Visita papal: tensiones similares a las de 1984
El Obispo Amédée Grab recuerda perfectamente la última visita del Papa Juan Pablo II, hace 20 años, y el alboroto previo de entonces al gran acontecimiento.
El Obispo de Chur no tiene miedo por la seguridad del santo padre durante su visita a Suiza, según indica en entrevista con swissinfo.
En realidad, el máximo representante de la Iglesia Católica debía haber visitado Suiza en 1981. Pero tres días antes de la fecha prevista para ello, el Papa sufrió un atentado que transformó sus planes.
El Obispo de Chur, Amédée Grab, no teme un ataque contra el Papa. El sumo pontífice está en contra de la guerra en Irak y no apoya a los opresores. Un atentado podría ocurrir en cualquier parte, dado que no hay vigilancia absoluta para impedirlos.
swissinfo: ¿Qué espera de la visita prevista del Papa Juan Pablo II a Suiza y qué significa para usted?
Aún recuerdo muy bien la visita pastoral del sumo pontífice en 1984. Es muy emocionante vivir y participar de nuevo en algo similar a lo ocurrido hace 20 años. A mí, personalmente, me produce una gran alegría el encuentro con el santo padre.
Me he reunido con él en Roma, aunque su estado de salud en los últimos tiempos haga que esas visitas sean menos frecuentes y más cortas. La última vez que estuve a su lado fue el 6 de mayo pasado, el día del juramento de la Guardia Suiza.
¿Qué significado tiene la visita del Papa para los católicos suizos?
La visita tiene un gran significado, sobre todo para la juventud. En las últimas décadas nos ha preocupado la aparición de algunas tensiones, de cierta polarización en la Iglesia.
Para los jóvenes estos temas político-eclesiásticos tienen poca relevancia. Ellos conocen la gran figura del Papa.
¿Qué temas son relevantes para la juventud?
Los jóvenes quieren saber porqué vivimos, qué significa el Evangelio, si la Iglesia aún tiene una tarea que cumplir en el mundo, si la cultura de la diversión es la respuesta satisfactoria a la ansiedad humana.
El hecho de que las iglesias libres -los movimientos que con frecuencia son señalados como sectas-, atraen a muchos jóvenes demuestra la búsqueda de respuestas a sus preguntas más profundas. Por eso acuden al encuentro con el santo padre.
¿Es el Papa para los jóvenes algo así como una estrella de pop que aprovecha su visita para promover una acción contra la disminución de seguidores de la Iglesia?
No, no, jamás podría afirmar una intención tal por parte del Papa. Él ama a los jóvenes; ellos confían en él y reconocen su alta autoridad moral, incluso cuando no todos participan en la Iglesia de la misma forma.
El fin de semana del 5 y 6 de junio el mundo pondrá los ojos en Suiza. ¿Qué le aporta a Suiza la visita papal?
Las visitas del Papa, destinadas sobre todo a los católicos, provocan en los países a los que acude una gran expectación. El público mundial escucha con gran respeto al Papa, incluidos aquellos que no pertenecen a la Iglesia Católica.
Cada vez adquieren mayor importancia la unidad y la vida en común de los cristianos. En ese sentido, hay cada vez más voces que esperan mucho del Papa.
La relación entre los católicos suizos y el Vaticano es tensa, según lo muestra un sondeo dado a conocer recientemente: Una gran mayoría de los católicos aquí quiere una Iglesia más abierta y moderna.
Esas exigencias las conocemos desde hace 30 años. Tensiones como esas ya existían en la última visita del Papa en 1984. No sé que tan representativo sea el sondeo, aunque las cifras a primera vista impresionan.
La mayoría de los católicos suizos proponen el celibato voluntario y la posibilidad de que las mujeres puedan ordenarse. ¿Roma escucha poco los reclamos de la base?
Como Obispo no percibo que esa petición de la base sea tan uniforme como da la impresión el sondeo.
Por una parte hay esas voces que pretenden una modernización enfocada a un concepto democrático, y por otro lado los Obispos se ven confrontados cada vez más a las exigencias de los católicos fieles a Roma.
