Los ucranianos recurren a la leña ante los cortes de suministro de luz y gas

Rostyslav Averchuk

Leópolis (Ucrania), 15 dic (EFE).- Con la infraestructura energética dañada por los ataques de misiles y drones rusos ante la llegada inminente del invierno, cada vez más ucranianos dependen de la leña para calentar sus hogares.

Cuando la ciudad de Kramatorsk (este) se quedó sin suministro de gas después de que el único gaseoducto desde Járkov (norte) fuera dañado en las hostilidades, Valentyn mantuvo la calma, a sabiendas de que podría usar estufas de leña para calentar su casa.

A pesar de los ataques de la artillería rusa y de las advertencias de que el restablecimiento del suministro de gas podría tardar meses, no estaba dispuesto a dejar el hogar en el que había vivido 60 años y, tras haber almacenado leña en verano, se sentía preparado para la estación fría, según contó a EFE.

Aunque Kramatorsk ha vuelto a recibir gas, la leña le será sin duda útil, ya que los ataques rusos siguen amenazando la infraestructura energética de Ucrania y además se hace sentir el impacto de los factores económicos.

Aunque los precios del gas han sido congelados por las autoridades para reducir la carga que ya sufre la población golpeada por la guerra, la capacidad de los ucranianos de pagarlos es limitada debido al masivo aumento del desempleo y la caída del poder adquisitivo.

En Leópolis, al oeste del país, muchas viviendas están todavía equipadas con estufas que datan de la época de entreguerras o incluso del Imperio austrohúngaro, diseñadas para consumir leña pero que funcionaron con gas durante décadas.

Hasta la invasión rusa, los vecinos usaban principalmente radiadores eléctricos o calderas de gas, más eficientes, para calentar sus apartamentos, pero ahora, con apagones que duran horas y temperaturas bajo cero, un número cada vez mayor de hogares está redescubriendo la utilidad de esas estufas.

Los residentes de un edificio en el centro de Leópolis explican a EFE que éstas se calientan mucho más rápido cuando son alimentadas con leña, que trocean y almacenan en el ático del inmueble.

A pesar de que los precios de la leña también se han incrementado, entre un 50 y un 60 % interanual en algunas regiones, el ahorro que supone su uso en relación al consumo de gas sigue siendo significativo.

Para hacer frente al aumento de la demanda y facilitar la compra de leña a los ciudadanos, el Estado ha creado una plataforma centralizada con las ofertas de las compañías del sector forestal y maderero.

Aquellas que están situadas en zonas de combates han sido incapaces de mantener el suministro debido a la presencia de minas en los bosques, por lo que las empresas del centro y el oeste del país han asumido gran parte de la responsabilidad.

En Leópolis, un metro cúbico de leña cuesta entre 1.200 y 1.500 grivnas (entre 31 y 38 euros).

Las empresas municipales almacenan ahora los restos de la poda y de la retirada de ramas y en dicha ciudad del oeste de Ucrania, más de 100 árboles derribados por la última tormenta serán usados para calentar los «puntos de invencibilidad» creados para ofrecer refugio a los ciudadanos afectados por los apagones.

Las autoridades también han puesto en marcha una serie de programas para asegurar que la población de las zonas del frente recibe al menos pequeñas cantidades de leña de forma gratuita.

Así, en Izium y otras partes liberadas de Járkov (norte), donde la infraestructura ha sufrido graves daños, está previsto que cada hogar reciba tres metros cúbicos de leña.

Sin embargo, este combustible es de poca utilidad para los residentes de buena parte de los edificios de apartamentos urbanos en los que solo existe calefacción centralizada, cuyo funcionamiento precisa de agua calentada con gas bombeada a través de un sistema de cañerías. EFE

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