Islas Marshall declara área marina protegida en dos atolones en zona virgen del Pacífico
Redacción Medioambiente, 28 ene (EFE).- La República de las Islas Marshall ha creado su primer santuario marino para proteger dos ecosistemas vírgenes alrededor de los atolones Bikar y Bokak, en el Pacífico, un proyecto que lleva a cabo de la mano del programa Pristine Seas de National Geographic, liderado por el español Enric Sala y un grupo de expertos.
Según un comunicado de Pristine Seas, los arrecifes de coral que rodean Bikar y Bokak, las islas más septentrionales y remotas del país, son «paraísos vírgenes de biodiversidad» que albergan la mayor colonia de anidamiento de tortugas verdes y tiburones de aguas profundas de lslas Marshall.
Este primer santuario marino nacional abarca 48.000 kilómetros cuadrados, que rodea a los dos atolones deshabitados y las profundidades marinas cercanas que estarán totalmente protegidas de la pesca.
«Los arrecifes de coral de Bikar y Bokak son una máquina del tiempo, es como bucear en el océano de hace 1.000 años», ha apuntado Enric Sala, Explorador Residente de National Geographic y fundador de Pristine Seas.
Según Sala, en estos atolones remotos han podido visualizar «las poblaciones de coral, almejas gigantes y peces de arrecife más saludables del Pacífico central y occidental».
«Son nuestras mejores líneas de base de cómo podría ser el océano si realmente lo dejáramos ser», remarcó el investigador catalán, quien se embarcó en este proyecto tras una expedición a Bikar y Bokak en 2023 con Pristine Seas de National Geographic y representantes de la Autoridad de Recursos Marinos de las Islas Marshall (Mimra).
En esa expedición se recopilaron datos sobre la vida marina desde la superficie hasta 2.340 metros de profundidad, desde lagunas y arrecifes de coral hasta mar adentro.
El equipo de científicos y cineastas participantes en el proyecto realizó prospecciones visuales con escafandra autónoma de arrecifes de coral y entornos de aguas abiertas; exploró con cámaras el fondo marino; contó e identificó aves marinas; analizó material genético encontrado en el agua; y exploró partes poco conocidas del entorno submarino en un sumergible.
Durante la expedición, Pristine Seas colaboró con investigadores y funcionarios locales, como el «iroojlaplap» (jefe supremo) Bokloñ Zackious y el alcalde Tobin Kaiko, del gobierno local del atolón de Utrik.
El equipo realizó 452 inmersiones en los atolones de Bikar, Bokak, Bikini y Rongerik, un tiempo equivalente a 643 horas pasadas bajo el agua, según el proyecto.
La presidenta de la República de las Islas Marshall, Hilda Heine, señaló que «el océano, tal como lo conocían nuestros antepasados, está desapareciendo. Sin ecosistemas oceánicos sostenibles, nuestra economía, estabilidad e identidad cultural se derrumbarán».
Heine se declaró «orgullosa» de la declaración de la zona marina protegida y aseguró que «no será la última», subrayó que la protección es la «única manera de seguir beneficiándonos de los tesoros del océano», argumentó.
«El océano es vida», afirmó Glen Joseph, director de la Mimra, pero «se está degradando».
Explicó que, no obstante, se puede «recuperar parte de él reconociendo que la protección y la producción de alimentos no se excluyen mutuamente. Salvaguardar zonas de gran biodiversidad beneficia a las comunidades locales que dependen de la pesca y de otros aspectos de un medio ambiente sano. Nuestro futuro depende de la protección de nuestro océano».
Desde Pristine Seas sostienen que las zonas marinas protegidas (ZMP) en las que se prohíbe la pesca y otras actividades perjudiciales restauran la vida marina dentro de sus límites. Esto, a su vez, repone las poblaciones de peces cercanas y mejora la pesca local, proporciona puestos de trabajo y beneficios económicos, y aumenta la resiliencia frente al calentamiento de los océanos. EFE
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