Marcha ultranacionalista israelí en Jerusalén culmina sin incidentes graves
Pablo Duer
Jerusalén, 15 jun (EFE).- Miles de ultranacionalistas israelíes marcharon hoy por Jerusalén Este ocupado en el tradicional «Desfile de las Banderas», que había sido suspendido en dos ocasiones por cuestiones de seguridad y que, pese a las provocaciones de sus participantes y las amenazas del grupo islamista palestino Hamás, se llevó a cabo en un clima de relativa calma.
Si bien medios y analistas de seguridad anticipaban que la marcha podía llegar a desencadenar graves episodios de violencia y hasta posiblemente una nueva escalada, el desfile de hoy transcurrió sin incidentes notables, aunque, pese a todo se produjeron algunos episodios aislados, sobre todo por parte de jóvenes palestinos, que se negaron a obedecer a la Policía mientras intentaba dispersarlos antes y durante la marcha.
Estos incidentes menores dejaron un saldo de 33 palestinos heridos leves por la acción de las fuerzas de seguridad israelíes, que según el servicio de emergencias palestino Media Luna Roja, utilizaron balas de goma y bombas de estruendo para dispersarlos.
Por otra parte, un portavoz de la Policía israelí dijo que dos agentes resultaron heridos durante los enfrentamientos, en los que que los jóvenes palestinos lanzaron piedras a los efectivos policiales, que practicaron 17 detenciones durante la jornada.
Unos 5.000 judíos israelíes, sobre todo jóvenes pero también familias enteras y hasta adultos mayores, llegaron hoy desde distintas partes de Israel y de los asentamientos en Cisjordania ocupada para marchar por las calles de Jerusalén y las callejuelas de la Ciudad Vieja.
Los manifestantes, que portaban grandes banderas, así como pancartas y altavoces, recorrieron distintas partes de la ciudad, principalmente en la zona oriental, ocupada por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967 y anexionada en 1980, y llegaron al Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado del judaísmo.
Su recorrido incluyó una larga parada en la Puerta de Damasco, principal acceso al barrio musulmán de la Ciudad Vieja, al que sin embargo no se les permitió entrar para evitar tensiones con los árabes.
En este acceso, uno de los mayores focos de tensión en la zona en los últimos meses, bailaron, cantaron y flamearon sus banderas, al grito de «el pueblo de Israel vive». Otros de los cánticos incluyeron el ya habitual «muerte a los árabes» y otros clásicos como «Jerusalén es nuestra y de nadie más».
La marcha fue acompañada por un enorme operativo policial, que instaló vallas en distintas partes de la ciudad y evitó enfrentamientos con residentes palestinos de la zona, algunos de los cuales se acercaron a mirar y otros a manifestarse y recibieron una catarata de insultos racistas por parte de los participantes.
Esta celebración se lleva a cabo cada año en ocasión del Día de Jerusalén, en el que los israelíes celebran lo que consideran la reunificación de la urbe en 1967, que para los palestinos supuso el inicio de la ocupación.
El pasado 10 de mayo, fecha en la que estaba inicialmente prevista, la convocatoria se suspendió debido al lanzamiento de los primeros cohetes desde la Franja de Gaza por parte del movimiento islamista Hamás, que tuvo lugar en un clima de creciente tensión en la región y marcó el comienzo de una sangrienta escalada bélica de once días, que dejó 255 muertos en el enclave y 13 en Israel.
La semana pasada la celebración se volvió a postergar, y finalmente se decidió realizarla hoy aunque con un recorrido distinto al original, sin atravesar la conflictiva Puerta de Damasco.
«En el Día de Jerusalén la organización terrorista Hamás en la Franja de Gaza atacó a Israel, atacó aquí en Jerusalén con cohetes y detuvo nuestra marcha de las banderas. Por eso venimos hoy de nuevo, para decir que esta es nuestra capital para siempre, desde hace 3.000 años y para siempre», dijo a Efe Orel Fadida, judío israelí de 28 años y residente de la ciudad.
En la antesala de la marcha de hoy, múltiples facciones palestinas, sobre todo en Gaza, mostraron su rechazo, la describieron como una provocación y anticiparon que responderían con severidad.
Tras la convocatoria a un Día de la Ira por parte de distintas facciones, que llevó a un incremento de las medidas de seguridad israelíes tanto en la frontera con Gaza como en Jerusalén y Cisjordania, miles de palestinos se manifestaron en la ciudad de Gaza y otros lanzaron globos incendiarios hacia el sur de Israel que causaron varios incendios de pequeña magnitud. EFE
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