La ONU pide acceso urgente a la localidad de Moura, en Malí, por una presunta masacre
El enviado de la ONU para Malí, El-Ghassim Wane, pidió este jueves al gobierno maliense que permita el acceso «imperativo» a la localidad de Moura, en el centro del país, donde el Ejército, asistido por fuerzas extranjeras sospechosas de estar vinculadas a la empresa rusa Wagner, es acusado de una masacre perpetrada a finales de marzo.
«La misión (Minusma) ha intentado acceder a la zona y pudo realizar un vuelo de reconocimiento el 3 de abril», señaló el enviado en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. Pero «hasta ahora no se ha emitido la autorización para el despliegue de una misión integrada, a pesar de la amplia colaboración con las autoridades nacionales», explicó.
«Si bien el anuncio (…) de la apertura de una investigación, incluido el despliegue sobre el terreno del personal necesario, es una iniciativa positiva, es imperativo que las autoridades malienses proporcionen la información y cooperación necesaria para que la Minusma tenga acceso al lugar de las supuestas violaciones (de derechos humanos), de acuerdo con su mandato», subrayó El-Ghassim Wane.
«En términos más generales sobre derechos humanos, la Minusma abrió 17 investigaciones por denuncias de ataques indiscriminados contra civiles, detenciones extrajudiciales, malos tratos, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales en el centro de Malí desde principios de este año», confirmó también el emisario.
Según el funcionario, el organismo está actualizando su expediente sobre la situación de los derechos humanos en la región «que cubrirá el período de enero a marzo de este año».
El ejército maliense aseguró que llevó a cabo una operación «a gran escala» entre el 23 y el 31 de marzo en la localidad de Moura, de varios miles de habitantes. Aparte de los 203 «terroristas» abatidos, otros 51 fueron capturados, informó.
Por su parte, la ONG Human Rights Watch (HRW) reportó en un informe la ejecución sumaria de 300 civiles por parte de soldados malienses que estaban apoyados por combatientes extranjeros.
Se presume que estos últimos proceden de la empresa rusa Wagner, desplegada desde hace unos meses en Malí. Bamako niega la presencia de estos mercenarios, reconociendo solo la de «instructores» desplegados en virtud de un acuerdo de cooperación bilateral con Rusia.