En muchos sitios hay más laicos que asumen las tareas sacerdotales. ¿Se debe esto a que los prelados consagrados están desapareciendo?
No, no tengo ese temor. El año pasado ordené a diez sacerdotes en Chur; en 2001 también fueron diez y este año serán otros cuatro. No estamos faltos de prelados.
En el 2005 llevaremos a cabo en toda Suiza un año de vocación sacerdotal.
Roma sabe muy bien que no podemos prescindir de los asistentes pastorales. Nunca se ha refutado la legitimidad de esta costumbre.
Sin embargo, Roma ha advertido en repetidas ocasiones el peligro de una clericalización de los laicos.
Los teólogos laicos no deben ocupar el sitio de los sacerdotes.
Ciertas parroquias se las arreglan de tal forma que viven prácticamente sin sacerdote. Un desenvolvimiento peligroso.
Usted ha hablado de la unidad cristiana. En recientes instrucciones del Vaticano se inscribe que la eucaristía con los protestantes no está permitida. ¿No se trata de una contradicción?
No es un nuevo decreto. Se ha hablado mucho sobre estas instrucciones, ya que fueron anunciadas desde hace un año.
En este texto se expresa la preocupación de que no en todas partes se maneja la liturgia con el esmero requerido. Por ello se recuerda los puntos de vista teológicos conocidos desde hace mucho tiempo.
Las prácticas ecuménicas se han desarrollado de forma positiva en los últimos años. ¿La prohibición de la comunión en común no es contraproductiva?
La Iglesia lamenta aquello que retarda o imposibilita la unidad de los cristianos. En Suiza tenemos buenas relaciones ecuménicas.
La Conferencia Episcopal mantiene un frecuente contacto fraternal con el Consejo de la Unión Suiza de Iglesias Evangélicas.
Pero nuestra simpatía eclesiástica no ha llegado a tal grado de uniformidad como para que podamos realizar un acto eucarístico en común como punto culminante de nuestra existencia.
Hace algunos días causó revuelo el reclamo de establecer el retiro para el máximo representante de la Iglesia Católica a los 75 años de edad. ¿Una demanda justa?
Es casi imposible creer que el invitado sea recibido de esa manera. A los precursores de esta idea les pareció adecuado aprovechar esta fecha para hacer pública su demanda.
Pero no es ni el momento ni el camino correcto para comunicarlo. No es comprensible que al Papa, quien recién ha cumplido los 84, se le pida que dimita con 75. Tampoco puedo aceptar fácilmente que él deba comprometer de ese modo a su sucesor.
¿Qué ha quedado en su recuerdo de la visita del Papa en 1984?
Para mí fue impresionante ver cómo antes de la llegada del Papa la población suiza se mostró muy negativa, y tras su visita comprobó que fue un hecho muy valioso.
También hubo fases difíciles: no todos los sacerdotes presentes en Einsiedeln se pronunciaban de completo acuerdo con las normas de la Iglesia Católica. Algunos reclamaban apertura de la Iglesia, como ahora.
swissinfo, entrevista de Gaby Ochsenbein
(Traducido por Patricia Islas)
Amédée Grab (74 años)es Obispo de Chur y desde 1998 preside la Conferencia Episcopal Suiza.
Desde 2001 es presidente del Consejo de la Conferencia Episcopal Europea.
La visita del Papa Juan Pablo II será el 5 y 6 de junio del 2004.
Asiste al Encuentro Nacional de Jóvenes Católicos en Berna.
Oficiará una misa abierta a todo el público el domingo.
En Suiza hay 6 Diócesis:
-Basilea
-Chur
-Lausana, Ginebra y Friburgo
-Lugano
-Sitten
-San Gall
En Suiza viven alrededor de 3 millones de católicos, aprox. 40% de la población total.
Otro 33% de la población pertenece a la Iglesia Evangélica Reformada.
Más del 20% de la población no pertenece a confesión alguna.
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