Suiza y el rechazo de judíos durante la II Guerra Mundial
Un nuevo estudio revisa las cifras de rechazos de refugiados judíos en la frontera sur de Suiza durante la Segunda Guerra Mundial. El autor invita, no obstante, a no utilizar las cifras como criterio único para evaluar la política de asilo suiza.
La actitud de Suiza hacia los refugiados durante los años del fascismo y la Segunda Guerra Mundial, y en particular hacia los de religión judía, es uno de los temas que más ha marcado el debate historiográfico suizo desde la posguerra hasta la actualidad. La discusión se ha centrado a menudo en el número de fugitivos rechazados o aceptados en la frontera. Las estadísticas se han convertido en una vara de medir la postura moral de Suiza ante la tragedia de quienes huían de la guerra y el exterminio.
Incluso en los trabajos realizados por la comisión independiente de expertos Suiza-Segunda Guerra Mundial (Comisión Bergier), la cuestión de los rechazos en la frontera desempeñó un papel destacado. Y ello a pesar de que los aspectos más innovadores de sus investigaciones se referían a otros temas, en particular a las relaciones económicas y financieras de Suiza con la Alemania nazi.
Datos inciertos
En cuanto a los rechazos de refugiados en la frontera, la comisión se basó en las investigaciones realizadasEnlace externo previamente por el historiador Guido Koller, colaborador de los Archivos Federales Suizos. Koller, combinando datos estadísticos de distintas fuentes, llegó a la cifra de 24.398 rechazos de refugiados civiles y militares.
En su informe final de 2002, la Comisión Bergier, teniendo en cuenta el hecho de que algunos refugiados intentaron varias veces ser aceptados, calcula que el número de refugiados civiles y desplazados rechazados en la frontera suiza debe situarse en torno a los 20.000. Aunque las cifras se refieren en gran medida a la categoría genérica de refugiados y desplazados civiles, y no específicamente a los judíos, tanto Koller como la Comisión Bergier creen que la mayoría de los rechazados eran judíos. Esta hipótesis ha sido ahora objeto de un cuidadoso análisis crítico por parte del historiador del Tesino Adriano Bazzocco, elaborado a partir de datos sobre la frontera sur de Suiza y, más concretamente, sobre el distrito aduanero IV (Tesino y Moesa), publicado en alemán en la revista online Saggi di DodisEnlace externo
En la frontera sur
La actuación en la frontera sur es especialmente reveladora porque, como señala Bazzocco, más de la mitad de los rechazos Enlace externoregistrados por Koller (12.508) se produjeron a lo largo de la frontera del Tesino y Mesolcina.
Tras el armisticio italiano del 8 de septiembre de 1943, la línea fronteriza fue cruzada por una multitud heterogénea de fugitivos: antifascistas de primera hora, judíos, prisioneros de guerra, personas que intentaban escapar al reclutamiento forzoso en las brigadas de trabajo destinadas a Alemania y, sobre todo, militares italianos prófugos.
A Suiza le pilló desprevenida, sobre todo porque los soldados italianos que se presentaban en la frontera no llegaban en formaciones regulares, no llevaban uniforme e iban desarmados. Por lo tanto, no se les aplicaron las normas de los Convenios de La HayaEnlace externo. Suiza los consideró civiles, aunque acabó acogiendo a los que se alojaron en instalaciones militares.
Examinando las cifras de entrada de refugiados y desplazados después del 8 de septiembre de 1943 a la luz de algunos documentos inéditos o insuficientemente estudiados, Adriano Bazzocco cree que una gran parte de los rechazos a lo largo de la frontera sur de Suiza afectaron sobre todo a militares italianos y no a refugiados judíos.
«No van a venir centenares»
Una primera fuente que permitió al historiador del Tesino revisar el cuadro dibujado por la comisión Bergier procedía de algunas notas tomadas por Heinrich RothmundEnlace externo, jefe de la División de Policía del Departamento Federal de Justicia y Policía, tomadas durante las semanas centrales de septiembre de 1943, cuando más de 4.000 personasEnlace externo fueron devueltas a Italia.
En una de esas notasEnlace externo, fechada el 21 de septiembre de 1943, el alto funcionario señalaba que hasta ese momento se había aceptado a judíos y mujeres judías y añadía: «Si rechazamos a un gran número de italianos no judíos sujetos a la obligación militar y aceptamos a todos los judíos, podría producirse una reacción muy desagradable por parte de la opinión pública».
