Liang Wenfeng, fundador de DeepSeek y «nuevo rostro» de la IA en China
Shanghái (China), 28 ene (EFE).- La última alternativa china en el mundo de la inteligencia artificial (IA), DeepSeek, ha generado un terremoto en el sector tecnológico a nivel mundial. Y esto ha movido todos los focos hacia su fundador, un empresario de 40 años llamado Liang Wenfeng y calificado ya de «nuevo rostro» de la IA en China.
Liang, nacido en 1985 en la provincia suroriental de Cantón, se trasladó a la región oriental de Zhejiang para estudiar electrónica. Allí, en la universidad, se adentró en el campo de la visión artificial, un segmento de la IA que adiestra a los ordenadores a capturar e interpretar información a través de datos de imágenes y vídeo.
Y, junto con un grupo de compañeros, también comenzó a explorar las posibilidades que ofrecía la inteligencia artificial para automatizar las inversiones en bolsa, lo que le llevó a convertirse en 2015 en el cofundador de High-Flyer Quant, el cual acabaría convirtiéndose en uno de los fondos de cobertura más grandes de China.
Gestionado con la ayuda de la IA, la firma multiplicó por más de 10 sus activos en cuatro años, pasando de 1.000 millones de yuanes (138 millones de dólares, 132 millones de euros) en 2016 a más de 10.000 millones de yuanes (1.379 millones de dólares, 1.322 millones de euros) en 2019, apunta el diario hongkonés South China Morning Post.
En abril de 2023, High-Flyer Quant indicó que había invertido «un gran porcentaje» de sus beneficios para construir una «infraestructura líder» en IA y llevar a cabo investigaciones a gran escala.
Y es que, antes de que Estados Unidos impusiera restricciones a la venta de chips a China, la empresa dirigida por Liang logró hacerse con más de 10.000 procesadores Nvidia H800 para entrenar modelos avanzados de inteligencia artificial.
«Sucedió por accidente»
Así, en 2023 lanzó DeepSeek, que en las últimas semanas ha provocado un importante revuelo tras el lanzamiento de su modelo V3, de cuyo desarrollo se afirma que únicamente duró únicamente dos meses y solo costó menos de 6 millones de dólares. Tras ello, el 20 de enero, lanzó el R1, el que se está descargando estos días en medio mundo.
En una reciente entrevista con The China Academy, Liang se mostró «muy sorprendido» por el éxito de DeepSeek: «Nunca tuvimos intención de ser disruptivos, sucedió por accidente».
«Nuestro principio es ni vender a pérdidas ni buscar beneficios excesivos. Nuestro actual modelo de precios nos da un margen modesto de ganancias por encima de nuestros costes», indicó Liang, quien negó que sus precios bajos -un 95 % más barato que el modelo o1 de OpenAI- sean únicamente una estrategia para captar clientes.
DeepSeek ofrece servicios de interfaz de programación de aplicaciones (API) a un costo de 1 yuan (0,14 dólares, 0,13 euros) por millón de tókenes de entrada y 16 yuanes (2,2 dólares, 2,1 euros) por millón de tókenes de salida.
«Creemos que los servicios de IA y de API deberían ser asequibles y accesibles para todos», aseguró el empresario, quien mantiene su apuesta por el código abierto.
Pekín le escucha
Como era de esperar, Liang no solo ha atraído la atención de inversores y empresarios del sector tecnológico a nivel mundial, sino también del Gobierno de su propio país, que recientemente reconoció su proyección al invitarle a un simposio junto al primer ministro, Li Qiang.
La semana pasada, en Pekín, un grupo de expertos de sectores como tecnología, educación, ciencia, cultura, salud o deportes se dieron cita con Li para ofrecer opiniones y sugerencias, y Liang fue el único emisario dedicado a la IA, demostrando que las autoridades siguen de cerca el fenómeno DeepSeek.
Y es que, ante la rivalidad tecnológica con EE. UU., Pekín ha señalado como prioritaria a la IA, un mercado que podría alcanzar una valoración de unos 5,6 billones de yuanes (772.313 millones de dólares, 740.181 millones de euros) en el gigante asiático hacia 2030.
Además, según estimaciones del banco estatal de inversión CICC, el sector chino de la IA podría atraer hasta 1,4 billones de dólares en capital durante los próximos seis años.
«China no puede quedarse siempre a la zaga en IA. A menudo decimos que hay una brecha de uno o dos años entre la IA china y la estadounidense, pero la verdadera brecha es entre originalidad e imitación. Si esto no cambia, China siempre irá a la zaga», subraya Liang.
Un asunto que preocupa en el sector es la aparente censura en el modelo de IA de China, que reguló en 2023 los servicios de IA para que respeten «los valores socialistas fundamentales», con lo que tienen prohibido «generar contenidos que atenten contra la seguridad nacional, la unidad territorial y la estabilidad social».
Así, a la pregunta en la ‘app’ sobre asuntos controvertidos en China como la Masacre de Tiananmen de 1989 o si Taiwán forma parte de China, DeepSeek se niega a comentar sobre estas cuestiones y sugiere al usuario a que pregunte sobre problemas de «matemáticas, codificación y lógica». EFE
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