Los frisos de Eneas vuelven a Roma tras dos siglos de periplo por el mundo
Roma, 3 abr (EFE).- Por primera vez en dos siglos, la Galería Borghese de Roma, uno de los museos más destacados de la capital italiana, ha reunido en un mismo espacio cinco de los diez frisos inspirados en el mito de Eneas con los que el pintor Dosso Dossi decoró el imponente palacio ducal de Ferrara (norte de Italia).
Desde el 4 de abril y hasta el 11 de junio, el museo exhibirá la colección de pinturas con las que Dossi ilustró los desafíos superados por el héroe clásico Eneas, como su viaje al inframundo, el ataque de las harpías o la fundación de una ciudad en la actual Sicilia (sur de Italia).
Las cesiones temporales del Museo del Prado, el Louvre de Abu Dhabi y la National Gallery of Art de Washington D.C., han permitido que estas obras regresen a Italia para esta exposición inédita.
Hasta ahora, solo habían podido reunirse en una misma sala dos de las diez telas elaboradas por el pintor renacentista entre 1518 y 1520, cuya función original era embellecer una sala del palacio del duque Alfonso de Este, alabando las cualidades del buen gobernante en uno de los momentos de máximo esplendor de la ciudad de Ferrara.
«Las pinturas son una representación un tanto alegórica, incluso política, de las virtudes de un líder que, a través de extremas dificultades, gran fuerza de voluntad y sensatez, respeto a la voluntad y a la tarea encomendada lograba cumplir su compromiso con mucho sacrificio», indicó a EFE la comisaria de la muestra Marina Minozzi.
Según Minozzi, estas obras formaban parte de «uno de los conjuntos más relevantes del Renacimiento»: «Decoraban la franja superior de la extraordinaria Sala de Alabastro del palacio ducal de Ferrara. Bajo estos lienzos se encontraban las famosas Bacanales de Tiziano, obras de Giovanni Bellini y del mismo Dossi».
Un espacio que duró poco tiempo ya que, cuando el papa Clemente VIII incorporó, a finales del siglo XVI, la ciudad de Ferrara a los dominios pontificios, buena parte de las pinturas de Tiziano, Bellini y Dossi fueron llevadas a Roma, donde acabaron en manos del cardenal Escipión Borghese.
Más adelante, los diez frisos del mito de Eneas viajaron de Roma a Madrid en el siglo XIX, después de que el pintor José de Madrazo, exdirector del Museo del Prado de Madrid, comprase las obras para su colección personal, aunque al poco tiempo la unidad del conjunto pictórico se rompió.
Tras su llegada a la península ibérica, los diez cuadros empezaron a viajar por todo el mundo y su vinculación como conjunto se olvidó durante décadas, en las que se perdió el rastro de tres de los frisos.
Desde entonces, tan solo dos de los cuadros se habían reunido en un mismo espacio y el resto permanecían desperdigados por las salas de instituciones como el Museo del Prado, el Louvre de Abu Dhabi, y la National Gallery of Art de Washington D.C, que han cedido temporalmente las obras a la misma Galeria Borghese que en el pasado fue la casa de este conjunto.
«Las pinturas de Dosso destacan por insertar dentro de un mismo lienzo varios episodios que sucedían en lugares diferentes y por la humanidad que transpiran sus personajes. Estas obras reflejan hombres expresivos y sensibilidad sin perder la importancia de la historia épica», comentó la comisaria. EFE
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