Los exiliados sirios aterrizan en la nueva Siria sin Al Asad entre llantos y abrazos
Yahya Nemah
Damasco, 8 feb (EFE).- Ahmed al Qady es una de las decenas de personas que esperan inquietas en la terminal de llegadas del aeropuerto internacional de Damasco, una instalación que se ha convertido en un escenario de llantos y abrazos ante el reencuentro de familias con exiliados que recién regresan a la nueva Siria sin Bachar al Asad.
Un mes después del derrocamiento del expresidente, el pasado 8 de diciembre, el aeropuerto de Damasco reanudó sus operaciones internacionales y, desde entonces, una decena de vuelos despegan y aterrizan a diario en la capital siria con ciudadanos que no han podido pisar su país desde el inicio de la guerra en 2011.
«Estoy esperando a mi hermano, que regresa de Alemania después de diez años. Huyó a Alemania por lo que pasó y, gracias a Dios, ahora regresó», dice a EFE emocionado Al Qady mientras cuenta los segundos para el reencuentro en el aeropuerto, donde decenas de otros familiares están en su misma situación.
Una larga espera
Este residente de la provincia de Rif Damasco, adyacente a la capital, cuenta que su hermano huyó con su familia a Alemania, pero esta vez ha regresado solo para evaluar la situación antes de decidir si regresan todos para comenzar una nueva vida en Siria.
«Es para llorar, hay gente que ni esperaba volver a ver a sus hijos ni ahora ni en el futuro, pero ahora los verán, gracias a Dios», asegura Al Qady, que recuerda con dolor cómo «con aquél régimen nunca sabías si estabas a salvo o no».
En el aeropuerto, el sufrimiento acumulado durante décadas se manifiesta en forma de fuertes abrazos, risas ansiosas y llantos desconsolados de madres que se han podido reencontrar con sus hijos, de amigos separados por la guerra o de abuelos que por primera vez pueden tocar a sus nietos.
«Aunque estuvieras en el país y no hubieras hecho nada, nada garantizaba tu seguridad. Imagínate una persona que regresaba desde el extranjero», asevera, en referencia a las oleadas de arrestos de ciudadanos a su llegada a Siria por su presunto apoyo o vinculación a la oposición a Al Asad.
Una primera toma de contacto
Yusef Saleh huyó a Alemania hace nueve años y medio debido a «la guerra, el régimen y su tiranía», pero por fin ha podido regresar a Siria y reencontrarse con sus familiares gracias a la reanudación de los vuelos.
«Después de la caída del régimen, gracias a Dios, hemos podido regresar al país para ver a nuestras familias, ver el país y estas buenas caras. Estoy contento, la verdad, muy contento, pero con miedo a la vez porque no se en qué situación está el país», asegura a EFE desde la terminal aérea.
El retorno de Saleh no es definitivo, es más bien una primera toma de contacto para ver las posibilidades de la nueva Siria, la gestión de las autoridades rebeldes que derrocaron a Al Asad y evaluar los niveles de destrucción alcanzados en los más de diez años de guerra en el país.
«Todos los recuerdos que tengo son bonitos y ahora no sé en qué quedó la situación. Espero que este bien todavía, tal y como lo recuerdo», afirma este estudiante de ingeniería.
Por el momento, su plan consiste en conseguir su título universitario en Alemania, país del que también es ciudadano, y regresar «a largo plazo» en función de la situación y de las oportunidades de trabajo que haya en Siria, inmersa en un proceso de transición y con una fase de reconstrucción por delante.
«Volvería sin ningún problema, al final este es mi país y aquí viví. ¿Por qué no volver a echar raíces aquí?», sentencia Saleh, que afirma que «el régimen, el despotismo y la guerra» fueron los principales factores que propiciaron su salida de Siria para optar a «un futuro digno» cuando tan solo tenía 21 años. EFE
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