Los comunistas checos, al borde de una derrota histórica en las elecciones legislativas

Un video llamado «Adiós camaradas» se hizo viral en vísperas de las elecciones legislativas en la República Checa de este viernes y sábado, que podrían dejar fuera del Parlamento al Partido Comunista, 32 años después de la caída del régimen tras la Revolución de Terciopelo de 1989.
El clip muestra una hilera de gente esperando delante de un supermercado y recuerda las largas filas omnipresentes en la época de la economía planificada comunista en la antigua Checoslovaquia, entre 1948 y 1989.
Más de tres décadas después de la caída del régimen totalitario, el Partido Comunista (PC) podría quedarse sin diputados, por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
«Su base electoral está desapareciendo o se va hacia otros partidos», declara a la AFP Otto Eibl, analista de la Universidad Masaryk de Brno.
«Manifiestamente no están en condiciones de renovarse de manera que puedan garantizar su supervivencia», señala.
El PC dispone actualmente de 15 escaños, de un total de 200 en la cámara baja del Parlamento checo, frente a los 33 que tenía entre 2013 y 2017.
Según los sondeos, el PC parecería no poder llegar al umbral del 5% para obtener representación, en estas elecciones que le sirven de prueba para ver su capacidad para seducir a los jóvenes electores.
Los comunistas ya sufrieron grandes pérdidas en elecciones regionales anteriores.
– Factor Babis –
Katerina Konecna, diputada checa en el Parlamento Europeo, admite que su formación no ha sido capaz de adaptarse a un sistema político democrático en el que «los partidos que consiguen venderse, ganan».
Su presidente, Vojtech Filip, al frente del PC checo desde 2005, prometió irse después de las elecciones. Se había unido a la organización en 1983.
Pocas cosas han cambiado a lo largo de sus mandatos sucesivos.
Hace tres años, los comunistas aceptaron, tras tres décadas en la oposición, la propuesta del primer ministro Andrej Babis de apoyar tácitamente el gobierno minoritario de su movimiento populista ANO (Sí, centro), con los socialdemócratas de izquierda.
Magnate de productos agrícolas y químicos, Babis ha negado de forma categórica sus recientes acusaciones reveladas en los «Pandora Papers» según las cuales habría utilizado paraísos fiscales para ocultar millones de euros. También rechaza una acusaciones anteriores de conflicto de intereses.
El apoyo que el PC brindó al gobierno podría convertirse en su último gesto.
«Al unirse al gobierno, los comunistas han perdido su estatuto de partido de protesta», estima Josef Mlejnek, analista de la Universidad Charles de Praga.
«Actualmente hay partidos de protesta más activos, y además, Babis ha recuperado una parte de los electores jubilados», precisa a la AFP.
El primer ministro populista, un excomunista identificado como un colaborador de la policía secreta comunista en los años 1980, ha convencido a los electores de izquierda y de derecha con aumentos de pensiones y otras ventajas.
«Es un gran rival, un gran problema. Andrej Babis tiene dinero y un excelente equipo de marketing, lo que le falta al Partido Comunista», comenta Konecna a la AFP.
La eurodiputada, que puede presumir de tener probablemente «la mayor proyección en las redes sociales entre los miembros del partido», con 20.000 seguidores en Facebook, admite que les faltan partidarios jóvenes.
«No será fácil, pero ya tengo un equipo de jóvenes comunistas que trabajan duro», declara.
Tanto Mlejnek como Eibl coinciden en que si los comunistas desaparecen del Parlamento, no volverán más.
«Creo que será el final de trayecto para los comunistas», concluye Eibl.