Los refugios y senderos alpinos de Austria en riesgo por el calentamiento global
El refugio Zittel, en una cumbre nevada de los Alpes en Austria, ha capeado muchas tormentas en el último siglo. Pero el clima cada vez más extremo y la falta de financiación ponen en riesgo a este lugar centenario.
«Cuando tu mano cabe en una de las grietas en los cimientos, hay que actuar», dice Georg Unterberger, encargado de los refugios y senderos de montaña del club Austrian Alpine, a AFP.
Los fenómenos meteorológicos extremos también se ceban con los caminos que llevan a este refugio centenario.
Los expertos afirman que las temperaturas más altas en los Alpes causadas por el cambio climático aceleran el derretimiento de los glaciares y el permafrost, la capa de hielo permanente en zonas frías que mantiene unidas gigantescas placas de roca.
Esto incrementa el peligro de desprendimientos repentinos de tierra o piedras, que dañan los caminos y amenazan a los refugios alpinos, a menudo ya envejecidos.
Los clubes de alpinismo de Austria están cerrando hasta cuatro refugios cada año porque se han vuelto inseguros o demasiado costosos de mantener.
Como el país depende en gran medida del turismo de montaña, las inversiones para mantener los senderos «se han duplicado en los últimos cinco años», añade Unterberger, que trabaja como inspector de obras.
Cada año, alrededor de un millón de personas visitan los más de 200 refugios de montaña que opera el club Austrian Alpine, el más grande del país.
– Peligro de alud –
El sendero que conduce al refugio Zittel, en la montaña Sonnblick de 3.106 metros de altura en la región de Salzburgo, siempre había sido de alta dificultad, pero «ahora es incluso más peligroso», afirma Unterberger.
A veces los senderistas necesitan equipamiento de escalada porque el derretimiento del glaciar que antes llegaba hasta el popular refugio ha hecho emerger escarpadas paredes rocosas y vastos pedregales.
En los últimos años han aumentado las tareas de mantenimiento de estos caminos y se han instalado cuerdas y peldaños de acero en la ruta hacia el refugio.
Y aun así, «he visto excursionistas avanzando con dificultades a cuatro patas para llegar», dice Unterberger.
En la cima, los deteriorados cimientos del refugio y las tejas de madera destartaladas por las intemperies necesitan una renovación urgente y un aislamiento térmico.
Años atrás, el derretimiento del permafrost ya amenazó el refugio y el observatorio adyacente, una de las estaciones meteorológicas a más altura del mundo, porque el pico de la montaña corría riesgo de desmoronarse.
Para evitarlo, los operarios clavaron anclajes de acero a 20 metros de profundidad de la montaña y apuntalaron la cima con refuerzos de hormigón.
La montaña es ahora estable, aunque no es descartable que en un futuro deban tomarse otras medidas.
Pero se necesita más dinero para remediar los problemas de la infraestructura de los Alpes austríacos, con 272 de 429 refugios de montaña y 50.000 kilómetros de sendero pendientes de reparación.
En una petición este año, los clubes alpinos, cortos de dinero, pidieron al gobierno un fondo de emergencia de 95 millones de euros (103 millones de dólares).
Por ahora, el gobierno ha comprometido solo 3 millones de euros.
A diferencia de la vecina Suiza, donde los cantones (la unidad administrativa regional) están a cargo de mantener la red de senderos, los clubes alpinos de Austria dependen en gran medida de unos voluntarios cada vez más escasos.
«Muchos de nuestros 25.000 voluntarios tienen más de 65 años y reclutar a gente joven está siendo un reto», afirma Unterberger, que observa una tendencia hacia «microvoluntariados» de unas horas o un día, pero no más.
– «Situación realmente crítica» –
El observatorio Sonnblick, adyacente al refugio Zittel, lleva midiendo y documentando las variaciones climáticas desde su apertura en 1886.
El centro cuenta con mediciones de temperatura en la cumbre desde hace 138 años, la serie ininterrumpida de datos a gran altura más larga en el mundo.
Estas cifras ayudan a los científicos a afinar sus modelos climáticos y también permiten vislumbrar el futuro.
Desde los años 1950, todas las regiones de alta montaña como «los Alpes, el Himalaya, los Andes o las Rocosas han visto ya un aumento en la temperatura media anual de más de 2 ºC», el doble que la media global, afirma a la AFP la jefa del observatorio, Elke Ludewig.
«Aunque es bonito ver todavía la nieve y los glaciares, estamos ante una situación realmente crítica aquí por el ritmo al que aumentan las temperaturas» en estos ecosistemas, alerta.
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