al primer embajador helvético, Hansrudolph Hoffmann, diplomático de confesión protestante.
Juan Pablo II concluye esta tarde su visita de dos días a Berna. Lo hará tras conversar con los miembros de la Conferencia Episcopal de Suiza y, luego, con ex integrantes de la Guardia Suiza del Vaticano.
Juan Espinoza y agencias
La ceremonia religiosa tuvo lugar en la pradera de Allmend, en una superficie de unos 800 metros cuadrados.
Estrictos controles de seguridad.
El acontecimiento reunió a unas 70.000 personas.
Muchos de los asistentes acudieron desde horas antes del acto religioso para tratar de lograr un lugar cercano al altar.
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