Las disidentes cubanas Damas de Blanco denuncian nuevos arrestos el domingo
La Habana, 22 jul (EFE).- Las disidentes cubanas Damas de Blanco denunciaron este lunes al menos ocho detenciones temporales contra sus integrantes en las provincias de La Habana y Matanzas (oeste), en el domingo represivo número 94 registrado por ese colectivo desde 2022.
La líder del movimiento disidente, Berta Soler, informó en redes sociales del arresto de seis mujeres del grupo en Matanzas, cuando se disponían a asistir a la misa en las localidades de Colón y Perico. Además, otra disidente fue detenida en La Habana.
Por su parte, Soler y su esposo -el ex preso político del Grupo de los 75 y activista Ángel Moya- fueron arrestados a la salida de la sede de las Damas de Blanco, situada en la barriada habanera de Lawton, y conducidos por separado a las unidades policiales de los municipios Cotorro y Guanabacoa.
Ambos fueron liberados en la mañana de este lunes, después de que las autoridades les impusieron sendas multas, según relató Moya.
Soler, que ha sido detenida junto a Moya casi todos los domingos desde 2022 por tratar de ir a misa en señal de protesta, aseguró en una reciente entrevista con EFE que últimamente «la represión se ha recrudecido».
En particular contra su grupo -integrado por unas 40 mujeres localizadas principalmente en las provincias de Matanzas, Villa Clara, La Habana y Holguín, dijo que «el gobierno continúa con la represión y el hostigamiento».
El movimiento de Las Damas de Blanco fue creado por un grupo de mujeres familiares de 75 disidentes y periodistas independientes detenidos y sancionados en marzo de 2003 a elevadas condenas de cárcel tras una ola de represión del Gobierno cubano conocida como la «Primavera Negra».
Las esposas, madres y otras familiares de aquellos presos comenzaron una serie de marchas dominicales para pedir su liberación y se convirtieron en un símbolo de la disidencia.
En 2005, Las Damas de Blanco recibieron el premio Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo. La UE y ONG como Human Rights Watch y Amnistía Internacional criticaron aquella oleada de arrestos, calificándolos de políticos.
Las autoridades cubanas, por su parte, alegaron que se trataba de contrarrevolucionarios que trataban de atentar contra la soberanía nacional por órdenes de Estados Unidos. EFE
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