La esclavitud moderna aumenta, Corea del Norte y Eritrea los más afectados
Corea del Norte, Eritrea y Mauritania son los países más afectados por la esclavitud moderna, según el Global Slavery Index publicado el miércoles, que registra una «agravación» de la situación en el mundo desde su última publicación hace cinco años.
El informe calcula en 50 millones el número de personas que viven «en situaciones de esclavitud moderna» en 2021, o sea 10 millones más que en 2016.
Esta cifra incluye 28 millones de personas en situaciones de trabajo forzado, y 22 millones casados por la fuerza.
Entre los factores que explican este agravamiento, figuran los «conflictos armados que aumentan y son más complejos» y el impacto de la pandemia de Covid-19.
Elaborado por la asociación Walk Free, el informe incluye en la esclavitud moderna «trabajo forzado, matrimonio forzado, servidumbre por deuda, explotación sexual», o la «venta y la explotación de niños».
Según el informe, Corea del Norte conoce la tasa más elevada, con 104,6 personas en situación de esclavitud moderna por 1.000 habitantes.
Luego sigue Eritrea (90,3) y Mauritania (32), convertido en 1981 en el último país en declarar ilegal la esclavitud hereditaria.
Muchos de los países más involucrados se encuentran en regiones «volátiles» en situación de conflicto o inestabilidad política, o que tienen una importante población «vulnerable» como refugiados o trabajadores migrantes.
También entre los 10 países más afectados figuran Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, donde la «kafala», tutela sin filiación, limita los derechos de los trabajadores migrantes. Se encuentran en ese grupo también Turquía, «que acoge millones de refugiados sirios», Tayikistán, Rusia y Afganistán.
Aunque el trabajo forzado es más común en los países pobres, hay relaciones «profundas» con la demanda de los países más ricos, subraya el informe, según el cual dos terceras partes de casos de trabajo forzado están relacionados con cadenas de suministro internacionales.
El informe subraya que los países del G20 importan actualmente 468.000 millones de dólares (434.000 millones de euros) de mercancías que pueden haber sido producidas gracias al trabajo forzado, frente 354.000 millones de dólares (328.000 millones de euros) en el anterior informe.
Los productos electrónicos encabezan la lista, seguidos por las prendas de vestir, el aceite de palma y los paneles solares.
«La esclavitud moderna se impregna en todos los aspectos de nuestra sociedad. Está tejido en nuestras vestimentas, enciende nuestros aparatos electrónicos, pimenta nuestra alimentación», declaró la directora de la asociación, Grace Forrest.
«La esclavitud moderna es una manifestación de desigualdad extrema», indicó.