La Iglesia ortodoxa, expectante ante una decisión histórica sobre Ucrania
El patriarca de Constantinopla podría reconocer pronto a la autoproclamada Iglesia ortodoxa de Kiev, una decisión percibida como una «catástrofe» en Rusia, ya que desvincularía Ucrania de la Iglesia ortodoxa rusa.
Los ortodoxos ucranianos están divididos ante este esperado anuncio. La mayoría de ellos pertenecen a la Iglesia vinculada al patriarca de Moscú, mientras que solo una minoría es fiel al patriarca de Kiev, autoproclamado tras la independencia de Ucrania en 1992 y que no está reconocido por ninguna otra Iglesia ortodoxa en el mundo.
El patriarca Bartolomé de Constantinopla será el encargado de tomar esta decisión sobre el futuro religioso de Ucrania, tras una petición oficial del patriarca de Kiev apoyada por diputados ucranianos de ser reconocida como una Iglesia independiente en el mundo ortodoxo.
Bartolomé de Constantinopla, cuya sede se encuentra en Estambul (Turquía), es considerado «el primero entre iguales» respecto a los otros patriarcas de la Iglesia ortodoxa.
Si Bartolomé reconoce a la Iglesia de Kiev, «nadie sabe lo que sucederá en la práctica», explica el analista independiente ruso Andrei Denitsky, quien considera difícil de calcular cuántas iglesias podría perder Moscú en Ucrania.
Rusia y Ucrania están confrontadas tras la revuelta de Maidán, la llegada al poder en Kiev de dirigentes proccidentales en 2014 y la anexión de Crimea por Rusia que desencadenó un conflicto en el este de Ucrania que provocó más de 10.000 muertos.
Esta crisis política acentuó las tensiones entre las distintas ramas de la Iglesia ortodoxa en Ucrania y favoreció el hecho de que numerosos ucranianos dieran la espalda al patriarca de Moscú.
– «Amenaza directa» –
«Los intentos de separar la Iglesia ortodoxa ucraniana del patriarca de Moscú pueden llevar a una catástrofe al mundo ortdoxo», lamentó el patriarca ruso Kiril, que se desplazará el viernes a Turquía con el objetivo de convencer a Bartolomé para que no reconozca a la Iglesia de Kiev.
Si el patriarca de Constantinopla es el más antiguo, el de Moscú cuenta con el mayor número de fieles y de iglesias. Para el patriarca ruso, la pérdida de influencia en Ucrania representaría un duro golpe para su estatus y poder en el mundo ortodoxo.
Una fuente del gobierno ucraniano dijo a la AFP que Kiev «estaba a punto» de lograr el reconocimiento de una Iglesia independiente, a pesar de las «dificultades» que generará la reunión entre Kiril y Bartolomé.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, multiplicó durante los últimos meses sus críticas contra la rama de los ortodoxos ucranianos leales a Moscú, a los que llegó a calificar de «amenaza directa para la seguridad nacional».
«No queremos que la Iglesia sea utilizada en esta batalla geopolítica», respondió el padre Mikolai Danilevitch, el portavoz de la Iglesia ucraniana vinculada al patriarca de Moscú.
Según el experto en cuestiones religiosas Roman Lunkin, el patriarca Kiril tuvo un rol «muy prudente» durante la crisis ucraniana de 2014. El patriarca de Moscú nunca envió ayuda a los rebeldes separatistas del este de Ucrania y dejó a las élites de Crimea bajo la jurisdicción de las autoridades religiosas ucranianas.
La Iglesia ucraniana fiel a Moscú confía en que Kiril convencerá a Bartolomé para que no acepte la petición de la Iglesia autoproclamada de Kiev.
No obstante, las relaciones entre Kiril y Bartolomé son «tensas», afirma Lunkin, quien recuerda que el mayor desencuentro entre estos dos patriarcas se produjo con la ausencia de Kiril en el Concilio de Creta de 2016, un hecho inédito en más de 1.000 años.