Las multinacionales suizas ven oro en la economía plateada de China
El veloz envejecimiento de la población china, aunado a la sólida expansión de su clase media, abren prometedoras oportunidades a dos empresas suizas dedicadas a la salud que consideran a China su próximo mercado en crecimiento.
Muchos países en el mundo enfrentan el desafío del envejecimiento de sus poblaciones, pero ninguno como China. En 2035, alrededor de un tercio de su población, esto es, unos 400 millones de personas, tendrán 60 años o más, según las estimaciones de la Comisión Nacional de Salud de China. Es casi la población total de la Unión Europea y son 100 millones de personas más en este grupo etario que hace solo 13 años.
El envejecimiento de la sociedad y los retos sanitarios que supone atraen a empresas internacionales de la salud que contemplan sólidas oportunidades de crecimiento en un mercado en plena expansión. Dos de ellas son las suizas Sonova, la mayor fabricante de audífonos del mundo, y el grupo de tecnología médica Ypsomed, especializado en la fabricación de dispositivos para la inyección de insulina para diabéticos.
“La razón última de la importancia estratégica de China es el creciente envejecimiento de su población”, afirma Fang Fang, director general de Sonova en China y experimentado experto en temas de salud. “Cada año, la mitad de la población total de Francia o Alemania se convierte en nuestra clientela potencial”, precisa.
El Instituto McKinsey de la Salud calcula que el número de personas mayores de 65 años se duplicará en Asia en 2050, alcanzando los 1.600 millones. Un incremento que describe como “uno de los cambios demográficos más profundos de la historia”. En China, la tendencia es más pronunciada aún, el envejecimiento avanza más aceleradamente que en cualquier otra economía emergente del mundo.
El incremento en la esperanza de vida intensifica el reto de China. En 2021, una persona aspiraba a vivir 78 años, casi cuatro años más que en 2010. Pero esta esperanza de vida podría llegar a los 81 años en 2035, concluye un estudio realizado por el Centro Chino de Control y Prevención de Enfermedades y por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Nanjing.
Que la gente viva más años es una buena noticia, pero también hace que la población sea más proclive a manifestar enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 75% de las personas chinas de más de 60 años padecen enfermedades crónicas como diabetes, cáncer o trastornos cardiovasculares. En Estados Unidos, el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento afirma que casi el 95% de los estadounidenses mayores de 60 años padece al menos alguna enfermedad crónica.
El impacto de esta nueva realidad sanitaria en la economía china, en el gasto público y en el gasto de los consumidores podría pues ser profundo. “Una demanda que afectará determinados sectores. Por ejemplo, es posible que aumente el gasto en servicios de salud y disminuya el destinado a bienes y servicios menos urgentes para la población que envejece”, según los autores del documento “El imperativo chino para las empresas nacionales” publicado por el McKinsey Global Institute en 2023.
Inversiones multimillonarias
Una de las empresas beneficiarias de esta transformación demográfica es Ypsomed, que se especializa en el tratamiento de la diabetes y es líder global en la oferta de sistemas de inyección e infusión para el auto suministro de medicamentos. “El potencial existente es enorme y China es una de las oportunidades de más rápido crecimiento para nuestro negocio”, afirma Simon Michel, director general de la firma.
“Somos el único fabricante occidental de plumas de insulina y dispositivos médicos para la aplicación de fármacos líquidos que tiene presencia en China. Siempre hemos tenido buenas redes de contactos y hemos estado cerca de las principales empresas farmacéuticas chinas”, detalla.
China es actualmente el principal mercado para el negocio de la atención de la diabetes a nivel mundial. La Fundación Internacional de la Diabetes afirma que el 13% de los adultos de entre 20 y 79 años padecen esta enfermedad en China, lo que equivale a 140 millones de casos, frente al 6% que hay en Suiza. Para 2045, más de 174 millones de personas padecerán diabetes en China, según estimaciones de la fundación, lo que se deberá al envejecimiento de la población sumado a una dieta cada vez menos saludable y a la falta de ejercicio.
“A las farmacéuticas chinas les gustan las plumas de Ypsomed porque son de alta gama, a diferencia de sus homólogas chinas”, explica Sibylle Bischofberger, analista senior y gestor de activos del banco privado suizo Vontobel.
