La normalidad reina en la plaza de San Pedro, a pesar de la hospitalización de Francisco
Claudia Sacristán
Ciudad del Vaticano, 19 feb (EFE).- Ubicada a poco más de 4 kilómetros del Hospital Gemelli, donde el papa Francisco permanece ingresado desde hace seis días con una neumonía bilateral, la vida en la Plaza de San Pedro, centro la cristiandad y objetivo de muchos visitantes que llegan a Roma, transcurre con normalidad.
Con todas las miradas fijas en el hospital, al que decenas de fieles se acercan a poner velas y mensajes de cariño para el pontífice, en la Ciudad del Vaticano, el epicentro de la religión católica, la jornada sigue como si nada, con cientos de peregrinos que llegan a San Pedro con motivo del Jubileo.
Más allá de algunas cámaras de vídeo y periodistas que pasean apresurados, el ambiente es muy similar al de cualquier otro día del año y nada fuera de lo normal recuerda que el papa Francisco se encuentra ingresado para ser tratado por una neumonía bilateral.
Tampoco se nota un gran jolgorio con motivo del Jubileo, aunque a medida que se acerca la primavera, cada vez son más numerosos los grupos de peregrinos que llegan de todo el mundo con motivo del Año Santo.
Turistas, calendarios y palomas
Los turistas siguen haciéndose fotos, los puestos de suvenires intentan vender calendarios con la foto del papa Francisco y las palomas siguen acosando a los turistas, que comen refugiados bajo las columnas de la Plaza de San Pedro intentando huir de la lluvia.
Muchos al ser preguntados reconocen que no siguen la actualidad del papa e incluso explican que al llegar a la capital italiana fueron conscientes de su enfermedad.
«Veníamos viajando hace días y no fue hasta que llegamos a Roma hace un par de días que supimos de la noticia», comentó a EFE Daniel, un peruano de turismo en la Ciudad Eterna.
Ni carteles, ni velas, ni ninguna señal que haga recordar, en especial, al papa durante su ingreso. Así lo relatan muchos de los fieles que salen de visitar la basílica de San Pedro en el Vaticano.
«La única cosa que nos llamó la atención es que estaban celebrando una misa, y al final, sí, pidieron a la gente que rezara por el bienestar del papa y su recuperación», explicó a EFE una turista catalana.
Sin embargo, otros, como Asunción María, de Sevilla (España), tienen muy presente la situación del papa.
Ella y su grupo habían viajado a Roma para conmemorar el 75 aniversario del dogma de la Asunción y tenían programada una audiencia con el pontífice.
«Nos avisaron hace dos días que no tendríamos la audiencia con el papa. De todas formas, hemos traído el simpecado de la Asunción, así que, aunque será especial, es un poco triste que no esté el papa», confesó.
«Un papa que transmite»
«El pobre, además, ya está mayor, y rezamos mucho por él. Nos da mucha pena. A nosotros nos gusta muchísimo el papa, porque estuvimos en la JMJ (Jornadas Mundiales de la Juventud) de Lisboa y es un papa que nos transmite cosas muy importantes. Teníamos mucha ilusión por encontrarnos con él», añadió.
Algunos compatriotas del papa también han querido acercarse al Vaticano en estos momentos de incertidumbre. María, de Argentina, y su familia habían programado el viaje mucho antes de saber sobre la enfermedad del pontífice.
«Estoy aquí en Roma porque sé que el papa está mal y vengo a darle fuerzas, con la esperanza de que salga de este trance», aseguró María , mientras se preparaba para entrar a la basílica de San Pedro.
En su opinión, el que todo siga normal en la plaza le da la impresión de que «el papa no está tan grave, porque si fuera así habría más revuelo. Esa es mi sensación».
«Esperemos que todo sea solo un susto rápido y que salga pronto. Rezamos con todo el alma para que se recupere», concluyó. EFE
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