La infancia de los cristianos en Jordania, marcada por la segregación
Hayat al Dbeas
Amán, 28 feb (EFE).- Para los niños cristianos en Jordania, crecer en este país que declara el islam como religión oficial del Estado implica una lucha contra la segregación: desde una educación prácticamente relegada a las escuelas privadas hasta la imposibilidad de adoptar marcan un espacio de discriminación, una cuestión que muchas voces cristianas buscan denunciar.
«La ausencia de la enseñanza religiosa cristiana en las escuelas públicas jordanas y su relegación a las escuelas privadas es una de las razones que empujan a los estudiantes jordanos a tomar esa opción”, aseguró a EFE el parlamentario jordano, Omar al Naber.
Fue este diputado quien ha presentado una petición al Ministerio de Educación para que haya enseñanza de la religión cristiana en las escuelas públicas, pero fue rechazada por «el escaso número de estudiantes cristianos».
Pese a que no hay datos oficiales, se estima de acuerdo a varias fuentes que de la población jordana, 10,9 millones de habitantes, los musulmanes, prácticamente todos suníes, constituyen el 97,1 % de la población, mientras que los cristianos representan el 2,1 %.
UNA SOCIEDAD QUE DEBE ABRIRSE
El tema de la enseñanza de la religión cristiana en las escuelas públicas sigue siendo uno de los problemas que voces religiosas y de derechos humanos han reclamado en los últimos años para que se resuelva.
Entre las opciones está incluir un curso de Educación Religiosa, que se centre en explicar otras creencias que son importantes para una sociedad que varias y que además están salvaguardadas por la Constitución jordana.
El investigador del Instituto Real de Estudios Religiosos, Rami Abu Naffaa, explicó a EFE que las razones de que no haya una enseñanza de la religión cristiana en Jordania son la falta de un plan de estudios unificado y el ínfimo porcentaje de estudiantes de esa fe en las escuelas públicas, así como la falta de profesores para enseñar.
Un exasesor del Ministerio de Educación, Thouqan Obeidat, dijo a EFE que «la sociedad jordana debe abrirse a la cultura de otras religiones, ya que la comunidad cristiana es una parte esencial de la sociedad jordana como un todo, por lo que la enseñanza de la religión cristiana se considera una necesidad, no una opción».
Según un informe del Departamento de Estado estadounidense del año pasado sobre libertad religiosa en Jordania, el conocimiento del Corán es obligatorio por ley para los alumnos musulmanes, tanto en escuelas públicas como en privadas, pero es opcional para los no musulmanes.
Sin embargo, todos los alumnos deben aprobar un examen de lengua árabe en el último curso de secundaria que incluye el dominio lingüístico de algunos versículos del Corán, y los temas islámicos aparecen en ejemplos de lecciones de los programas de otras asignaturas.
MUSULMÁN HASTA DEMOSTRAR LO CONTRARIO
Otra de las cuestiones que más trabas existen para las familias cristianas es la adopción de los niños cristianos, señaló a EFE Nisren Hawatmeh, la fundadora de la ONG Sanadak, que se dedica a otorgar servicios a los huérfanos y a los menores víctimas de violencia doméstica en Jordania.
«El mayor desafío de los cristianos en adopción y en acogida es la ausencia de niños cristianos y la ley jordana no permite la adopción aunque es un derecho eclesiástico para los cristianos», afirmó.
Hawatmeh justificó esta «ausencia» por el artículo nº 19 del Código Civil que estipula que «la religión del Estado (islam) se considera la religión del recién nacido», en el caso de que no aparezca alguien que demuestre el linaje del recién nacido, algo que suele ser muy difícil para los niños abandonados en orfanatos.
«Los cristianos de Jordania no quieren acoger, sino adoptar», aseveró Hawatmeh, que destacó que hace tres años hubo un intento de introducir la cuestión de la adopción cristiana en la ley de infancia, pero la enmienda fue rechazada.
Por su parte, Yaqoub al Far, abogado de asuntos familiares, indicó que el Estado es «ineficiente» ante este tema que se basa en la Constitución jordana, que se rige por el islam y por tanto prohíbe la adopción: «esto es una violación de la libertad de culto, creencia y adopción», dijo.
Por ello, el único sistema permitido es el de la «kafala» (acogida), que permite ejercer la patria potestad, pero que no integra al menor en la familia y que evita, por ejemplo, que obtenga los apellidos familiares y que pueda recibir una herencia.
Hawatmeh indicó que en 2020 se registró la primera familia cristiana que pidió acoger un niño, pero hasta el momento están esperando su turno para encontrar a un niño cristiano. EFE
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