China se convirtió en el principal mercado de Ypsomed fuera de Europa. Y la empresa listada en el mercado de valores helvético calcula que alrededor de 500 millones de sus plumas desechables circulan en China, además de unos 10 millones de plumas reutilizables. Ypsomed obtiene ingresos de 50 millones de dólares (45,7 millones de francos suizos) de sus clientes farmacéuticos chinos, lo que representa el 9% de los ingresos totales anuales del grupo. Michel prevé que este dato aumentará al 15% a finales de la década. “Hay un gran número de nuevos medicamentos que son inyectables y la demanda está aumentando”, afirma Michel, refiriéndose a tratamientos para atender enfermedades como la obesidad, la diabetes, el Alzheimer y el cáncer.
La empresa trabaja intensamente aprovechando la creciente demanda china e inauguró una nueva planta de producción en Changzhou en abril del 2023, una ciudad de 5,3 millones de habitantes ubicada 190 kilómetros al noroeste de Shanghái. Producir localmente permitirá a Ypsomed ahorrar tiempo, costes de envío y fortalecerá la confianza de los socios chinos, explicó la empresa en su informe anual del 2023.
Las nuevas instalaciones también permitirán a Ypsomed adaptarse con mayor facilidad a la cambiante normativa china, pues sus productos están registrados localmente.
Ypsomed ha invertido además 100 millones de francos suizos en la primera fase de trabajos de producción de la planta, que eventualmente empleará 300 personas cuando comience a manufacturar en octubre. La compañía decidirá sus próximos pasos de expansión en China en 2025, según Michel.
“Invertiremos y adquiriremos más terrenos porque seguramente creceremos y jugaremos un rol importante en la atención de la obesidad. Estamos hablando de producir millones de dispositivos de inyección anualmente», afirma.
Alta prevalencia, baja penetración
Otra empresa que está sacando provecho del cambio demográfico chino es Sonova, la mayor proveedora mundial de soluciones para la audición, que se comercializan bajo las marcas Phonak, Sennheiser y Unitron, que generan una facturación anual conjunta de 3.700 millones de francos suizos en más de 100 países. Los mercados clave de Sonova son Alemania y Estados Unidos, pero la empresa ya ha puesto la mira en China porque el potencial de crecimiento es mucho mayor.
“Tenemos más de 280 millones de personas mayores de 60 años y esta cifra seguirá aumentando con la próxima oleada de la generación de baby boomers que se unirá al club de los mayores de 65 años”, dice Fang, director de Sonova en China desde 2022. “Otro factor que impulsa nuestra pujanza es el significativo crecimiento de los ingresos de los hogares chinos durante la última década”.
En 2023, la renta media anual disponible en China era de 39.218 yuanes (4.988 francos suizos) anuales, monto que ha triplicado los 12.520 yuanes (1.627 francos suizos) del 2010, según las estadísticas oficiales chinas. El plan de desarrollo de China en el largo plazo, publicado por su Gobierno en 2024, afirma que en 2035 se duplicará la renta por habitante comparada con el nivel del 2020. “En cuanto una familia pueda permitirse un coche, buscará pronto servicios de salud como una prótesis auditiva, añade Fang.
Y es un tema que conoce de primera mano. El suegro de Fang, que padece de una pérdida de audición profunda y está completamente sordo de un oído, lleva 40 años utilizando un dispositivo de Sonova. “Desde los seis hasta los 14 años, no tuvo acceso ninguna solución. Así que pasó gran parte de sus primeros años con la limitada audición que le ofrecía un solo oído”, dice Fang.
Sonova identificó el potencial del mercado chino desde el 2003, año en el que estableció una planta de fabricación en Suzhou, 110 kilómetros al oeste de Shanghái. Su presencia en China se intensificó en 2014, cuando decidió desarrollar nuevos dispositivos de audición para el mercado local.
Pero su mayor impulso se registró en 2022, cuando Sonova adquirió HYSOUND Group para ampliar su presencia en la distribución al detalle. Con esta adquisición, Sonova obtuvo 200 clínicas de atención audiológica en 70 ciudades chinas, que operan con un equipo de 650 personas. La plantilla laboral en China representa más del 10% de la que hay en la sede suiza de Stäfa.
