Ministra española en Líbano: «No podemos aceptar un escenario en el que no haya paz»
Marjayoun (Líbano), 20 ene (EFE).- La ministra española de Defensa, Margarita Robles, ha subrayado este lunes en Líbano que España no puede entender ni aceptar un escenario en el que no haya paz y ha valorado la labor que están realizando los casi 700 cascos azules españoles que participan en la misión de paz de Naciones Unidas (FINUL), una operación que -ha dicho- «defendemos sin fisuras».
A pocos días de que se cumpla el acuerdo de alto el fuego de dos meses alcanzado con Israel para poner fin a los combates entre el ejército israelí y la milicia chií Hizbulá, la ministra ha viajado este lunes a Líbano para visitar a las tropas españolas desplegadas en este país y conocer de primera mano la situación.
En la primera jornada de su viaje de dos días, Robles se ha trasladado a la base Miguel de Cervantes, en Marjayoun, donde se ubica la brigada multinacional Este, que integran efectivos de Serbia, El Salvador, Brasil, India, Indonesia y Nepal, junto con los militares españoles de la Brigada Guzmán El Bueno de Cerro Muriano.
En total más de 3.500 soldados al mando del general de brigada español Fernando Ruiz Gómez.
Desde hace casi tres años, otro español, el general Aroldo Lázaro lidera la FINUL, que integran alrededor de 11.000 militares y cuyo cuartel general está en Naquora.
Con ambos, la ministra ha mantenido un encuentro en el que le han trasladado un informe detallado de la situación en el Sector Este, donde tras el decreto de alto el fuego la reducción de incidentes ha sido significativa.
No obstante, FINUL sigue manteniendo «un nivel de alerta elevado”, ha indicado el general Ruiz Gómez.
La ministra de Defensa ha calificado la misión de Naciones Unidas, en la que España participa desde 2006, como “esencial para la paz en Líbano”.
Los cascos azules mantienen sus objetivos: monitorizar el cese de hostilidades, acompañar y ayudar a las Fuerzas Armadas libanesas y la asistencia humanitaria, así como la ayuda para garantizar el retorno voluntario y seguro de personas desplazadas.
Acompañada por el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad) de España, almirante Teodoro López Calderón, Robles ha expresado su orgullo por “poder afirmar, sin ningún tipo de reparos, que España es ejemplo de profesionalidad y garantía de compromiso inquebrantable por la paz y la seguridad».
La ministra ha puesto en valor “su capacidad de sacrificio y su altura de miras para poder hacer de este mundo, un lugar mejor en unos momentos tan complicados. No se trata sólo de patrullar y de realizar tareas de vigilancia, por lo que su paso por Líbano «deja una huella difícil de olvidar los ciudadanos libaneses”.
Por su parte, el Jemad ha destacado el momento «clave» que les ha tocado vivir para el futuro del país y la oportunidad que tienen de mejorar la situación.
«No es fácil de conseguir lo que se pretende, pero sí que existe una oportunidad probable de poder arreglar las cosas», les ha dicho a los soldados españoles el almirante Calderón.
Los cascos azules españoles también realizan labores que permiten el desarrollo económico, social y cultural de la población, además de ayudar en la implantación de proyectos e infraestructuras básicas o la asistencia médica, tan necesaria en un lugar tan castigado.
Precisamente, el acceso a atención sanitaria y farmacológica es una de las grandes carencias de la población. De ahí que justo a su llegada a la base, el primer acto de la ministra haya sido la donación de medicamentos al pueblo libanés.
En esta primera jornada, Robles ha tenido también la oportunidad de compartir rutina de trabajo con los soldados en la posición UNP 9-64, situada a escasos metros de la denominada Blue Line (Línea Azul), la frontera imaginaria que separa Líbano de Israel, donde realizan labores de vigilancia, que se limitaron a raíz de que se recrudecieran los combates entre el ejército israelí y la milicia chií Hizbulá y que han vuelto a reanudarse tras el alto el fuego.
La visita de Robles se produce en un momento en que el gobierno libanés vive pendiente del pacto de alto el fuego con Israel que estipula también la retirada de Hizbulá de la franja comprendida entre el río Litani y la frontera común, así como un refuerzo de la presencia del ejército libanés en la zona.
Uno de los principales objetivos de ese despliegue es garantizar que ninguna entidad no estatal posea armas en la región fronteriza, principalmente Hizbulá, tal y como estipula la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la anterior guerra de 2006.
Para la parte israelí, el pacto establece su retirada de las áreas libanesas invadidas, aunque tanto este como el resto de puntos del acuerdo están muy lejos de ser completados a dos semanas de que finalice el periodo de 60 días estipulado para ello. EFE
td/av
(Audio) (vídeo) (foto)