Los sismos en Santorini ponen en riesgo el principal motor de su economía, el turismo
Diego Sáez Papachristou
Atenas, 4 feb (EFE).- Lo que más temen muchos lugareños estos días en Santorini no son los fuertes temblores que sacuden desde hace dos semanas la tierra bajo sus pies, sino las repercusiones para el turismo de la isla, del que muchos dependen económicamente.
«Si persiste este fenómeno es lógico que haya un impacto negativo en la temporada de primavera», explicó Antonis Ioannidis, un empresario que opera varios pisos de alquiler turístico en la isla, una de las más populares de Grecia entre los turistas.
«Ya el verano anterior no fue tan bueno como el 2023, y ahora vienen estos sismos que ‘ponen la cereza al pastel'», se lamentó en declaraciones telefónicas a EFE en Atenas.
Durante los últimos días más de 9.000 personas -residentes, trabajadores y también algunos turistas- abandonaron Santorini, una isla de unos 25.000 habitantes, por miedo a los efectos de los cientos de sismos que se registran a diario.
Al menos otras 2.000 personas tenían previsto abandonar la isla este martes a través de vuelos extraordinarios.
En los últimos tres días se han producido más de 1.200 temblores, y este martes se produjo un terremoto de magnitud 5, el mayor registrado desde que empezaron los sismos hace casi dos semanas.
«La gente, tanto turistas como habitantes, está huyendo de la isla en gran medida», contó a EFE el director de una empresa que gestiona 15 hoteles y que quiso mantener el anonimato.
«Es completamente normal. La gente tiene miedo y no quiere estar cerca de los terremotos», señaló, y argumenta que si los temblores persisten «una semana más» la temporada primaveral se verá seriamente afectada.
Los expertos aseguran que la actividad sísmica de los últimos días no está vinculada al volcán de Santorini, sino a las fallas submarinas de la zona, si bien hasta el momento no se puede saber si la situación irá a más o si se tranquilizará.
La mayoría de los sismólogos indican que las dimensiones de la falla que produce estos terremotos no podría producir un sismo de una magnitud mayor de 6.
No obstante, otros expertos, como Akis Tselentis, recalcan que no se puede excluir del todo la posibilidad de que se produzca un sismo de mayor magnitud y que inicie así un «período post-sísmico de varios meses con consecuencias dramáticas para el turismo de la isla».
Todo esto no parece alarmar a Yorgos Payas, oriundo de Santorini y padre de un hijo de tres años, quien aseguró a EFE que todavía no tiene miedo «de que suceda algo grave».
«Si estuviera la situación peligrosa me hubiera ido yo también, no estaría aquí con mi hijo», dijo, aunque admitió que si la magnitud de los sismos sigue al alza consideraría abandonar la isla.
Por ahora seguirá, para sacar adelante su empresa de furgonetas y coches que realizan recorridos turísticos de un día alrededor de este paraíso del archipiélago de las Islas Cícladas.
Hasta el momento el Gobierno conservador griego no ha emitido una orden oficial de evacuación de Santorini y se ha limitado a prohibir el acceso a ciertos puertos y playas consideradas peligrosas.
«Mañana y pasado mañana tengo programados dos recorridos por la isla con varios clientes», contó Payas, y recalcó que la mayoría de los turistas en Santorini en esta época del año son de países asiáticos «que están acostumbrados a temblores mucho más fuertes».
«Los puedes ver circular tranquilos en la caldera, tomando fotos como si nada sucediera», afirmó.
Aunque Santorini recibe normalmente más de tres millones de turistas al año, la mayoría acude a esta isla del mar Egeo en verano o primavera, por lo que el número de visitantes extranjeros durante el invierno es bastante reducido. EFE
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