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Cisjordania vive una Intifada no oficial por la guerra en Gaza

Susana Samhan

Tulkarem (Cisjordania), 23 oct (EFE).- El campo de refugiados palestinos de Nur Shams, cerca de Tulkarem, está viviendo las jornadas de mayor violencia en décadas, como otras partes de Cisjordania ocupada, donde las hostilidades con el Ejército israelí y los colonos han escalado tras el inicio de la guerra entre Hamás e Israel el pasado 7 de octubre.

En el cementerio de Nur Shams la tierra todavía no está asentada en diez tumbas, cubiertas con banderas palestinas y del grupo Yihad Islámica, al que pertenecían los fallecidos entre el jueves y el viernes pasado en el campo, que se convirtió en una ratonera durante las 27 horas que duró una dura incursión de soldados israelíes.

Los vecinos del campo aseguraron a EFE que los efectivos de Israel usaron fuego real y proyectiles lanzados desde helicópteros Apache y un dron, que dejaron trece muertos y varios heridos.

En el barrio de Manshiet, en Nur Shams, es rara la familia que no tiene algún herido o muerto por la incursión israelí. Las calles están cubiertas por toldos negros para que los drones de vigilancia no puedan ver a sus habitantes.

Nahida, de 53 años, está de luto por su hijo Taha de 15 años, que falleció por disparos de las tropas israelíes el jueves a plena luz del día después de que iniciaran el ataque en Nur Shams de madrugada.

«Estaba dormida, oí ruido fuera y Taha salió a la calle», rememoró esta madre, quien relató a EFE cómo poco después familiares y amigos le avisaron de que su hijo estaba herido, aunque en realidad había fallecido por disparos israelíes.

A pocos metros de la casa de Nahida hay en el pavimento el hueco que dejó uno de los proyectiles, más allá un coche calcinado y más adelante un club recreativo para jóvenes del que solo quedan piedras. La mezquita está enfrente y uno de sus laterales donde había una tienda está calcinado.

El ataque del dron fue justo en esa zona y tal fue el ruido que hizo que despertó a Mahmud en torno a la medianoche del jueves al viernes: «estaba en casa, oí el sonido de una explosión, me asomé por la ventana y vi a un chico que pasaba herido, le dije ‘¿cómo te han herido?’ Me contestó que había un ataque israelí y fui a la mezquita donde habían llevado los cadáveres de cinco personas», rememoró.

Mahmud indicó que la situación en Nur Shams ya era de «desastre por la ocupación israelí», que las cosas ya estaban tensas desde hacia un año porque han aumentado las incursiones y que desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre «es peor que nunca».

«Es peor, porque hay más muertos, entre ellos hay niños, hay ancianos», precisó.

El callejón donde se ubica la casa de Mahmud está plagado de pósteres de los muertos en los últimos días: muchos de ellos menores de edad, 12, 13, 14 años… comenta uno de los residentes.

En la entrada de una de las casas un joven le enseña otros cómo manejar un fusil, todos parecen menores de edad, aunque uno de ellos que resultó herido durante los últimos incidentes afirma que tiene 19 años.

En la casa de al lado está Hamada, que perdió a su hijo Mohamed, de 33 años y con un bebé de una semana, por un proyectil tirado por un helicóptero Apache de las Fuerzas Armadas israelíes.

Entre los vecinos se mezclan combatientes de la Katiba Tulkarem (Brigada Tulkarem), que, según explicaron a EFE algunos de sus integrantes, nació hace un año ante el aumento de la violencia en la zona y en Cisjordania en general.

«En los últimos seis meses hemos tenido cuatro ataques de Israel», indicó a EFE Suleiman al Zuhairi, uno de los responsables del Comité Popular del campo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en el centro de gestión de los servicios de Nur Shams.

Rememoró que allá por 2002, cuando la Segunda Intifada (2000-05), ya hubo ataques contra Nur Shams que dañaron su infraestructura, e incluso tuvieron un toque de queda, pero «lo de ahora es diferente».

Otro dirigente del campo, que solicitó su anonimato, subrayó que actualmente se encuentran en «una Intifada no oficial», ya que la gente no tiene miedo y «está resistiendo» en Palestina.

De momento, la ola de violencia desatada tras el ataque del 7 de octubre de Hamás en Israel, con 1.400 muertos y más de 200 rehenes que fueron llevado a Gaza por los islamistas, deja ya unos 95 fallecidos en Cisjordania, la mayoría en choques con eel Ejército israelí, pero también con colonos.

Aunque las redadas israelíes ya eran frecuentes -casi diarias- en Cisjordania, desde que comenzó la guerra se han intensificado y más de 800 palestinos han sido detenidos, incluidos unos 500 supuestamente vinculados a Hamás, según Israel.

A diferencia de otros lugares de Cisjordana, en Nur Shams, donde hay 12.000 personas en un cuarto de kilómetro cuadrado, no hay colonias israelíes próximas por lo que no han sufrido agresiones de éstos como viene ocurriendo en otras partes.

«Los choques son siempre entre nuestros chicos y los soldados israelíes», insistió el responsable del campo, quien augura que la situación de violencia va a ir a más pero están determinados a resistir. EFE

ssa/sga/mah

(foto)(vídeo)

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