Las coproducciones entre España y Chile, un camino con muchas posibilidades
Fermín Cabanillas
Huelva (España), 20 nov (EFE).- Conseguir financiación para que el cine tenga difusión a ambos lados del Atlántico es primordial, para que las producciones tengan vida, y, en ese aspecto, países como España y Chile tienen por delante buenas oportunidades para desarrollar trabajos conjuntos en las dos direcciones.
Así lo defiende, en una entrevista con EFE, la cineasta chilena Natalia Mejías, que, con Francisca Lizana, Rocío Verdugo, Antonieta Díaz y Lourdes Candia, forman el grupo Niñita perversa.
Ha presentado en el Festival de Cine Iberoamericano de la ciudad española de Huelva ‘Cinco formas de borrar un chupón’, que forma parte de su manera de entender el séptimo arte, con la denuncia social de fondo y dando voz a distintos colectivos.
‘En el baño mueren las polillas’ (2023) y ‘Cabildo infantil’ (2020) son los antecedentes de Mejías antes de presentarse por primera vez en Huelva, con la historia de dos chicas de un instituto que salió adelante gracias a una campaña de micromecenazgo, dando lugar a una obra que ha entrado en competición en el festival de lengua española y portuguesa más importante del mundo.
«Las colaboraciones son muy posibles»
La productora chilena cree que «las coproducciones y las colaboraciones con España y países de Latinoamérica, en este caso con Chile, son muy, muy posibles» para dar a conocer, entre otras, las obras que ellas sacan a la luz, historias «de mujeres, de niñas, de exploración o de deseo».
«En el caso de nuestras temáticas, que son las del colectivo, se expanden en todas las partes, porque hay historias que conectan la experiencia femenina, la experiencia disidente», por lo que, temáticas como las de sus películas «se nutren de ambas partes».
Es cuestión de estudiar los proyectos, de darle forma, pero «la coproducción sería una cosa increíble, y es seguro que es muy posible», asegura la directora chilena.
En su caso, hay que tener en cuenta que la cultura en Chile se sustenta en la autogestión, y por eso «la financiación popular fue crucial para conseguir los fondos para poder realizar un cortometraje, en este caso de mujeres, dirigido por mujeres y dirigido por un colectivo».
Admite que se trata de «una propuesta bastante innovadora», que se logró finalmente, aunque «conseguir dinero en Chile es bastante difícil, es supercompetitivo y los fondos cada vez se están reduciendo más».
Mujeres que comienzan a destacar
Como en otros países, la presencia femenina en los trabajos relacionados con el cine aún es minoría respecto a la del hombre, pero grupos como Niñita perversa intentan «financiar, llevar adelante proyectos, contar historias y colaborar en proyectos», subiendo poco a poco la cuota, en un mundo que «es complejo, muy complejo».
«Estamos empezando, somos emergentes y tenemos mucha energía para seguir moviéndonos donde sea necesario para poder conseguir contar nuestras historias», explica Natalia Mejías, en un contexto del cine chileno en el que las mujeres «están haciendo cosas increíbles».
Mayte Alberdi, Dominga Sotomayor, Manuela Martelli, Pepa San Martín o Claudia Huaiquimilla son algunos de los ejemplos que cita de mujeres que son referencia del cine de Chile.
«Están haciendo historia por el cine chileno y latinoamericano, lo que, sin duda, ha costado», explica, y son responsables, entre otras cosas, de que haya más beneficios económicos para producciones que cuenten con el mismo número de mujeres que de hombres en el equipo, «o incluso más mujeres».
Por todo ello, la cineasta chilena se despide asegurando que tiene «mucha esperanza en lo que se viene», de cara a que «el ambiente de mujeres, de películas sobre el mundo ‘queer’, de otras identidades y orientaciones sexuales», y un paso es su presencia en el Festival de Huelva.
Es un lugar «inspirador» para sembrar la semilla de los trabajos que en unos años se verán, si todo va bien, en las pantallas de cines de España y Chile, concluye. EFE
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