Tradicional cita de mexicanos con sus muertos

En el Altar de Muertos, las bebidas y alimentos preferidos de los difuntos. swissinfo.ch

La comunidad mexicana de Berna festejó en el Zentrum 5 el Día de Muertos.

Manifestación de que la cultura no conoce fronteras: en la colocación de la tradicional ofrenda participaron también ciudadanos suizos.

«Nosotros hablamos de la muerte como algo natural y tratamos de recordar a nuestras gentes con amor, con cariño, con alegría», explica Luz María Schnetz-Aguilar, oriunda del estado mexicano de Oaxaca, y quien junto con sus amigos suizos, Regina Andere y Kurt Haefeli, se encargó de la instalación del altar de muertos.

La celebración del Día de Muertos el pasado domingo fue organizada, de manera conjunta, por la Asociación de Mexicanos (AMEX) en Berna, el Zentrum 5 y los artistas que prepararon la ofrenda.

Regina Andere, una de ellos, nos comenta:

«En el primer viaje a México me encantó ver como pasa la gente los días de muertos en diferentes lugares, en su casa, en el cementerio, enfrente de una iglesia… Pienso que los mexicanos aceptan la muerte en su vida más que nosotros. Ellos aceptan que la muerte es una parte de la vida y presentan la muerte como una alegría».

Interés de la población suiza

Recuerda que el año pasado ella, junto con Kurt y con Luz María, tuvieron la idea de exponer ante sus amigos una primera ofrenda «y esta exposición tuvo un gran éxito para nosotros y para la gente que vino, porque hay suizos que no conocen esta manera de hacer una fiesta por la muerte». Decidieron entonces repetir la experiencia.

Acerca de ese singular festejo, único en el mundo, Gaby Mueller, presidenta de la AMEX Berna, precisa que es un reflejo de las tradiciones y las costumbres mexicanas «y estamos tratando de darlas otra vez a conocer dentro de la comunidad suiza y revivirlas dentro de la comunidad mexicana».

La sociedad suiza -comenta nuestra interlocutora- recibe con mucho interés y con mucha curiosidad esa expresión de la cultura mexicana, a través de la cual la población honra a sus muertos no sólo con el recuerdo sino con la ofrenda de lo que más les gustaba.

De vivos y muertos

Luz María Schnetz-Aguilar, conocida entre la comunidad mexicana por la delicia de sus platillos, suele compartir con sus difuntos la excelencia de su cocina. No es la única. Entre las más arraigadas tradiciones de la cultura de su país se encuentra la de honrar a los muertos, el 2 de noviembre, ofreciéndoles los alimentos con que se regalaban.

«Para nosotros, en México, esta es una ceremonia muy formal, muy íntima a nivel familiar, donde nos gusta recordar a nuestros muertos. Se hace un altar donde los protagonistas son precisamente la gente que ya no está con nosotros», puntualiza nuestra interlocutora.

Su comida, sus bebidas…

En el altar se colocan las fotografías de los finados y los objetos que utilizaban en su vida cotidiana, los libros o periódicos que les gustaba leer, sus platillos favoritos, sus cigarrillos, su música, sus bebidas predilectas.

«Es una tradición muy vieja, que viene desde antes de la llegada de los españoles. Existía el culto a la muerte, la dualidad de la vida y la muerte o la muerte y la vida y no se consideraba el fin la muerte sino que se consideraba la continuidad, y para nosotros eso ha sido la raíz de seguir viendo, recordando, teniendo presentes a nuestros muertos».

La comida en honor de los muertos se prepara en familia. Cada miembro elabora un platillo: el que le gustaba al papá, al tío, a la abuela… y el banquete «se ofrece para que las almas de nuestros muertos vengan y se nutran de los olores, de los aromas. Cuando se termina el altar se recoge y se calienta y lo come la familia», indica Luz María.

«Esta es una manera de mantener vivos a nuestros muertos y unida a la familia a través del sentimiento de estas gentes que ya no están con nosotros», concluye.

swissinfo, Marcela Águila Rubín

Contexto

El 2 de Noviembre se festeja en México el Día de Muertos.
Se trata de una de las tradiciones más arraigadas de la cultura nacional.
Los vivos honran a los muertos ofreciéndoles sus alimentos y bebidas preferidas.
El Altar de Muertos incluye también los objetos predilectos de los difuntos: sus cigarrillos, sus lecturas.