La zona arqueológica de Chichén Itzá acoge entre hallazgos el equinoccio de primavera
Mérida (México), 20 mar (EFE).- Miles de personas disfrutaron este jueves, durante el equinoccio del comienzo de la primavera, el descenso de Kukulcán, el fenómeno arqueológico-astronómico que ocurre dos veces al año en el castillo de la zona arqueológica mexicana de Chichén Itzá, en medio de nuevos descubrimientos sobre este hecho.
En esta ocasión, el fenómeno se apreció entre hallazgos de la vista que diseñaron los mayas para que antes y después del equinoccio se percibieran -durante algunos días- cinco, seis y siete triángulos de luz solar, y después ocho y nueve, lo que guiaba a los indígenas en sus cultivos agrícolas.
“El descenso del dios maya Kukulcán sucede 20 días antes y 20 días después del equinoccio, porque marca los tiempos de preparación de la milpa (sembradío tradicional)”, explicó a EFE el custodio del sitio, José Antonio Keb Cetina, descendiente de sacerdotes mayas.
Este estudioso de la hierofanía (manifestación de lo sagrado) dijo que la historia del fenómeno que protagoniza Kin, el dios Sol de los mayas, “va más allá de un juego de luz y sombras, porque conforme se va formando Kukulcán con cinco, seis, siete, ocho y nueve triángulos, se marcan los ciclos de roza, tumba, quema y siembra (agrícola)”.
“Cuando llega el equinoccio de primavera, el dios maya creador del Sol, la lluvia, la Luna, el viento, tormentas y la vida desciende por la alfarda noroeste para bendecir y anunciar el momento idóneo de la siembra”, manifestó Keb Cetina.
La formación de la Serpiente Emplumada fuera del equinoccio se confirmó el pasado 9 de marzo, con seis triángulos; pero el descenso de Kukulcán solo cautivó entonces a un 10 % de los 7.000 visitantes de ese día, porque muchos guías no sabían entonces del fenómeno.
“Lamentablemente, el fenómeno arqueo-astronómico también se ha vuelto más comercial que educativo y cultural, porque si se pusieran a investigar sabrían que también hay un ascenso, que Kukulcán sube por la alfarda sureste”, aseguró el experto.
El fenómeno del descenso de Kukulcán cada equinoccio, descubierto hace 60 años por el custodio Arcadio Salazar y registrado en 1971 por el investigador francés Jean Jacques Rivard en un artículo denominado ‘Una hierofanía en Chichén Itzá’, marca el inicio de la primavera.
La bajada de Kukulcán causa interés en el mundo por el simbolismo del calendario que se registra en el castillo Chichén Itzá, designado desde 2007 como una de las Siete Maravillas del mundo moderno. EFE
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