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Las claves para entender la crisis de los mineros ilegales atrapados en Sudáfrica

(Actualiza con nuevo número total de rescatados: 246)

Johannesburgo, 16 ene (EFE).- La situación de cientos de mineros ilegales atrapados en una mina de oro del noreste de Sudáfrica, en la localidad de Stilfontein, ha mantenido en vilo desde hace semanas a todo el país, después de que, tras meses de presión policial para hacerlos salir, al menos 78 cadáveres hayan sido recuperados en una operación de rescate que empezó el lunes y acabó este jueves.

Estas son las claves para entender la crisis en la Mina de Oro de Buffelsfontein (BGM, por sus siglas en inglés), a unos 160 kilómetros de la ciudad de Johannesburgo y de más de 2 kilómetros de profundidad, donde 246 mineros han sido rescatados con vida estos días.

1. Los ‘zama-zamas’

Los mineros ilegales, conocidos en el país como ‘zama-zamas’ (expresión coloquial en lengua zulú que significa ‘arriesgarse’ o ‘intentarlo de nuevo’) trabajan en numerosas explotaciones en desuso y abandonadas, sobre todo en la zona de Johannesburgo y alrededores.

Estos mineros, que a veces son sudafricanos pero también a menudo migrantes en situación irregular de países vecinos -como Mozambique, Zimbabue, Lesotho o Malaui- descienden a las minas en ocasiones con suficientes suministros para permanecer bajo tierra durante semanas o meses y así maximizar sus beneficios.

Con el declive del sector minero en Sudáfrica en los años noventa y 2000, muchas minas se cerraron por no ser viables económicamente y se registraron fuertes pérdidas de empleo, lo que hizo crecer la minería artesanal ilegal, controlada en muchas ocasiones por grupos criminales organizados.

2. Más de dos meses bajo tierra

La crisis en Stilfontein, donde una infinidad de túneles subterráneos conectan diferentes pozos mineros, saltó a los titulares el pasado octubre, cuando la Policía sudafricana bloqueó el suministro de agua y comida después de meses tratando de forzar la salida de los mineros para detenerlos.

Esto generó una gran controversia y el rechazo de la comunidad local y de activistas por los derechos humanos, que acusaron también a la Policía de retirar el mecanismo que usaban los mineros ilegales para salir a la superficie.

En noviembre, la ministra de la Presidencia, Khumbudzo Ntshavheni, declaró a la prensa: «No vamos a enviar ayuda a criminales. Vamos a ahuyentarlos», siguiendo la línea dura que ha adoptado el Gobierno sudafricano para acabar con esta práctica.

Sin embargo, los suministros se reanudaron en diciembre tras una orden judicial y después de que algunos cadáveres fueran extraídos a la superficie, lo que hizo saltar las alarmas sobre las condiciones bajo tierra, donde algunos mineros revelaron que hombres armados los estaban reteniendo.

3. El horror

«No queremos una situación en la que esto quede marcado como el punto más oscuro de nuestro historia», afirmó el pasado día 10 la jueza Ronel Tolmay, del Tribunal Superior de Pretoria, al ordenar que se pusiera en marcha el rescate.

Así, una empresa especializada inició la operación este lunes, usando una grúa para hacer bajar una jaula bajo tierra una vez cada hora, en un dispositivo cuyo coste total las autoridades estimaron inicialmente en unos 12 millones de rands sudafricanos (algo más de 610.000 euros).

En dos vídeos difundidos ese mismo día por un grupo de apoyo a los mineros y que EFE no pudo verificar, se podía ver un escenario de horror, con decenas de personas en muy mala condición física y extremadamente delgadas, además de un número indeterminado de bolsas que contienen presuntamente cadáveres de mineros muertos.

«El lugar huele a cuerpos en descomposición», declaró a una emisora local uno de los voluntarios implicados en el rescate. A los citados 78 cadáveres , hay que sumar otros nueve extraídos antes de la operación, lo que suma un total de 87 cuerpos.

4. Operación policial

Esta crisis se enmarca en la operación policial «Vala Umgodi» (‘Cerrar la mina’, en zulú), puesta en marcha en diciembre de 2023 para atajar la minería ilegal en el país y que había propiciado, a fecha del pasado noviembre, la detención de más de 13.690 sospechosos en siete provincias.

Desde agosto de 2024 y hasta el pasado 12 de enero, más de 1.576 mineros ilegales fueron detenidos y 1.540 siguen bajo custodia policial, según informó la Policía, incluyendo 997 mozambiqueños, 427 zimbabuenses, 118 lesotenses, 21 sudafricanos y un malauí, entre otros. Entre los mineros que han subido a la superficie se registraron, además, al menos 14 niños.

De ellos, 121 han sido ya deportados a sus países y 46 han sido declarados culpables de minería ilegal y de violar las leyes migratorias del país, entre otros cargos.

5. Impacto de la minería ilegal en Sudáfrica

Además de los riesgos que conlleva, la minería ilegal hace mella en la economía sudafricana.

Se calcula que solo la extracción de oro supera los 70.000 millones de rands anuales (unos 3.600 millones de euros), lo que convertiría a Sudáfrica en una de las mayores fuentes de oro ilegal del mundo y supone enormes pérdidas de ingresos tanto para el Gobierno como para la industria minera.

En noviembre de 2023, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, aprobó el despliegue de 3.300 efectivos del Ejército para impedir la minería ilegal en todo el país, donde abundan recursos minerales como el oro, los diamantes, el platino o el manganeso, entre muchos otros. EFE

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