¿Por qué el Tesino es parte de Suiza?

El cuerpo de voluntarios de Lugano hacia 1798. Pluma y tinta de Rocco Torricelli. Colección de la Ciudad de Lugano swissinfo.ch

Hoy nadie duda de que el Cantón del Tesino pertenece a Suiza. Sin embargo, los golpes de estado, las revoluciones y los movimientos independentistas han dejado su huella en esta relación. Veamos más allá de la naturaleza evidente de la Suiza al sur de los Alpes.

Este texto es una traducción de un artículoEnlace externo publicado en el Blog del Museo Nacional Suizo el 8 de febrero de 2024.

En la mañana del 15 de febrero de 1798, un grupo de hombres armados irrumpe en el ayuntamiento de Lugano. Los golpistas derrocan a las autoridades confederadas de Lugano, toman como rehén al alguacil Jost Remigi Traxler de Nidwalden y exigen la incorporación de la jurisdicción a la República Cisalpina. ¿Qué está ocurriendo? ¿Quién es este alguacil y por qué Lugano debe incorporarse a la República Cisalpina?

En 1798, el actual Tesino estaba formado exclusivamente por países sujetos a la antigua Confederación. En 1521, los confederados habían conquistado la región desde el paso de San Gotardo hasta Chiasso, eliminando de raíz al Ducado de Milán. Pero todavía quedaba un largo camino por recorrer hasta la creación del Cantón del Tesino. Uri reinó en solitario sobre Leventina y, junto con Schwyz y Nidwalden, fundó las bailías de Blenio, Riviera y Bellinzona. Las doce ciudades principales confederadas gobernaban conjuntamente las otras bailías de Locarno, Vallemaggia, Lugano y Mendrisio, que eran territorios sometidos y que debían suministrar soldados a sus amos extranjeros y pagarles impuestos como los diezmos.

El sistema de gobierno confederado no empezó a tambalearse hasta el verano de 1797, cuando Napoleón Bonaparte concluyó su victoriosa campaña italiana y estableció la República Cisalpina según el modelo francés, inspirado en los ideales revolucionarios de libertad, igualdad y fraternidad. Napoleón liberó a los súbditos de su República y luego extendió los principios igualitarios y libertarios a los países súbditos de la región. De esa manera integró Valtellina, que ya formaba parte de los Grisones, en la República Cisalpina. Estos acontecimientos fueron la mecha que encendió la protesta contra los alguaciles. El 15 de febrero de 1798, en Lugano, los partidarios de la República Cisalpina aprovecharon la ocasión para poner fin al dominio confederado. El camino parecía allanado para integrar la República Cisalpina.

Pero no fue así. Un cuerpo de voluntarios luganeses expulsó a los sublevados el mismo día del golpe, para evitar la incorporación a la república revolucionaria de Napoleón, pero sin restaurar el gobierno confederado que acababa de ser anulado. El alguacil Traxler fue liberado, pero tuvo que huir de la ciudad y dejar el gobierno al pueblo de Lugano, que esa misma noche erigió un árbol de la libertad, siguiendo el modelo de la Revolución Francesa, en la entonces llamada Piazza Grande (hoy Piazza della Riforma). Pero en lugar del gorro jacobino, coronaron el árbol con un sombrero similar al de Guillermo Tell, y el lema “libres y suizos” se extendió por toda la ciudad. ¡Queremos ser suizos libres!

Las ciudades de Lugano (arriba) y Belllinzona hacia 1654, grabado en madera de Matthäus Merian. Eth-bibliothek Zürich, Alte Und Seltene Drucke

Las demás bailías siguieron rápidamente el ejemplo de Lugano. Sus súbditos se liberaron declarando su lealtad a la Confederación. Por tanto, es legítima una pregunta: ¿por qué los antiguos súbditos no dieron la espalda a sus antiguos gobernantes? ¿Qué hacía tan atractiva a la antigua Confederación frente a la revolucionaria República Cisalpina?

La República Cisalpina (en verde) en 1799. swissinfo.ch

En aquellos tiempos turbulentos, la preservación de la autonomía local era primordial para los antiguos súbditos. Bajo la autoridad de la Confederación, cada municipio era ampliamente autónomo. Lo que entonces se llamaba VicinanzaEnlace externo (una forma de organización comunitaria) gozaba de plena autonomía en la gestión de bienes comunes como los bosques y otras tierras. La organización necesaria para la utilización de los bienes comunales y la ausencia de interferencia de los gobernantes confederados contribuyeron a la aparición de sistemas políticos, jurídicos y económicos autónomos a nivel local.

