La CEDEAO inicia conversaciones con los militares golpistas de Burkina Faso
Uagadugú, 30 ene (EFE).- La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) inició este fin de semana conversaciones con los militares golpistas que tomaron el poder en Burkina Faso el pasado 24 de enero después de suspender al país de sus instituciones este viernes en una cumbre extraordinaria.
Una misión de jefes de Estado Mayor militar de diferentes países del bloque regional llegó este sábado en la capital, Uagadugú, y se reunió brevemente con el líder de los golpistas, el teniente coronel Paul Henri Sandaogo Damiba, confirmaron a última hora de ayer las nuevas autoridades en un comunicado firmado por la «Dirección de Comunicación de la Presidencia».
Según el texto, la misión de la CEDEAO conversó con una delegación del MPSR (Movimiento Patriótico por la Salvaguarda y la Restauración, como se llama la junta militar) que reafirmó «su compromiso con los organismos subregionales e internacionales».
Asimismo, «el MPSR explicó a los emisarios de la organización comunitaria que los recientes cambios políticos responden a las expectativas de la población en materia de seguridad, reconstrucción de la nación burkinesa y los valores de la República», señala el comunicado.
La misión castrense, que permanece en el país también hoy domingo, precede a la visita conjunta este lunes del Enviado Especial de la ONU para el oeste de África y el Sahel, Mahamat Saleh Annadif, y de una delegación ministerial de la CEDEAO liderada por la ministra ghanesa de Asuntos Exteriores y presidenta del Consejo de Ministros del bloque, Shirley Ayorkor Botchway.
Además, el 3 de febrero tendrá lugar una nueva cumbre de la organización -integrada por 15 países- en Accra, la capital de Ghana (país que ocupa la presidencia rotatoria) que decidirá si se adoptan nuevas medidas, después de que el viernes no se impusieran, de momento, sanciones.
Los militares tomaron el poder en Burkina Faso el pasado día 24 de enero tras la tensión vivida el domingo por los disparos en varios cuarteles militares de Uagadugú y otras urbes, unos incidentes calificados en un principio como un supuesto motín para exigir mejoras en las Fuerzas Armadas.
El golpe de Estado se confirmó tras la aparición de miembros de la junta militar en la televisión estatal RTB, que anunciaron haber depuesto al presidente Roch Kaboré -quien acabó presentando su dimisión en una carta manuscrita y permanece supuestamente detenido- y otras medidas, como la disolución del Gobierno y el Parlamento o la suspensión de la Constitución.
El pasado jueves, un día antes de la cumbre de la CEDEAO y en su primer mensaje televisado a la nación desde la asonada, el teniente coronel Paul Henri Sandaogo Damiba advirtió de que la «normalidad constitucional» volverá únicamente cuando se den las condiciones que marque el pueblo burkinés.
En este sentido, el golpe tuvo lugar después de la escalada del descontento social durante los últimos meses por la inseguridad generada por la violencia yihadista.
Burkina Faso sufre el yihadismo desde 2015 y los ataques, que se atribuyen a grupos aliados de Al Qaeda y el Estado Islámico, han provocado más de 1,5 millones de desplazados internos, según el Gobierno burkinés.
El golpe de Burkina Faso es el cuarto que sufre la región de África occidental, tras los dos acaecidos en el vecino Malí (agosto de 2020 y mayo de 2021), país que también padece la lacra del terrorismo yihadista; y el de Guinea-Conakri (septiembre de 2021). EFE
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