Detención de arzobispo a su llegada de Israel levanta asperezas en el Líbano
Beirut, 26 jul (EFE).- La Iglesia maronita del Líbano reiteró hoy su indignación por la reciente detención del arzobispo Moussa Al Hajj tras llegar de Israel con medicinas y una suma de dinero que medios locales sitúan en cerca de 460.000 dólares, presuntamente recibidas de personas residentes al otro lado de la frontera para entregar a sus familiares en territorio libanés.
«Demandamos que el arzobispo siga llevando a cabo su misión humanitaria como habitualmente, al igual que sus predecesores, porque ellos son el único hilo conductor para la gente que quiere ayudar a sus familias, especialmente con esta situación económica en el Líbano», dijo hoy a Efe el director de Comunicación en la Sede del Patriarcado Maronita, Walid Ghayyad.
Moussa al Hajj, arzobispo de la Archidiócesis de Haifa (norte de Israel) y vicario patriarcal para Jerusalén, Palestina y Jordania, permaneció detenido durante más de 12 horas tras cruzar el pasado 18 de julio la frontera entre Israel y el sur del Líbano, dos países técnicamente en guerra y sin relaciones diplomáticas.
Su cargo eclesiástico al otro lado de la divisoria le permite cruzar la denominada Línea Azul, la frontera de facto establecida por la ONU en 2000 entre ambas naciones y en la que no está operativo ningún paso fronterizo, en una zona con fuertes despliegues de seguridad y presencia de Cascos Azules.
«Nunca es permisible que un obispo sea arrestado durante 12 horas y media en un centro y sus pertenencias sean revisadas. El arzobispo vive en su archidiócesis allá, va y viene, y la gente le confía estas cosas y le piden que las lleve a todos los libaneses, no solo a los cristianos», defendió Ghayyad.
A su llegada a la localidad libanesa de Naqura, en la frontera, Al Hajj llevaba consigo una cantidad de medicinas sin determinar y una suma en efectivo que, de acuerdo con medios libaneses, ascendía a casi 460.000 dólares.
El director de Comunicación de la Sede del Patriarcado argumentó que los libaneses necesitan «medicamentos y dinero», en medio de la grave crisis económica que sufre el país desde finales de 2019, en cuyo marco se han congelado los ahorros en dólares en los bancos y se producen desabastecimientos de productos como las medicinas.
«Esto es un acto humanitario, es vergonzoso que le estén dando más significado del que tiene, tal trato y (acusaciones) de ser un agente (de Israel)», indicó Ghayyad, al denunciar «sucesivas violaciones» en la gestión del caso del arzobispo.
De acuerdo con la fuente, el Código de Leyes de las Iglesias Orientales estipula que un juez no puede ordenar el arresto de un metropolitano sin previo consentimiento de la cabeza de la Iglesia, en este caso el patriarca maronita Bechara Rai.
El propio Rai condenó el incidente durante su sermón del pasado domingo al considerar que se trata de un «ataque político que violó la dignidad de la Iglesia a la que representa» el arzobispo, encargado de preservar la presencia «cristiana, palestina y árabe en el corazón del Estado de Israel».
Pocos días después de la detención de Al Hajj, un sínodo de urgencia convocado por el patriarca pidió la devolución de las pertenencias del arzobispo, incluidos su pasaporte libanés, teléfono móvil y la ayuda «médica y financiera que traía para los necesitados y enfermos del Líbano», según un comunicado de la Sede. EFE
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