La grave crisis económica ensombrece la Navidad en Sudán del Sur
Atem Simón Mabior
Yuba, 23 dic (EFE).- A dos días de la Navidad, esa alegría por la celebración ha quedado ensombrecida un año más en Sudán del Sur por la acuciante crisis económica que atraviesa el país más joven de África, agravada este 2024 por la suspensión del tránsito de petróleo a través de su vecino Sudán, la depreciación de la moneda y el retraso en el pago de los salarios a los funcionarios.
Los mercados no son los mismos en la capital, el zoco principal de Yuba, Konyo Konyo está prácticamente vacío, mientras que los dueños de las tiendas están sentados a la espera de clientes que no aparecen por el deterioro de la situación económica y la falta de liquidez.
“La vida está parada en el mercado. Esta es la temporada festiva, pero la venta es casi inexistente”, asegura a EFE Mohamed Azraq, el dueño de una tienda de ropa en este mercado.
«Pan para mi familia»
Las calles de la ciudad y los mercados son escenario de un gran despliegue de patrullas policiales y el Ejército por miedo a que la deteriorada situación económica lleve a casos de saqueos en los mercados o que se desencadenen protestas por falta de sueldos y la subida de precios.
Los funcionarios llevan 12 meses sin recibir salarios, así como los empleados del sector petrolero, el principal motor económico del país, que llevan tres meses también sin cobrar.
El pasado lunes, el Ministerio de Finanzas de Sudán del Sur anunció que ha empezado a pagar las mensualidades atrasadas a los funcionarios y a las fuerzas de seguridad, tras un año de espera.
Para Isac Paul Jada, de 41 años, padre de cuatro hijos y funcionario del Ministerio de Medioambiente: “Para mí, en esta difícil circunstancia, lo más importante es proveer pan a mi familia e hijos. Ahora vivo con lo que me manda mensualmente mi hermano que vive en Europa”, asegura a EFE.
En cuanto a la festividad, “todos saben, incluso mis niños, que llevamos un año sin cobrar”.
Por eso, asegura: “Vamos a lavar nuestra ropa vieja, ponérnosla para ir a la Iglesia. Celebraremos con nuestros corazones solamente”.
Navidad es la ocasión anual para que los niños en Sudán del Sur, país con más del 60 % de cristianos en una población de 14,7 millones de personas, según cifras oficiales, vistan sus mejores galas para ir a la Iglesia y las reuniones familiares.
Sin embargo, Rose Keji, de 38 años y madre de tres hijos que trabaja en una cafetería en el mercadillo de Custom, optó por comprar ropa de segunda mano porque no tiene suficiente dinero: «Lo más importante es que tengan ropa, aunque sea usada, para ir a la Iglesia”, dice a EFE.
Consecuencias de la guerra en Sudán
La guerra que desde abril de 2023 sufre Sudán entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido, ha afectado directamente a su vecino Sudán del Sur.
Entre estas consecuencias está la suspensión del bombeo de petróleo a través del oleoducto que conecta ambos países, que quedó dañado en el conflicto y que es la única ruta al exterior para el petróleo sursudanés, de cuyas exportaciones depende toda la estructura económica del país.
A esto se añade que la fuerte depreciación de la libra sursudanesa ha empeorado la situación, una moneda que ahora se cambia por unas 5.000 libras sursudanesas por dólar estadounidense en el mercado negro, mientras que el tipo de cambio oficial es de 130 libras sursudanesas por dólar, que ya de por sí escasean en el país.
El ingeniero en una empresa petrolera, Martin Justin Wada, de 39 años, confirma a EFE que es la primera vez que están tres meses sin cobrar desde que se incorporó a la empresa hace varios años.
“Esto es una miseria, no podemos proporcionar las necesidades para esta fiesta para una familia de cinco personas, mi mujer, mi madre, dos hijos y yo. Estoy sumido en deudas, no puedo tomar prestado de ninguna persona para que nuestra situación sea más fácil”, lamentó.
“Estamos viviendo en el borde, no podemos hacer nada sino rezar a Dios para que mejore la situación en el nuevo año. Esta fiesta será para orar, no para celebrar. No tenemos pan ni pastel ni ropa. Solo tenemos fe de que la situación irá a mejor con la ayuda de Dios”, sentencia Wada. EFE
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