Los finlandeses no apartan los ojos del móvil… gracias a sus baratas tarifas
Los finlandeses son campeones de la sauna y del lanzamiento de bota de goma, un juego popular, pero también se distinguen por el consumo astronómico de datos móviles, muy por delante de los surcoreanos, gracias a tarifas muy baratas.
Y es que consumen casi dos veces más datos en sus ‘smartphones’ o tabletas que los surcoreanos, los segundos en esta clasificación del gabinete sueco Tefficient, realizada a partir de estadísticas de operadores en 32 países europeos y asiáticos.
En las investigaciones anteriores del gabinete ya iba a la cabeza, seguida de Corea, Estados Unidos, Suecia o Austria.
Los finlandeses, con fama de taciturnos y solitarios, se pasan horas cada día jugando en internet, viendo películas, informándose o navegando por las redes sociales a un precio módico.
Los operadores, que fijan precios en función de la velocidad de acceso y no de los datos consumidos, tuvieron que hacer una inversión faraónica en este país, uno de los menos poblados del mundo, pero ofrecen suscripciones baratas.
Según los cálculos de Tefficient, el precio de un gigavatio cuesta 14 veces más en Holanda que en Finlandia.
«El mercado finlandés se distingue de los demás por la cantidad de ofertas de suscripción con datos móviles ilimitados», explica Kalle Muhonen, del operador Sonera.
El gendarme de las telecomunicaciones finlandés estima que más de la mitad de las conexiones permiten navegar cuanto se quiera en el móvil o las tabletas sin que la factura se dispare.
– Apetito feroz –
Desde la edad de oro de Nokia, el exnúmero uno mundial de los teléfonos móviles desbancado con la aparición de los ‘smartphones’, los finlandeses se apasionan por las nuevas tecnologías (10,9 millones de contratos por 5,5 millones de habitantes).
Este apetito por la innovación es propicio a desarrollar adicciones entre los jóvenes, y los no tan jóvenes, hasta el punto de que los servicios de salud de la ciudad de Helsinki tuvieron que lanzar una campaña de sensibilización para los padres, acusados de negligencia en la materia.
En un vídeo que ha indignado a los interesados, un cuervo lleva en sus garras a una niña que juega en la playa mientras su madre no aparta la mirada del ‘smartphone’. El mensaje es inequívoco («La negligencia es la violencia moderna») y va dirigido sobre todo a las mujeres.
A Anna Anderson, una mamá de 33 años que va al gimnasio con su bebé de seis meses, le parece bien. «La gente lo vivió como una provocación pero yo creo que (la campaña) dio en la diana», declaró a AFP.
Elisa, el mayor operador finlandés, afirma que los adultos son casi tan adictos como los adolescentes. Según Matias Castren, responsable de las suscripciones de telefonía del alta velocidad, el consumo aumenta por la noche, cuando los unos salen del colegio y los otros del trabajo.
Inam Alam, de 13 años, no se plantea hacer otra cosa que no sea navegar con su teléfono. Hay días -cuenta- que recibe cientos de mensajes de sus amigos en las redes sociales.
«Usamos nuestros teléfonos incluso para las lecciones en el colegio, como en las clases de idiomas: cuando aprendemos palabras nuevas las repetimos con juegos en red», explica, haciéndose el niño bueno.
Finlandia decidió en 2014 favorecer el aprendizaje en el colegio de la escritura mediante un teclado, en detrimento de la manuscrita.