La catedral de Berna, ayer y hoy
Surgió en medio del creciente poderío de Berna, en tiempos en los que esta ciudad-estado europea era la más poderosa al norte de la cordillera alpina y es testigo silencioso de 6 siglos de historia.
Actualmente es parada esencial de una visita por la ciudad y centro cultural y religioso de la parte antigua de Berna. En su interior alberga varios tesoros, entre ellos, sus extraordinarias vidrieras del siglo XV.
Sus muros de arenisca verde han visto pasar a los grandes patricios que contribuyeron a erigirla. Poco después de la Reforma de 1528, el territorio de Berna se extendía al suroeste hasta Lausana, Vevey e Yverdon.
Berna se había anexionado el territorio de Vaud con la fuerza de las armas y sus dominios se ampliaban bien al norte cerca del Rin, destacándose como la mayor ciudad-estado europea al norte de los Alpes.
Los berneses debieron adaptarse a la severidad de las autoridades con la llegada de la nueva confesión que imponía obediencia y orden en tiempos en los que el peso religioso en la esfera política y social era determinate. Se sabe, por ejemplo que una dama de la alta sociedad en 1694 fue multada por haberse ataviado en un día laboral con un vestido de seda cuyos puños eran demasiado altos.
Legados artísticos en el Museo de Historia
La construcción, en forma de Basílica, fue diseñada por el maestro Matthäus Ensiger, pero debieron pasar tres siglos para que fuera terminada por completo, viviendo las transformaciones religiosas que Berna escenificaba con la llegada de la Reforma.
Al estar en su interior, «cuando uno entra y, es observador, se da perfectamente cuenta que esta iglesia fue pensada para ser una iglesia católica y no una iglesia protestante. Es decir, es una iglesia tripartita, con tres naves», señala la guía Soledad Michel de la Oficina de Turismo de Berna.
Hace 20 años, durante la realización de unas excavaciones, se descubrieron esculturas excepcionales de finales de la Edad Media, que actualmente pueden ser admiradas en el Museo de Historia. Estos hallazgos demuestran el alto nivel de calidad de las obras que en Berna se producían.
Las vidrieras, uno de sus tesoros
Dentro del templo destaca el órgano, la sillería y las vidrieras del siglo XV en el coro, situado al Este.
«Si bien la obra maestra de esta iglesia es el pórtico principal, del que ya hemos hablado, en el interior, en el coro, tenemos las cristaleras», introduce Michel.
«Estas cristaleras miden 13 metros de alto y están compuestas cada una de 48 paneles. Es la colección del siglo XV más bonita que queda en la Confederación.»
En la parte central se representan la pasión y la crucifixión de Cristo. En las otras vidrieras se representa la historia del cristianismo, la adoración al niño con los reyes mayos y el molino de hostias con el nacimiento de Jesús.
En la audioguía ofrecida en el templo, que permite hacer visitas individuales, se explican con detalle este conjunto de cristaleras, «uno de los mayores tesoros que alberga la catedral».
El encargado de elaborarla ha sido el historiador de arte, Christoph Schläppi, autor de múltiples publicaciones sobre esta iglesia.
Huella de la guerra
La sillería tallada en madera es de estilo renacentista lombardo y es fue la primera de su tipo en la Confederación. Cruzando por una puerta hacia la pared este, se encuentra la Capilla de los Bubenberg, donde aparece la Piedad en mármol de Karl Emanuel von Tscharner.
«Estamos delante de una Piedad que no está aquí en el sentido de la representación de la Virgen o Jesucristo. Es en memoria de los soldados que murieron a la entrada de las tropas de Napoleón, las tropas francesas en la ciudad. de Berna», introduce Soledad Michel.
«Está para representar el dolor de un madre delante del hijo que le han matado. Podríamos prolongar esta idea del dolor de una Patria delante de los hombres que han muerto por ella.»
«En las placas de mármol negro tenemos los nombres de los soldados suizos que murieron a la entrada de las tropas de Napoleón. Es la última vez, en 1798 – nueve años después de la Revolución Francesa (1789)-, que tropas de suizos entraron en conflictos con potencias extranjeras. Dicho de otra manera: Desde esta época, 1798, Suiza no ha tenido más guerra con el extranjero», contextualiza.
Velas en la catedral
La catedral, en pie desde hace 600 años, requiere de constantes trabajos para su cuidado, impulsados por su fundación. Cada año se utilizan alrededor de dos millones de francos para esa tarea», dice al respecto, Henriette Urfer, al frente del servicio de información de la catedral.
Urfer funge su labor con pasión. Ha reunido obras bibliográficas sobre el templo para poder responder a todos los requerimientos de los visitantes. Ella aquí fue bautizada hace 54 años y conoce bien el entorno actual de la catedral.
«Diría que hacemos mucho trabajo social. Tenemos el problema de las drogas alrededor de la catedral», señala.
También ha vivido las pequeñas transformaciones de la costumbre protestante y hay una que le reconforta especialmente:
«Una buena amiga mía debió someterse a una operación tras un diagnóstico de cáncer y, después de haber sanado, vino a visitarme y encendió una vela en señal de agradecimiento, un acto que pudo ser posible tras un trabajo de convencimiento que duró aproximadamente tres años para que el consejo protestante de la comuna lo autorizara. Lo que significó que en la iglesia ya se puede celebrar con la luz, con las velas, sin que esto signifique la ofensa de representar a Dios.»
swissinfo, Patricia Islas Züttel
Las visitas guiadas de la Oficina de Berna Turismo en idioma español deben ser reservadas con antelación en el marco de los recorridos oficiales que ofrece. También pueden solicitarse visitas privadas en grupo.
La audioguía de la Catedral de Berna se encuentra disponible en el mostrador, ubicado en el ala derecha del templo.
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