La demanda de este tipo de dispositivos especializados crece en todo el mundo. Los datos más recientes de la Asociación Europea de Fabricantes de Prótesis de Audición (EHIMA) muestran que en 2022 se vendieron 20,25 millones de dispositivos, frente a los 15,05 millones de 2017. Y se espera que este mercado siga expandiéndose conforme la gente sea consciente de la importancia del cuidado de la audición entre las personas mayores. Un estudio de mercado realizado en 2023 por la EHIMA reveló que la pérdida de audición afecta actualmente a 4,2% de la población china, pero solo una de cada diez personas utiliza algún tipo de aparato de audición.
Fang advierte que, pese al potencial que tiene, tomará tiempo hacer crecer el negocio en China. La empresa estima que menos del 3% de las personas con pérdida de audición utilizan un dispositivo programable en China, la baja aceptación podría atribuirse a que muchas personas no están listas para aceptar que su pérdida de audición es lo suficientemente grave como para necesitar un audífono especializado y tienen la concepción de que son incómodos.
Los retos de una expansión de largo plazo
Dado que las prótesis de audición están estigmatizados en China, las personas que las necesitan suelen ser reacias a usarlas. Fang estima que transcurren entre seis y siete años entre el primer diagnóstico de un paciente y el momento en el que se decide a adquirir un primer aparato auditivo. “Antes, alguien que llevaba una prótesis de audición era considerado una persona con discapacidad. Debemos eliminar este estigma», afirma.
“El mercado de los aparatos de audición está muy poco desarrollado en China”, coincide Daniel Buchta, quien hasta hace poco era analista senior de investigación de valores en tecnología médica y asistencia sanitaria en el Banco Cantonal de Zúrich (ZKB). Pero considera que las oportunidades de crecimiento están ahí. Las principales razones son “el tamaño y rápido envejecimiento de la población, y el creciente esfuerzo por formar a profesionales sanitarios y a los consumidores sobre las alternativas que existen para mejorar la salud auditiva”, añade.
Resultado de la baja penetración y la escasa consciencia sobre el tema, Sonova enfrenta el desafío de la escasez de audioprotesistas en China. Para superar este problema, ha creado un Instituto Mundial de la Audición en Suzhou que está formando a un ejército de especialistas. Asimismo, abrió las tiendas interactivas “Mundo de la audición” (World of Hearing) en Shanghái, Nanjing y Wuhan, ciudades cuya población sumada supera las 50 millones de personas, y en donde ofrece instalaciones que permiten a la gente comprobar la calidad de su audición en salas de autodiagnóstico.
“Estamos trabajando para concienciar a los pacientes o usuarios potenciales sobre lo que es la pérdida de audición. Los educamos sobre las acciones preventivas que pueden realizar para preservar la calidad de su audición y de su vida en general”, dice Fang.
Además del reto de incrementar las ventas, las empresas médicas extranjeras en China deben adaptarse a una política de adquisición basada en el volumen (conocida como VBP) que instrumentó el Gobierno chino en 2018. Una política que alienta a las farmacéuticas a reducir los precios de sus medicamentos a cambio de ganar a través de mayores ventas y en 2019 se amplió para incluir también a los dispositivos médicos.
“La puesta en marcha de la VBP fue muy desafiante”, explica Bischofberger de Vontobel, ya que ha ejercido una presión adicional en las multinacionales extranjeras que deben pagar impuestos a la importación que los fabricantes locales no cubren. “Parece que China intenta proteger, al menos parcialmente, a las empresas locales con respecto a sus homólogas extranjeras”, dice.
La política VBP es una de las principales razones por las que Ypsomed ha optado por la estrategia “de China para China”. Por otra parte, hay una tácita intención gubernamental de que los bienes críticos para China se produzcan en casa, según Michel.
Pese a los retos existentes, Buchta cree en el gran potencial de China, aunque todavía no sea un mercado clave para muchas empresas suizas del ramo de la salud. “Suponiendo que el entorno del mercado siga siendo favorable, en general, el mercado de China sigue ofreciendo interesantes oportunidades de crecimiento de largo plazo”, afirma. “En la mayoría de los ámbitos, como la odontología, la audiología, la oftalmología y la farmacia, la población se encuentra mayoritariamente desabastecida y el envejecimiento es un potente motor. Pero el crecimiento de la riqueza permitirá seguramente un mayor gasto por habitante y las empresas suizas deben beneficiarse de ello”.
Texto adaptado del inglés por Andrea Ornelas / Carla Wolff
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