Malta ablandará su prohibición al aborto y lo permitirá si la madre peligra
Roma, 16 nov (EFE).- Malta ha aceptado ablandar su prohibición total del aborto y lo permitirá en caso de que la vida de la madre corra peligro, según una reforma presentada este miércoles por el ministro de Sanidad de esta isla-estado europea, Chris Fearne.
La medida se hizo necesaria después del caso de una turista de Estados Unidos que el pasado junio tuvo que ser evacuada a España para interrumpir un embarazo que estaba poniendo en serio riesgo su vida y que los médicos malteses se negaron a practicar.
Malta es hasta ahora el estado más restrictivo con el aborto de la Unión Europea dado que lo prohíbe de forma general y en todas sus formas, pero el Gobierno laborista de Robert Abela ha decidido empezar a abrir su legislación en esta materia.
La reforma permitirá el aborto únicamente en un supuesto: en caso de que la vida de la madre corra riesgo, según avanzaron hoy ante los medios locales el ministro Fearne; el de Justicia, Jonathan Attard, y la secretaria de Reformas, Rebecca Buttigieg.
En cualquier caso, el aborto en la católica Malta seguirá estando prohibido en el resto de formas y solo se incluirá esta excepción, con la que los doctores que interrumpan embarazos no enfrentarán penas de cárcel.
La organización «Doctors for Choice» celebró en un comunicado esta «buena noticia para las mujeres» pues «muchas personas en Malta vivían preocupadas por las consecuencias de una complicación» en la gestación. «Este cambio legal les ayudará a estar tranquilos», auguró.
No obstante, subrayó que esta reforma es ciertamente limitada porque no contempla los casos de violación o anomalías fetales. «Todavía queda mucho trabajo por hacer (…) pero es un paso en la dirección correcta», apuntó la obstétrica Isabel Stabile, de «Doctors for Choice».
El caso de la turista estadounidense en junio suscitó un intenso debate en la isla. La mujer, Andrea Prudente, y su marido, Jay Weeldreyer, tuvieron que volar a España en un avión medicalizado para que pudiera interrumpir su embarazo.
La mujer, en la décimo sexta semana de gestación, se encontraba de vacaciones con su esposo en la isla de Gozo cuando sufrió un desprendimiento de placenta, lo que la causó fuertes hemorragias y amenazaba con provocarle una septicemia o infección.
Fue ingresada inmediatamente en el hospital Mater Dei de Gozo pero, aunque los doctores reconocían que no había posibilidades de que el feto sobreviviera, el hecho de que su corazón continuara latiendo impedía el aborto, ni siquiera ante el riesgo de infección.
Y esto a pesar de que la paciente solicitara voluntariamente la interrupción de su embarazo. EFE
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