Islandia afronta una elecciones con pronóstico incierto por la fragmentación
Copenhague, 24 sep (EFE).- Islandia afronta mañana unos comicios legislativos de pronóstico poco claro por el escenario político fragmentado apuntado por los sondeos previos, que podría reflejarse en una cifra récord de nueve partidos en el Alþingi (Parlamento).
El conservador Partido de la Independencia, que ha ganado todas las elecciones salvo las de 2009 desde que el país se separó de Dinamarca en 1944, aparece como claro favorito con cerca del 22 %, con cinco formaciones con más del 10 % y otras tres por encima o cerca de la barrera mínima del 5 %.
Tras una década convulsa marcada por la crisis financiera y escándalos políticos, como el que llevó a dimitir a un primer ministro por su vinculación con los papeles de Panamá, Islandia ha vivido una legislatura apacible pese a que el país ha sido dirigido por un gobierno inédito y aparentemente contranatura.
El complicado resultado electoral de hace cuatro años hizo que los conservadores formaran un ejecutivo de coalición con el Partido Progresista (centro) y el Movimiento de Izquierda Verde, tres fuerzas que han convivido sin grandes conflictos bajo el liderazgo sosegado de la rojiverde Katrín Jakobsdóttir.
Pese a sus diferencias ideológicas, conservadores, progresistas y rojiverdes han mostrado su deseo de prolongar la coalición, aunque según las encuestas no alcanzarán los 32 diputados necesarios para la mayoría absoluta en el Parlamento de esta isla situada en el Atlántico norte y con unos 350.000 habitantes.
MEDIA DE COALICIONES POSIBLES
Una proyección publicada esta semana por Morgunblaðið, principal diario islandés, basada en los últimos sondeos da ganador al Partido de la Independencia con 15 escaños, por 9 de los progresistas, 8 de los socialdemócratas, 7 de rojiverdes y el Partido Reformista, 6 del Partido Pirata, 5 de los socialistas y 3 para otras dos formaciones.
El estudio muestra que hasta siete coaliciones de cuatro partidos podrían gobernar el país, ocho de cinco fuerzas, incluido un ejecutivo de centroizquierda; y que el Partido Progresista aparece como socio más probable en cualquier pacto de gobierno.
A diferencia del resto de países nórdicos, los gobiernos en minoría son una rareza en Islandia, por lo que el panorama postelectoral puede ser el más complicado en muchas décadas si se cumplen los pronósticos.
En previsión de unas duras negociaciones varias fuerzas políticas han marcado terreno de forma previa: así, la primera ministra ha asegurado que su partido no estará en ningún gobierno que tenga en su agenda reavivar la solicitud de ingreso a la Unión Europea (UE), retirada en 2015, una cuestión marginada en la campaña.
Desde que Islandia solicitó entrar en la UE en 2009, en medio de la mayor crisis económica de su historia reciente, los partidarios del «no» han sido mayoría en los sondeos, y actualmente solo dos fuerzas, socialdemócratas y reformistas, defienden el ingreso.
Los «piratas», tercera fuerza hace dos legislaturas y que gozan de apoyo mayor que en otros países, aseguran que solo pactarán con quienes accedan a reformar la Constitución, exigencia nacida de los movimientos populares surgidos tras la crisis, que no han logrado transformar la política islandesa pese a su empuje inicial.
SANIDAD, CAMBIO CLIMÁTICO Y BIENESTAR DOMINAN LA CAMPAÑA
Pero ni la entrada en la UE ni la reforma constitucional han sido temas centrales de una campaña que ha girado en torno a cuestiones como la sanidad, a pesar de que Islandia ha sido uno de los países menos afectados por la pandemia en Europa, con apenas 9,13 muertos por cada 100.000 habitantes.
Gracias a su aislamiento geográfico y a una estrategia basada en test masivos y gratuitos, rastreos y secuenciación de pruebas, este país nórdico ha mantenido controlada la epidemia en niveles moderados y con menores restricciones.
Y aunque estas han afectado al turismo, una de sus mayores fuentes de ingreso, el país se ha recuperado de forma rápida: el paro el mes pasado había bajado al 5,5 %, menos de la mitad que el máximo registrado durante la pandemia.
Los temas medioambientales y relacionados con el cambio climático, así como los vinculados al Estado de bienestar también han tenido relevancia en la campaña de unos comicios que se presentan como los más inciertos en mucho tiempo. EFE
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