Ley suiza sobre secreto bancario choca con libertad de prensa
Los periodistas que publiquen datos filtrados de los clientes del banco Credit Suisse podrían enfrentar hasta cinco años de prisión según la ley suiza. El temor a las sanciones penales impidió que los medios suizos participaran en la investigación de ‘Suisse Secrets’ y planteó dudas sobre la libertad de expresión en Suiza.
“El hecho de que los datos bancarios se filtren hoy en los medios extranjeros, mientras que en Suiza está prohibida la investigación, es un absurdo que debe ser abolido”, escribió en un artículo de opinión Arthur Rutishauser, editor en jefe de Tamedia, el grupo de medios más grande de Suiza, con sede en Zúrich.
La violación de la confidencialidad de los clientes ha sido un delito codificado para los banqueros en Suiza desde 1934. Tras una serie de filtraciones de datos en Alemania y otros países, las leyes bancarias fueron ampliadas en 2015. Desde entonces está tipificado como delito el hecho de que cualquier persona haga uso de dicha información robada, incluidos los periodistas.
Esto colocó a medios como el diario Tages Anzeiger en una situación incómoda cuando un denunciante ofreció detalles de los clientes de Credit Suisse, incluidos dictadores y criminales. Mientras los medios de una variedad de otros países examinaban la evidencia, los periodistas suizos decidieron que el costo potencial era prohibitivamente alto.
“Los periodistas pueden ser procesados si publican datos recibidos en violación del secreto bancario”, dijo al periódicoEnlace externo la Secretaría de Estado de Finanzas Internacionales.
Interés público versus secreto bancario
Irene Khan, relatora especial de la ONU sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión, dijo que plantearía el asunto al Gobierno suizo. “Enjuiciar a periodistas por publicar datos bancarios que son de interés público violaría el derecho internacional sobre los derechos humanos”, subrayó.
Varios informantes bancarios han sido encarcelados por filtrar datos en Suiza. La clásica defensa mediática del “interés público” nunca ha sido puesta a prueba en los tribunales suizos y el Tages Anzeiger no quería ser el primer caso potencial de este tipo.
El periódico británico The Guardian, que sí analizó los datos, quedó pasmadoEnlace externo por un posible “ataque descarado a la libertad de expresión, sobre todo en un país como Suiza, que se encuentra entre los diez primeros países en el Índice Mundial de Libertad de Prensa”.
La organización Reporteros sin Fronteras, con sede en París, condenó la ley bancaria suiza como una “amenaza intolerable a la libertad de información” y pidió a las autoridades suizas abstenerse de procesar a los periodistas que recibieron los datos bancarios.
“Siempre que la información revelada por la filtración de datos bancarios sea verdadera y contribuya a un debate de interés general, su publicación por los medios de comunicación debe estar protegida por la libertad de prensa, garantizada tanto por la Constitución Federal Suiza como por el Convenio Europeo sobre Derechos humanos”, afirmó Denis Masmejan, secretario general de Reporteros sin Fronteras Suiza.
Los partidos políticos de izquierda, socialista y verdes, han pedido que se enmiende la ley para evitar que amordace a la prensa.
Credit Suisse emitió un comunicado en el que afirma que el banco «continuará analizando los asuntos y tomará medidas adicionales si es necesario», pero se negó a confirmar si esto podría incluir denuncias penales contra la(s) persona(s) que filtraron los datos o cualquiera que los haya recibido.
Seguimiento de la evasión fiscal
La ampliación de la ley de secreto bancario en 2015 tenía como objetivo castigar a terceros que se beneficiaran de la información bancaria robada. Cabe recordar que datos filtrados fueran vendidos a estados alemanes para ayudarlos a rastrear fraudes fiscales.
Un exempleado de tecnología de la información en el banco privado HSBC en Ginebra, Hervè Falciani, también pasó datos confidenciales a las autoridades francesas. Fue condenado a cinco años de prisión, pero no asistió al juicio y sigue prófugo.
Desde julio de 2015, cualquiera que participe activamente en la filtración de datos de clientes puede ser castigado con hasta tres años de cárcel, que se elevan a cinco años si se benefician con ello.
Aunque durante los debates parlamentarios previos a la actualización de la ley bancaria suiza se reconoció que los periodistas podrían estar implicados como delincuentes, la ley entró en vigor. Ningún periodista ha sido procesado por estos motivos hasta la fecha.
En 2017, Suiza comenzó a intercambiar automáticamente datos de clientes bancarios suizos con una serie de otros países a efectos fiscales. Pero el secreto bancario estricto se aplica dentro de la nación alpina a pesar de los esfuerzos por endurecer el código penal para los infractores de impuestos.
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