Kenia usa dispositivos de rastreo para proteger a rinocerontes negros contra la extinción
(Añade declaraciones de la ministra)
Nairobi, 14 nov (EFE).- En un esfuerzo por aumentar el número de rinocerontes negros, especie en peligro de extinción, Kenia empezó un proyecto para identificar con dispositivos de rastreo a esos mamíferos, informó este jueves la ministra keniana de Turismo y Vida Silvestre, Rebeca Miano.
Miano puso en marcha este miércoles el proyecto en el Parque Nacional de Tsavo (sur), uno de los más grandes del país.
«Esta iniciativa implica hacer muescas en las orejas de los rinocerontes y equiparles con transmisores de vigilancia avanzados, reforzando nuestra capacidad para rastrear y proteger a las especies de rinoceronte negro oriental en peligro crítico de extinción», afirmó la ministra.
«Kenia asume una inmensa responsabilidad en la preservación de esta especie icónica», subrayó la titular de Turismo y Vida Salvaje.
Entre 20 y 25 rinocerontes forman parte de este programa, que incluye el anillado de las orejas y la instalación de dispositivos de rastreo.
La población de rinoceronte negro en Kenia ha aumentado más del doble desde 1989, cuando apenas existían 400 ejemplares de esta especie, mientras que ahora viven en el país unos 1.000 animales, según el Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS, por sus siglas inglesas).
Kenia -uno de los cuatro países que cuentan con rinocerontes negros, junto a Zimbabue, Sudáfrica y Namibia- tiene como objetivo aumentar la población de esos mamíferos hasta 2.000 ejemplares para 2.037.
Según informó la Unión Internacional para la Conservación de Naturaleza (UICN) en 2023, las poblaciones de rinocerontes negros están creciendo en África por primera vez en los últimos diez años.
Así, en 2022 se contabilizaron un total de 6.487 rinocerontes negros en África (un 4,2 % más que en 2021), según la UICN.
Este organismo clasifica al rinoceronte negro como una especie en peligro de extinción debido a la caza furtiva, impulsada por la alta demanda de los cuernos de rinocerontes, sobre todo en China y algunos países del sudeste asiático. EFE
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