Mano a mano novilleril de la Plaza México termina sin premios entre mansos endebles

Borja Ilián

Ciudad de México, 7 feb (EFE).- La sexta corrida de la Feria del Aniversario en La Monumental de Ciudad de México finalizó sin premios para los novilleros Emiliano Osornio y Bruno Aloi.

Los novillos de Carranco resultaron de escaso trapío sin fuerza ni casta, en una Plaza México que registró casi un cuarto de entrada.

Decepcionante mano a mano entre promesas del toreo mexicano, con corridas firmadas en Madrid para próximas fechas.

La infumable novillada de Carranco da medida de la escasa ambición de esta Feria de Aniversario.

Más recordando los duros hierros que protagonizaron la temporada de novilladas 2024 en la Monumental.

¿Por qué Carranco y no La Playa o Lomelí? La respuesta está en despachos que actúan sin perspectiva de futuro.

Una lástima viendo los tendidos con más de 15.000 personas. La mayoría gente joven.

Empezó Emiliano Osornio con el primero, de justa presentación.

Se vio una buena puya de Daniel Morales.

En la muleta de Osornio el novillo abreviaba viaje por falta de fuerzas y pronto se paró el cuadrúpedo.

Abrevió el joven dejando una buena estocada.

El cárdeno tercero del festejo no llegó en pie ni a banderillas y fue cambiado por otro Carranco de similares condiciones.

Emiliano lo citó sin resultado, pues la res no acudía al engaño.

De nuevo, Osornio libró a los presentes del tedio y tomó el estoque con brevedad.

Requirió de tres intentos para liquidar al descastado.

El quinto, un toro algo más apretado y más encastado, ganó el terreno a Osornio por dudar el novillero citando.

El animal también terminó en los suelos y el de luces recurriendo al descabello, también recibió un aviso.

Bruno Aloi empezó con un débil manso que se caía cuando el torero le bajaba la mano.

Optó Aloi por molinetes y pases de pecho.

Por el pitón izquierdo, el animalillo tenía más tranco y Bruno le pudo ligar una tanda.

Insistió con el novillo parado que acabó prendiéndole.

Murió el manso de una estocada.

Con otro descastado, Aloi citó de lejos en los albores de la faena de muleta.

El mérito con el cuarto estaba no en ligar, sino en mantenerlo en pie.

Toreó en Redondo a media altura con la derecha.

Con la izquierda pudo terminar algún pase de más longitud. En paralelo por ambos pitones.

Se quiso justificar con arrucinas y Bernardinas. Todo de abrupto resultado.

Pinchó repetidamente y escuchó un aviso.

Aloi cerró plaza recibiendo a puerta gayola quedándose erguido.

Viendo el nulo fondo de los Carranco le apostó al capote realizando tafalleras.

Con la muleta citó en terrenos de nadie, dejando a su libre albedrío el corto viaje del astado que le soltó a Aloi un derrote.

Se fue la noche entre descabellos.EFE

bi/jsm/gpv