Mark Rutte, el jefe de Gobierno de mayor duración en el cargo en Países Bajos
Javier Albisu
Bruselas, 2 ago (EFE).- Con 4.310 días consecutivos al frente del Gobierno neerlandés desde que accedió al cargo en 2010, el liberal de centro-derecha Mark Rutte se ha convertido este martes en el primer ministro de mayor duración en el cargo en Países Bajos, superando al democristiano Ruud Lubbers (1982-1994).
A sus 55 años, tras suceder en el cargo al conservador Jan Peter Balkenende (2002-2010) y ganar cuatro elecciones consecutivas, este licenciado en Historia y titulado en gestión natural de La Haya, que trabajó como responsable de recursos humanos antes de entrar en política, es el segundo líder europeo en activo con más experiencia en el cargo.
Le supera sólo el húngaro Víktor Orban, que también lleva más de 12 años ininterrumpidos como primer ministro, a los que suma un mandato anterior entre 1998 y 2002.
Cuando Rutte ascendió a jefe del Ejecutivo de Países Bajos, el presidente del Gobierno de España era José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente de Francia era Nicolas Sarkozy, la canciller alemana era Angela Merkel, el primer ministro italiano era Silvio Berlusconi y el Reino Unido estaba gobernado por David Cameron.
En la docena de años en los que Rutte ha dirigido el destino del país conocido anteriormente como Holanda, siempre en gobiernos de coalición, el espigado halcón económico que presume de austeridad y lidera el club europeo de los frugales, donde le acompañan nórdicos y bálticos, ha lidiado con crisis de toda índole.
Ha solido enfrentarse con Bruselas y con el sur de Europa en cuestiones presupuestarias y fiscales, ha visto cómo un avión civil holandés era derribado por los separatistas prorrusos en Ucrania, ha gestionado una pandemia y ha experimentado cómo las mafias ligadas al narcotráfico ganaban poder en su país, al punto que en 2021 tuvo que reforzar su seguridad personal, muy relajada hasta entonces.
Su último gobierno cayó en enero de 2021 por un escándalo relacionado con unas acusaciones de fraude que la Agencia Tributaria vertió sin pruebas contra decenas de miles de familias que acabaron arruinadas.
Pero Rutte, al que en su país apodan «Mister Teflon» por su capacidad para desprenderse de los problemas, como hace con la grasa la capa antiadherente de la sartén, volvió a imponerse en los comicios de marzo de ese año como candidato del Partido Liberal por la Libertad y la Democracia (VVD, en sus siglas en neerlandés).
Y retomó el trabajo que le ha tenido ocupado la última década, acostumbrado a locales y foráneos a los aires sonrientes y las formas directas de un hombre que va al trabajo en bicicleta y al que se le suele considerar un político pragmático y con gran capacidad de adaptación.
En música, le gustan desde Motzart hasta U2 y su película favorita es «Hair» (1979), de Milos Forman. Pero más allá de algunas anécdotas, se sabe muy poco de una vida privada que preserva con celo el pequeño de siete hermanos, fruto del enlace en segundas nupcias de un comerciante con una secretaria.
Ha trascendido que sus círculo de amigos íntimos proviene de antes de su entrada en la política, que cenaba una vez por semana con su madre, que falleció en 2020 a los 96 años, y que se define como un «soltero feliz». Dice que no descarta formar una familia en el futuro y tampoco se ve eternamente en política, pero no parece que se plantee jubilarse pronto.
A mediados de julio, en una comparecencia de prensa previa a las vacaciones de verano, bromeó sobre la longevidad de su desempeño.
«Creo que estoy en la mitad del camino», dijo entonces Rutte, pese a que el que el 82 % de sus conciudadanos considera que ya ha agotado su fecha de caducidad, según un reciente sondeo de la cadena de televisión pública neerlandesa NPO. EFE
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