«Juan Pablo II fue un Papa para el Mundo»

Hans-Ruedi Bortis sirvió más de una década en la Guardia Suiza del Vaticano. (Foto de archivo H.R. Bortis) swissinfo.ch

Hans-Ruedi Bortis integró durante casi once años la Guardia Suiza del Papa.

En una charla en la Cámara de Comercio Suizo Argentina, el ahora diplomático se refirió a su experiencia en el Vaticano, elogió la personalidad de Juan Pablo II y habló de los desafíos que le esperan a Benedicto XVI.

«Cuando llegué a Roma fue un impacto muy fuerte. Yo venía de un pueblito muy chiquito de Suiza, y entrar a este mundo tan particular que era el Vaticano, era muy impresionante».

«Lo primero que vi fue la cúpula de la Basílica de San Pedro», comenzó diciendo Hans-Ruedi Bortis, actual Consejero de la Embajada de Suiza en Argentina.

Frente a un auditorio colmado de empresarios y miembros de la comunidad helvética, Bortis, oriundo del Valais, se refirió a sus años vividos en el Vaticano, justamente el día en que el «humo blanco» había anunciado al Mundo la designación de Joseph Ratzinger como nuevo Papa.

La figura de Juan Pablo II

«Por su carisma y su mensaje, por lo que era la defensa a la vida, los derechos humanos, era un Papa para toda la humanidad y no sólo para la Iglesia Católica» aseguró Bortis mientras recordaba sus años como miembro de la Guardia Suiza.

El diplomático se refirió con gran emoción a la figura de Karol Wojtyla y destacó las noblezas de la personalidad:

«Era un Pontífice muy joven; cuando entró tenía sólo 58 años, y eso nos hacía pensar que íbamos a cambiar el mundo. Pero cuando empezamos a conocerlo nos dimos cuenta que tenía unas convicciones muy férreas, y mantuvo su fe como una roca, sin cambiar nada durante sus 27 años de papado»

«Él tenía un amor particular por los jóvenes, de ahí las reuniones mundiales para la Juventud que tuvieron lugar en Argentina y también en Suiza. Ponía especial interés en los enfermos, los desvalidos y los pobres».

«El Papa era un Pontífice viajero. El no se quedaba en su trono esperando que la gente viniera a él. Claro que recibía a miles de personas, pero además iba a los lugares a llevar su palabra a los necesitados»

«Hizo una vida pública muy intensa aún cuando estaba muy enfermo. Fue una forma de dar un último mensaje, como diciendo ‘yo estoy enfermo pero aún así estoy con mi fe’»

«Juan Pablo II era un gran luchador por los derechos humanos, dejó un gran legado a toda la humanidad. Fue en su fe totalmente coherente y recuerdo cómo cada día se dedicó a su trabajo. Fue un gran defensor de la vida desde la concepción hasta la muerte», aseguró Bortis.

Su vida como guardia suizo

Fotos de aquellos años proyectadas en una pantalla gigante sirvieron como ilustración a los relatos de Bortis sobre su vida de guardia suizo en el Vaticano.

Durante esos casi once años que el diplomático vivió en Roma se casó con Mónica. Era un Guardia Suizo y fue el mismo Santo Padre quien bautizó al primer hijo de la pareja, Stephan.

«Ese es uno de los momentos que recuerdo con mayor emoción», dijo a swissinfo, y agregó:

«También recuerdo que cuando apenas había ingresado a la Guardia, el Papa regresaba de un viaje y pasó a mi lado, y cuando advirtió que era nuevo se acercó a mi a saludarme, a preguntarme de dónde venía, para saber en qué idioma hablarme, para conocerme!»

Los relatos de Bortis atraparon a la audiencia. En lo que fue una verdadera clase magistral, explicó con detalle cómo eran las rutinas y los entrenamientos de la guarnición papal (algo desconocido aún para los mismos suizos), recordó a las monjas suizas que les cocinaban platos helvéticos para apagar la nostalgia y hasta se refirió a la tradicional vestimenta:

«El vestido es quizás el más conocido del Mundo: lleva los colores azul, amarillo y rojo, de los Medici, que data de la época de los mercenarios de 1600. La divisa tiene más de cien piezas en un trabajo impresionante que hace el sastre»

Otro de los momentos aludidos de aquellos años tuvo que ver con el lamentable atentado de 1981. «Fue una situación muy triste, pero recuerdo cómo Juan Pablo II sostenía su fe divina hacia la virgen de Fátima, que en cierta forma sentía que lo había protegido»

Con gran expectativa, el hombre que supo «velar constantemente por la seguridad de la sagrada persona del Santo Padre y su residencia», como mandan las leyes que rigen esta histórica milicia, se prepara ahora para esperar la celebración de los 500 años de la Guardia Suiza que se cumplirán el próximo año.

Importantes desafíos esperan a Benedicto XVI

Bortis pudo conocer al nuevo Papa ya que convivió con él en esos años en el Vaticano y lo calificó como «muy reservado» Señaló que Juan Pablo II «nominó a todos los cardenales que votaron por su sucesión, con excepción de Joseph Ratzinger, quien fue nominado por Pablo VI en 1977»

Consultado por swissinfo sobre las perspectivas que imagina para el Benedicto XVI, el diplomático señaló que le esperan importantes desafíos:

«Deseo que el nuevo Papa sea iluminado para llevar adelante algunos desafíos muy fuertes que le aguardan, como el rol de la mujer en la Iglesia, el celibato, la planificación familiar y muchos otros temas que van a demandar una respuesta lo más pronto posible por parte de la Iglesia Católica»

Un camino muy difícil entre el dogma, la fe católica y la pastoral.

swissinfo, Norma Domínguez, Buenos Aires

Datos clave

Hans-Ruedi Bortis fue guardia suizo por más de una década y conoció personalmente a Juan Pablo II, quien bautizó a su primogénito.

La Guardia Suiza fue fundada por el papa Julio II en 1505 y creada en 1506. El próximo año cumplirá medio siglo al servicio de la seguirdad del Vaticano.

Está compuesta por cien soldados, cuatro oficiales, 23 mandos intermedios, 70 alabarderos, 2 tamborileros y un capellán.

Lleva uniforme de colores azul, amarillo y rojo de los Medici. El actual diseño data de 1915.