En 1798, estas vicarías querían conservar sus antiguas estructuras y su autonomía, que correspondían a las de las organizaciones y cooperativas de las ciudades federadas. En la República Cisalpina, por el contrario, los municipios habían quedado reducidos a meras unidades administrativas sin autonomía política. Las estructuras federales ofrecían ventajas tangibles a las antiguas ciudades sometidas: al permanecer dentro de la Confederación, conservaban sus prerrogativas políticas, culturales y materiales.

La insurrección del 15 de febrero de 1798, acuarela de Rocco Torricelli. Colección de la ciudad de Lugano. swissinfo.ch

El Tesino aparece en el siglo XIX

En 1798 el cantón del Tesino aún no existía. Cada bailía se había declarado independiente y estos nuevos pequeños estados tenían poco en común. Diferían política, cultural y económicamente. Estas diferencias regionales persistieron también en la República HelvéticaEnlace externo.

En el verano de 1798, la intervención militar francesa transformó a la antigua Confederación en un Estado unitario centralizado según el modelo francés. Los generales franceses querían unir los antiguos estados súbditos de los Alpes del Sur en un solo cantón, pero no lo lograron. Se crearon precipitadamente dos cantones, Lugano y Bellinzona, como resultado de las profundas diferencias locales y las fuertes demandas de autonomía.

La República Helvética desapareció casi de inmediato, disuelta por la Ley de Mediación de 1803. Napoleón estableció la Confederación Helvética, que a partir de entonces se concibió como un estado federal. Esta reorganización supuso, entre otras cosas, la creación del Cantón del Tesino, un pequeño Estado soberano que comprendía las ocho antiguas bailías.

Vista sobre Campo, en Val di Blenio. Biblioteca central de Zúrich. swissinfo.ch

Sin embargo, tan pronto como se unificó, el Tesino corrió peligro de derrumbarse nuevamente. En 1815, Suiza estaba decidida a preservar su integridad territorial. Después del final del reinado de Napoleón y el comienzo de la Restauración luego del Congreso de Viena, algunos cantones habían puesto sus ojos en sus antiguos países súbditos. Uri también quería recuperar Leventina. El gobierno del Tesino consiguió, aunque con muchas dificultades, impedir el restablecimiento de los feudos anteriores a 1798, y en 1848 pasó a formar parte del nuevo estado federal.

Mapa de la República Helvética y sus cantones en 1799. En aquella época, el territorio del actual Cantón del Tesino estaba dividido en los cantones de Bellinzona (amarillo) y Lugano (azul) Biblioteca central de Zúrich. swissinfo.ch

… y se vio envuelto en la vorágine del Resurgimiento

Sin embargo, esto no significó automáticamente paz y tranquilidad para el Tesino. A partir de 1848, el movimiento de unificación italiana, liderado por el Reino de Cerdeña-Piamonte y Giuseppe Garibaldi, tuvo un fuerte impacto en el cantón al sur de los Alpes, cuya pertenencia a Suiza fue cuestionada por todas partes.

Los escudos de armas de los ocho distritos del Cantón del Tesino, fundado en 1803. Museo Nacional Suizo. swissinfo.ch

Durante las guerras de independencia italianas de 1848 y 1859, varios miles de combatientes que querían liberar Lombardía de la dominación extranjera austriaca encontraron refugio en el Tesino. Muchos tesineses también participaron en estas luchas. Cuando Milán se liberó del dominio austriaco tras la batalla de Solferino en 1859, el deseo de unificación nacional se extendió por todo el norte de Italia y estas reivindicaciones también tuvieron un amplio eco en el cantón de habla italiana. Perturbado por estas reivindicaciones y la simpatía, a veces muy pronunciada, de la población del Tesino por la unificación italiana, el Consejo Federal (Gobierno) planteó a los tesineses la fatídica pregunta: ¿querían realmente seguir siendo suizos?

Furioso, el Gobierno del Tesino envió una carta mordaz a Berna, negando vehementemente cualquier falta de lealtad a la Confederación. Y para demostrar aún más su apego a Suiza, recordó al Consejo Federal los acontecimientos del 15 de febrero de 1798, el sombrero de Tell en el árbol de la libertad, el lema “libres y suizos” y el rechazo de la República Cisalpina: todas ellas pruebas irrefutables de que el Tesino pertenecía a Suiza.

El árbol de la libertad con el sombrero de Tell en la Piazza Grande de Lugano, 1799. Pluma y tinta de Rocco Torricelli. Colección de la Ciudad de Lugano swissinfo.ch

SWI swissinfo.ch publica regularmente artículos del blog del Museo Nacional SuizoEnlace externo sobre temas históricos. Los artículos originales están generalmente en alemán, a veces en francés o inglés.

Texto adaptado del italiano por Norma Domínguez