Los ultranacionalistas rumanos cierran filas ante el veto electoral al candidato prorruso
Alexandra Spanu
Bucarest, 10 mar (EFE).- El rechazo de las autoridades electorales a la candidatura del ultranacionalista y prorruso Calin Georgescu a las presidenciales rumanas ha sido respondido este lunes con un cierre de filas de las fuerzas de la derecha radical y un llamamiento a la calma, tras los disturbios que dejaron trece policías heridos.
Georgescu ha recurrido hoy ante el Tribunal Constitucional el veto dictado la víspera por la Oficina Electoral Central, que le impide presentarse a las elecciones presidenciales de mayo.
El candidato prorruso fue el pasado noviembre el inesperado ganador de la primera vuelta de estos comicios, que fueron anulados por sospechas de que financió ilegalmente su campaña y de que hubo injerencia rusa en el proceso.
Georgescu cuenta con el apoyo explícito de los partidos de extrema derecha AUR, el segundo partido parlamentario y líder de la oposición en Rumanía, y de POT.
Esas dos formaciones suman 85 de los 330 miembros de la Cámara Baja.
«No tenemos grandes esperanzas de que el Tribunal Constitucional haga justicia. Pero el señor Calin Georgescu agotará todas las vías legales. Iremos con él hasta el final», declaró a los medios George Simion, el líder de AUR.
Simion negó haber hecho un llamamiento a la violencia, después de que ayer mismo dijera que el veto electoral era un golpe de Estado y pidiera que sus responsables «fueran despellejados en la plaza pública».
El líder ultra dijo que esas palabras, por las que la Fiscalía le acusa de incitación a la violencia, fueron solo una «metáfora».
El propio Georgescu, que ha calificado muchas veces de golpe de Estado la anulación de las elecciones, pidió hoy tranquilidad y paz.
Cientos de partidarios de Georgescu atacaron ayer a las fuerzas del orden que custodiaban la sede de la Oficina Electoral Central y causaron heridas a trece agentes.
Tensión y nervios
«Hay mucha tensión, muchos nervios, mucha incertidumbre y hay que evitar las teorías de la conspiración», señaló a EFE el analista político Radu Delicote, quien destacó la mala imagen que esta crisis política da a Rumanía, uno de los países más pobres y con mayores niveles de corrupción de la Unión Europea.
«Creo que Rumanía tiene una oportunidad histórica de demostrar que puede organizar elecciones de forma transparente, equilibrada, precisamente para tener una voz firme en la mesa de todas las negociaciones geopolíticas que tienen lugar en este momento», señaló en referencia a las relaciones con EEUU o a la guerra en Ucrania.
El plazo de presentación de candidaturas a las presidenciales, cuya primera vuelta será el 4 de mayo, expira el próximo sábado, día 15.
Tras esa fecha, indicó Delicote, se tendrá un panorama de quién tiene opciones de llegar a la segunda y definitiva vuelta, dos semanas después.
Entre quienes han presentado ya su candidatura tienen opciones el centrista Nicușor Dan, alcalde de Bucarest, y Crin Antonescu, el candidato de la coalición gubernamental formada por socialdemócratas, liberales y el partido de la minoría húngara.
También se ha presentado Victor Ponta, antiguo primer ministro socialista, y la conservadora Elena Lasconi, que habría disputado la segunda vuelta con Georgescu si no se hubiera cancelado el proceso.
En función de si la candidatura de Georgescu es rechazada o no en firme por el Constitucional, es posible que el bloque ultra presente a un candidato, que podría ser el propio Simion.
Georgescu está acusado de financiar ilegalmente su campaña, de crear un grupo fascista y de atacar la Constitución.
También se están analizando posibles contactos de colaboradores suyos con la Embajada de Rusia, una investigación que ya ha provocado la expulsión de dos diplomáticos de ese país. EFE
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