La AfD, una amenaza desde la ultraderecha para el consenso democrático alemán
Rodrigo Zuleta
Berlín, 17 feb (EFE).- La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) llega a las elecciones generales del 23 de febrero como segunda fuerza en las encuestas de intención de voto y como amenaza para el panorama político alemán, que hasta ahora ha logrado mantener a esa formación fuera de toda responsabilidad de Gobierno en Berlín y en los estados federados.
De confirmarse los pronósticos electorales, la AfD volvería a ser la primera fuerza de la oposición, pero con mucha más fuerza que en 2017, mientras que en los últimos comicios federales, en 2021, cayó a la quinta posición.
Ninguno de los otros partidos quieren un pacto con la AfD. Sin embargo, existe el peligro de que en determinados momentos el partido termine usando su fuerza parlamentaria para crear una mayoría en uno o otro sentido ante temas en los que no haya consenso entre las otras formaciones políticas.
Recientemente se dio una especie de aperitivo de lo que puede ocurrir cuando una propuesta de resolución sobre migración, que venía del grupo parlamentario de la CDU/CSU, terminó siendo aprobada con el apoyo de AfD.
La AfD es principalmente fuerte en el este del país, donde ha tenido buenos resultados en tres comicios regionales recientes y si no ha logrado entrar a formar parte de ningún Gobierno es sólo gracias al cordón sanitario que han tendido en torno suyo los partidos democráticos.
En Turingia, la AfD, liderada por Björn Höcke, que es uno de sus dirigentes más radicales, fue incluso el partido más votado con el 32,8 % de los votos, seguido por la Unión Cristianodemócrata (CDU) que alcanzó el 23,6 %.
En Sajonia ocupó el segundo lugar con el 30,6 %, superado sólo por la CDU que alcanzó el 31,9 %. La misma posición logró la ultraderecha en Brandeburgo, con el 29,23 %, superado por el Partido Socialdemócrata (SPD), que obtuvo el 30,89 % .
En todas las encuestas de intención de voto la AfD se sitúa a nivel federal como segunda fuerza con un porcentaje de voto entre el 18 y el 22 %, sólo por detrás del bloque conservador formado por la CDU y la Unión Socialcristiana (CSU).
Orígenes euroescépticos y deriva xenófoba
La AfD surgió en medio de la crisis del euro y su primera bandera fue el rechazo a los programas de rescate.
Su segunda bandera fue el rechazo a la inmigración y la política de asilo y tuvo un proceso de radicalización en el que los representantes relativamente moderados, como el fundador Bernd Lücke, terminaron abandonando el partido.
En su primer intento de obtener representación parlamentaria, en 2013, tras una campaña marcada por las posturas euroescépticas, se quedó fuera, al no superar el umbral del 5 %.
Cuatro años más tarde, tras una campaña marcada por el rechazo a la inmigración, logró el tercer lugar con el 12,56 % de los votos, pero se convirtió en la primera fuerza de oposición debido a la gran coalición formada por la CDU/CSU y el SPD durante esa legislatura.
Aunque en 2021 sufrió una ligera bajada, obtuvo el 10,4 % que la situó quita por escaños, durante la última legislatura ha tenido un claro repunte y ha agregado a su arsenal de campaña el rechazo a la ayuda militar a Ucrania y a las sanciones a Rusia.
En su programa electoral figuran puntos que remiten a los orígenes euroescépticos del partido, como la petición de que Alemania salga de la eurozona y de la Unión Europea (UE), así como la petición de restricciones en la política migratoria y de asilo. EFE
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