Por eso, considera la posibilidadEnlace externo de rechazar también a algunos refugiados judíos, pero su superior, el consejero federal Eduard von Steiger, le pide cautelaEnlace externo, preocupado por el próximo debate en el Parlamento sobre la cuestión de los refugiados. «No van a venir cientos, así que podemos esperar hasta que se resuelva la cuestión», señala Rothmund.
En los mismos días, según dos documentos de la División de Policía (22 de septiembre de 1943Enlace externo y 24 de septiembre de 1943Enlace externo), 1.726 refugiados y desplazados fueron devueltos a Italia. De la información facilitada por Rothmund se deduce que sólo una pequeña parte de ellos eran judíos.
Sector de Mendrisio
Otro documento aclara el panorama de la situación en la frontera del Tesino. Se trata de dos registros del Sector Mendrisio en el Distrito Aduanero IV, es decir, el extremo sur del Cantón del Tesino, relativos a los años 1943-44Enlace externo y 1944-46Enlace externo. La fuente es especialmente relevante porque en esa zona se acogió hasta el 57% de los refugiados judíos procedentes de Italia después del 8 de septiembre de 1943.
Según los registros, frente a 3.131 refugiados y desplazados judíos aceptados, se rechazó a 468 (es decir, alrededor del 13% de los judíos que se presentaron en la frontera). En total hubo 4.851 rechazos, más de la mitad de los cuales se referían a refugiados militares.
La fuente también permite analizar la evolución de la práctica en la frontera a lo largo del tiempo. Así, por ejemplo, se observa que entre el 21 y el 22 de septiembre de 1943, sólo 30 judíos fueron aceptados en el sector de Mendrisio y otros 26 fueron rechazados, lo que confirma que, en esta fase, los rechazos afectan principalmente a otras categorías de refugiados.
Momentos dramáticos
El mes de septiembre de 1943, marcado por una fuerte presión en la frontera, registra sin embargo un número relativamente elevado de rechazos de judíos (171, frente a 266 aceptados). Las cifras disminuyen a finales de septiembre; en los dos meses siguientes, los rechazos de judíos son esporádicos.
Sin embargo, cuando a finales de noviembre las autoridades neofascistas de la república de Salò ordenan la detención sistemática de todos los judíos y su internamiento en campos de concentración, un gran número de personas se dirigió a la frontera italo-suiza.
Fue un momento de gran tensión, que tuvo su repercusión en los rechazos: entre el 3 y el 10 de diciembre, 207 refugiados judíos fueron devueltos a Italia, mientras que 305 fueron aceptados (es decir, alrededor del 40% de los judíos que se presentaron en la frontera en esos días fueron rechazados). En las semanas siguientes, el flujo de personas que huían disminuyó; desde enero de 1944 no se devuelve a ningún refugiado ni desplazado judío más.
«Más allá del número de rechazos, las cifras indican que cuando la presión en la frontera es mayor, la probabilidad de ser aceptado en Suiza es significativamente menor», señala Adriano Bazzocco. «En otras palabras, el grado de amenaza al que están expuestos los judíos en Italia parece desempeñar un papel secundario en la política hacia los refugiados. Y ello a pesar de que Suiza dispone de información fiable sobre el exterminio de los judíos».
No sólo cifras
La información de los registros del Sector Mendrisio se ve corroborada por otro documento, que resume los datos sobre refugiados aceptados y rechazados a lo largo de la frontera del Sector Locarno. En esta sección de la frontera, 447 personas judías fueron aceptadas, 118 fueron rechazadas.
Aplicando el número medio de rechazos en los dos sectores al número total de refugiados judíos y desplazados internos aceptados a lo largo de la frontera con Italia, llegamos a la cifra de 955 rechazos. «Se trata evidentemente de una cifra hipotética, sobre todo porque no sabemos casi nada de los rechazos en los Grisones y el Valais», señala el historiador. «Además, es un hecho que algunos refugiados rechazados volvieron a intentar entrar en Suiza por otros lugares, a veces con éxito».
En cualquier caso, sólo unos pocos de los más de 12.500 rechazados a lo largo de la frontera del Tesino y la Mesolcina eran judíos. «Sin embargo, es importante no repetir el error de considerar las cifras como el único criterio para evaluar la política de asilo suiza», advierte Bazzocco. «Las conclusiones de la Comisión Bergier siguen siendo un análisis válido de la política suiza de refugiados, sobre todo en lo que respecta al papel del antisemitismo».
Texto adaptado del italiano por José M. Wolff / Carla Wolff
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